Lima, 21 dic (EFE).- La decisión de vender las entradas a Machu Picchu de manera virtual enfrenta a los responsables de Cultura de Perú con autoridades locales y pobladores de la región sureña del Cuzco vinculados directamente con el famoso sitio arqueológico.
En medio de esta discrepancia, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) emitió este jueves un comunicado de respaldo a la decisión del despacho de Cultura de implementar la venta de boletos en una plataforma en internet.
El Mincetur aseguró que esa medida «permitirá la transparencia, auditabilidad y predictibilidad que faciliten tener una herramienta adicional para obtener un mejor perfil de los visitantes al santuario» arqueológico.
Al referirse directamente a las protestas que ha generado esta medida, el ministerio sostuvo que «lograr acuerdos sólidos requiere de diálogo y coordinaciones con los tres niveles de Gobierno y el sector privado».
«Reiteramos nuestro compromiso, como ente que define, dirige y supervisa las políticas del turismo en el Perú, de respaldar aquellas acciones que permitan continuar impulsando el flujo de visitantes en las regiones, el cual es un importante generador de empleo y bienestar para nuestro país», concluyó.
La polémica se desató después de que el Ministerio de Cultura ratificó que las entradas se iban a vender a partir de esta semana de manera virtual, lo que fue considerado por operadores turísticos y habitantes del pueblo de Machu Picchu como un primer paso para «privatizar» el sitio arqueológico.
Este extremo fue rechazado por el ministerio, que aseguró que 1.000 entradas seguirán siendo vendidas de manera directa en las ventanillas en el pueblo ubicado en las faldas de la montaña donde se encuentra el sitio arqueológico.
Tras las manifestaciones, el Ministerio de Cultura informó que había decidido suspender hasta principios de 2024 la venta de los boletos por medio de una plataforma virtual para cumplir con «un breve tiempo de reconocimiento y familiaridad con la nueva plataforma, en atención a la demanda del sector turístico formal».
«La idea es mejorar la gestión cultural, la administración. De ninguna manera privatizar la administración ni la gestión de nuestro principal sitio turístico y cultural del país», señaló la ministra de Cultura, Leslie Urteaga, a medios locales.
El ministerio también informó que se iniciará un proceso de reorganización administrativa de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) del Cuzco «con el objetivo de transformar sus procesos y ofrecer mejores servicios a los ciudadanos».
El miércoles, se conoció que la directora de Cultura de Cuzco, la arqueóloga Maritza Candia, renunció por su «total desacuerdo» con la «gestión altamente centralista» de Urteaga, según señaló en un carta enviada a la ministra y reproducida por medios locales.
La cartera de Cultura confirmó este jueves que Urteaga dio por concluida la designación de Candia y encargó temporalmente la dirección de Cuzco a la arquitecta Claudia Miranda.
Además, se oficializó la reorganización de ese organismo para «realizar una evaluación integral de sus procesos críticos que permita asegurar su funcionamiento eficaz y eficiente, así como mejorar la calidad de los servicios que brinda a la ciudadanía».
Formó, también, un grupo de trabajo que tendrá la misión de evaluar, durante 90 días, «los procesos críticos» de la DDC Cuzco y presentar un informe final al despacho de Cultura.
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