LA VERDADERA HISTORIA DE POCAHONTAS, SU TRIBU Y LOS COLONOS | Por: Ernesto Rodríguez

 

El 23 de junio de 1995 la ‘Empresa Walt Disney’ estrenó su película de dibujos animados titulada ‘Pocahontas’ que tuvo mucho éxito.

Al igual que todas las películas de dibujos animados de dicha empresa, es de una gran calidad desde el punto de vista técnico. Pero desde el punto de vista histórico, distorsiona la verdad y presenta un cuadro almibarado e idílico de la relación entre indios y colonos europeos. Por eso es pertinente dar a conocer la verdadera historia (1).

Pocahontas (aprox. 1595-1617) era hija de Powhatan, jefe indio en los territorios de Virginia. Su verdadero nombre era Matoaka y ‘Pocahontas’ era un apodo indio que significaba ‘juguetona’.

John Smith (1580-1631) era un explorador inglés y aventurero, que llegó a la colonia de Jamestown (Virginia) en 1607 y fue presidente del consejo gobernante de dicha colonia. En diciembre de 1607, el jefe indio Powhatan iba a ejecutar a Smith porque éste último había matado a un indio en una escaramuza. Pero según contó posteriormente Smith en un libro que escribió, cuando el verdugo elevó el hacha de piedra con la que le iba a hacer pedazos la cabeza, intervino Pocahontas que solo tenía 12 años de edad. Al parecer, Smith le había contado a Pocahontas interesantes cosas de Europa y le había despertado la curiosidad con los extraños objetos que llevaba. Según la versión de Smith, la niña Pocahontas puso su cabeza sobre la de él y pidió a su padre que impidiera la ejecución. Entonces Powhatan mostró una piedad que un colono inglés no hubiera tenido en su lugar, y Smith salvó su vida.

Posteriormente, Pocahontas jugó un importante papel para los colonos de Jamestown, llevándoles alimentos cuando sufrían escasez.

En 1609, Smith resultó gravemente herido por una explosión accidental de pólvora y regresó a Inglaterra. En el año 1614 Pocahontas se casó con John Rolfe (1585-1622), que se hizo muy famoso por ser el iniciador de las plantaciones de tabaco en Virginia. Tal matrimonio contribuyó a la paz entre colonos e indios por 8 años. Ella se convirtió al cristianismo, se bautizó con el nombre de Rebeca y fue con Rolfe a Inglaterra en 1616, donde fue presentada al Rey Jacobo I (1566-1625). En Inglaterra le hicieron el famoso retrato por el cual es conocida ahora. Pocahontas murió de viruela en 1617 en Inglaterra y su hijo recién nacido regresó a Virginia y actualmente, varias familias virginianas aseguran que descienden de él y de Pocahontas (2).

Mientras Powhatan vivió, se mantuvo la paz, pero murió en 1618 y le sucedió su hermano Opechancano que tenía casi 80 años y guardaba rencor a los colonos porque en una ocasión fue capturado por John Smith y tratado con gran desprecio. No obstante, había un motivo mucho más poderoso para que los indios estuvieran disgustados y es que los colonos se expandían sin cesar desplazando a los indios de sus tierras. Sobre esta cuestión es muy interesante citar la apreciación del prodigioso erudito ruso-estadounidense Isaac Asimov (1920-1992) en su obra ‘La Formación de América del Norte’ donde dice: “Forma parte del folklore de los Estados Unidos la creencia de que los indios eran bárbaros, crueles y sedientos de sangre. En realidad eran invariablemente amistosos (…) y hasta ayudaban a los colonos blancos que invadían sus costas. Estaban dispuestos a permitir a los europeos compartir sus tierras de caza. Sólo cuando los europeos empezaron a tratar a los indios como seres inferiores y a excluirlos de las regiones que les habían pertenecido, las relaciones se deterioraron para dar lugar a la enemistad y la guerra” (3).

En efecto, el nuevo jefe Opechancano, ante la impotencia que sufrían los indios, planificó una ofensiva para expulsar a los colonos blancos. En un ataque sorpresa el 22 de marzo de 1622 fueron muertos 347 europeos: un tercio de la colonia. Pero luego los colonos se vengaron con creces y cada año hacían hasta tres incursiones en las que mataban indios, mujeres y niños y destruían sus cosechas. Por ejemplo, solo en una de las incursiones en 1625, sorprendieron a un poblado indio y mataron a mil indios. En 1636 Opechancano se vio obligado a convenir la paz en términos humillantes. Los colonos continuaron su implacable política de expansión y el 18 de abril de 1644, Opechancano, con casi 100 años, lanzó un nuevo ataque desesperado que dio muerte a 500 colonos. Pero los colonos desataron una sangrienta represalia, capturaron a Opechancano y lo ejecutaron, quedando con el campo libre para su expansionismo.

Con ligeras variantes, esa fue la misma historia con todas las tribus de Norteamérica. Se calcula que solamente entre los años 1620 y 1890, el genocidio fue de más de un millón de indios norteamericanos (4).

Inclusive notables figuras de la historia de los Estados Unidos se pronunciaron a favor del exterminio de los indios. El conocido autor estadounidense Jared Diamond (nac. 1937), es geógrafo, biólogo, fisiólogo evolucionista, y biogeógrafo. En su importante obra: ‘El Tercer Chimpancé. La Evolución y Futuro del Animal Humano’ (1992) proporciona una serie de citas dignas de reproducir. El famoso general norteamericano Philip Sheridan (1831-1888) dijo: “Los únicos indios buenos que yo he visto han sido los indios muertos”. El Presidente George Washington (1732-1799) en una ocasión expresó: “Los objetivos inmediatos son la total destrucción de los asentamientos de los indios. Será esencial la destrucción de sus plantaciones e impedir que vuelvan a plantar”. Incluso Benjamin Franklin (1706-1790), hombre notable por su cultura y ser librepensador, en una ocasión dijo: “Si el Designio de la Providencia es extirpar a esos salvajes para dar lugar a los colonos Cultivadores de la Tierra, no parece improbable que el ron sea el medio adecuado”. El Presidente Thomas Jefferson (1743-1826) en una ocasión dijo: “Esta raza desgraciada que hemos tratado de salvar y civilizar con tantos esfuerzos, ha justificado su exterminio por sus feroces barbaridades y su inesperada deserción, y ahora esperan nuestra decisión sobre su destino”. El Presidente Andrew Jackson (1767-1845) en una ocasión dijo: “Los indios no tienen ni la inteligencia, ni la industria, ni los hábitos morales, ni el deseo de superarse que son esenciales para un cambio favorable en su condición. Están en medio de una raza superior y sin darse cuenta de las causas de su inferioridad o buscar la manera de controlarlas, deben desaparecer por la fuerza de las circunstancias”. El Presidente Theodore Roosevelt (1858-1919) en una ocasión dijo: “El colono y el pionero en el fondo tienen la justicia de su parte; este continente no podía permanecer siendo solamente una reserva de salvajes escuálidos” (5).

¡Resulta bastante evidente que las relaciones entre indios y colonos no eran precisamente idílicas!!!.

Con ligeras diferencias, en todos los continentes las poblaciones autóctonas fueron exterminadas o esclavizadas por los colonizadores europeos. Así ocurrió en Australia, Nueva Zelanda, América Latina, África…¡Y paremos de contar!!!

NOTAS: (1) La mayor parte de la información para el presente artículo la he tomado del Capítulo 4 titulado: ‘La base inglesa’ en Isaac Asimov (1973) ‘La Formación de América del Norte’. Edit. Alianza…También de Pag. 772 en ‘Bennet’s Reader’s Encyclopedia’. Third Edition (1987). HarperCollinsPublishers. ..También de Pag. 13 en Bryn O’Callagahan (1990) ‘An Illustrated History of the USA’. Longman Group UK. (2) Pag. 13 en Bryn O’Callagahan Op.Cit. (3) Pag. 97 en Isaac Asimov Op.Cit. (4) Pag. 284 en Jared Diamond (1992) ‘The Third Chimpanzee. The Evolution and Future of the Human Animal’. HarperCollinsPublisher (5) Todas las citas las he tomado de Pag. 309 en Jared Diamond Op.Cit.

ernestorodri49@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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