LA VALERA SOÑADA ES POSIBLE II | Por: Francisco González Cruz

 

Hacia un nuevo sueño de la ciudad posible

Son muchas las razones que determinan la necesidad de que la ciudad retome su capacidad de soñar, de plantearse nuevos y audaces desafíos. Razones de orden interno y las que provienen de los retos de las ciudades en los nuevos tiempos, pues por un lado ha dejado de ser la “Valera dinámica y progresista”, y por el otros hoy se plantean las ciudades sostenibles, inteligentes, innovadoras, emprendedoras, competitivas, creativas, eco ciudades y otros calificativos.

Para ponerse a tono los ciudadanos toman decisiones, tanto los gobernantes como sus políticos, comunidad cívica y sus empresarios. Se reúnen y plantean las alternativas. Buscan experiencias exitosas y se crean redes regionales y globales para el desarrollo urbano local, unas auspiciadas por los organismos multilaterales como Naciones Unidas, la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Corporación Andina de Fomento y otras.

También existen redes de gobiernos locales, de Alcaldes de ciudades grandes, intermedias y pequeñas, redes de cooperación intermunicipal, de organizaciones de la sociedad civil (OSC) y muchas otras alternativas de intercambio de información, experiencias, casos exitosos, apoyo técnico y financiero. Hay embajadas, universidades y entidades empresariales que apoyan los esfuerzos que las ciudades decidan hacer para su desarrollo sostenible.

La Organización de las Naciones Unidas ha integrado los esfuerzos del desarrollo en la Agenda 2030, que contempla los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). Los compromisos por lograr esos objetivos fueron firmados por todos los países del mundo en el año 2015.

Los 17 ODS son los siguientes:  Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo. Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos. Lograr la igualdad entre los géneros y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas. Garantizar la disponibilidad de agua y su ordenación sostenible y el saneamiento para todos. Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos. Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos. Construir infraestructura resiliente, promover la industrialización inclusiva y sostenible y fomentar la innovación. Reducir la desigualdad en y entre los países.

El ODS número 11 es lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Además, garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles. Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (tomando nota de los acuerdos celebrados en el foro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático). Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible. Proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, efectuar una ordenación sostenible de los bosques, luchar contra la desertificación, detener y revertir la degradación de las tierras y poner freno a la pérdida de la diversidad biológica. Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles y el ODS 17 es Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.

Puntualicemos el Objetivo 11. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.

“La creación de ciudades inclusivas, procura crear un vínculo de refuerzo recíproco entre urbanización y desarrollo y configurar asentamientos humanos fundamentados en la equidad, la justicia y la paz, bajo el principio global de no dejar a nadie atrás. Una Nueva Agenda Urbana que pretende ser fuerte y efectiva, con gobiernos locales y regionales empoderados, que faciliten la implementación y el monitoreo de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) a nivel local y también global”.

Sus metas son: Acceso a la vivienda; proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos y mejorar la seguridad vial; aumentar la urbanización inclusiva y sostenible y la capacidad para la planificación y la gestión participativas; redoblar los esfuerzos para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y natural del mundo; prevenir los desastres naturales  y reducir la vulnerabilidad; reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades, incluso prestando especial atención a la calidad del aire y la gestión de los desechos municipales y de otro tipo; de aquí a 2030, proporcionar acceso universal a zonas verdes y espacios públicos seguros, inclusivos y accesibles, en particular para las mujeres y los niños, las personas de edad y las personas con discapacidad; apoyar los vínculos económicos, sociales y ambientales positivos entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales; proporcionar apoyo a los países menos adelantados, incluso mediante asistencia financiera y técnica, para que puedan construir edificios sostenibles y resilientes utilizando materiales locales.

Estos compromisos fueron firmados por la República Bolivariana de Venezuela, y existen diversas organizaciones empresariales y de la sociedad civil comprometidos con esta agenta.  Existe el compromiso de hacer a Valera una ciudad inclusiva, segura, resiliente y sostenible.

El gobierno de la ciudad, sus organismos empresariales y su comunidad cívica deben conocer y comprometerse con esta Agenda 2030 que es la que crea el marco de acción que pueda hacer viable cualquier tentativa de cooperación técnica y financiera.

Por otra parte, debemos ponernos al día con las nuevas tendencias globales y locales, como el gobierno electrónico, el derecho a la ciudad y otros derechos urbanos emergentes, los nuevos roles de la ciudad en el desarrollo local, nacional y nacional, el impulso a la innovación y al espíritu emprendedor, la economía humana no especulativa, los diseños urbanos y de infraestructura para mejorar su eficacia y su compatibilidad con el cambio climático.

Hay que realizar un serio esfuerzo en promover el capital social, lo que significa la confianza entre las personas y sus instituciones, la pertenencia a organizaciones civiles y comunitarias, el establecimiento de redes de cooperación a lo interno de la ciudad y con otras entidades regionales y nacionales, promover las redes de conversaciones entre los ciudadanos con el fin de escucharnos y hacernos escuchar para diseñar la ciudad posible e incrementar el mejor conocimiento de la ciudad, para logran más y mejor identidad valerana y, con ello, mayor compromiso con ella.

De manera que no hay excusas para no actuar por Valera y su desarrollo sostenible. En el próximo trabajo presentaré algunas ideas más concretas sobre la Valera posible.

 

 


Francisco José González Cruz

Universidad Valle del Momboy

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