Caracas, 14 sep (EFE).- La escasez de métodos anticonceptivos en Venezuela y los altos costos de los mismos se han convertido en una traba para la planificación familiar, provocando así, según diversas organizaciones y expertos, una vulneración en los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, que ven como una utopía poder decidir sobre su maternidad.
La ONG venezolana Convite publicó recientemente un estudio sobre escasez de anticonceptivos en el país para el mes de julio, encontrando que los métodos de contracepción inyectables presentaron un 82,8 % de escasez, mientras que la carencia de dispositivo intrauterino se ubicó en un 81,3 %, la de píldoras en un 39,4 %, y en un 15 % la de condones.
A pesar de estos datos, la coordinadora de la Asociación Venezolana para una Educación Sexual Alternativa (Avesa), Magdymar León, explicó a Efe que el abastecimiento de métodos anticonceptivos en el país caribeño ha mejorado, en comparación con 2018, pero los altos costos los hacen inaccesibles para la mayoría.
León, psicóloga clínica con una maestría en estudios de la mujer, dijo que la dotación por parte de organismos del Estado, desde el Plan de Respuesta Humanitaria, también experimentó una mejora, pero sigue siendo «insuficiente para satisfacer» las necesidades reales.
«De hecho, en un estudio que hicimos en Avesa encontramos que el índice de necesidades insatisfechas de anticoncepción en las venezolanas es bastante alto, comparado con el promedio regional», señaló la experta.
HIJOS NO DESEADOS, ABORTOS INSEGUROS
La psicóloga señaló que, al no haber un acceso pleno a estos métodos, eso redunda en las «limitaciones para poder controlar embarazos» y «decidir» sobre la reproducción.
Por tanto, aseguró, hay un mayor número de embarazos no deseados, lo que incide en el aumento de «abortos inseguros».
«Tenemos un marco legal sumamente restrictivo. No está permitida la interrupción voluntaria del embarazo, y ante estas limitaciones para controlar la reproducción, lo que ocurre en Venezuela y en cualquier parte del mundo ante estas circunstancias es que aumentan los abortos inseguros y con ello aumentan las muertes maternas», sostuvo.
Según el estudio publicado en abril «La salud de las mujeres en Venezuela: crisis del sistema sanitario y Covid-19», donde consultaron a 203 mujeres de comunidades de cinco ciudades de Venezuela, el 1,9 % reconoció haberse practicado un aborto inducido alguna vez.
SIN CONSTANCIA
En el estudio también detectaron que 7 de cada 10 mujeres consultadas no utilizan actualmente métodos anticonceptivos y de prevención de infecciones de transmisión sexual, y 9 de cada 10, de entre 15 y 59 años, no han podido planificar sus embarazos.
León señaló también que el 24 % de las mujeres consultadas declaró que no pueden comprar métodos anticonceptivos porque no cuentan con los recursos económicos.
Otras -prosiguió la especialista- pueden comprar los fármacos puntualmente, «pero no todo el tiempo».
«En la consulta, algunas decían, ‘la última vez que utilicé métodos anticonceptivos fue hace tres meses, hace un año…y, obviamente, eso es absolutamente inefectivo. Hay que usar la píldora, que además es la píldora que tenga indicada, no puede estar modificando la píldora, no pueden estar mensualmente cambiando», explicó.
UNA BRECHA
En Venezuela, las mujeres en condición de pobreza son las más afectadas ante esta situación de escasez y altos costos de los métodos anticonceptivos, detalló León.
«Si bien en general los ingresos han mermado, las más pobres son las que tienen mayores limitaciones, las que están en zonas rurales, las que están en zonas más alejadas, las que no tienen acceso a los dólares, porque ya sabemos que hay como una Venezuela que tiene acceso a dólares y una Venezuela que no tiene acceso», apostilló.
Agregó que, además de tener dificultades para comprar los fármacos en las farmacias, también tienen problemas vinculados al tema del transporte, escasez de gasolina, y ahora la pandemia de covid-19, para acceder a los centros de salud.
A su juicio, el Estado venezolano debe aumentar la dotación de métodos anticonceptivos, abrir más servicios sanitarios y diversificar la oferta, porque en los sondeos de Avesa, han encontrado que en un centro de salud solo tienen condones y la anticoncepción de emergencia, «o tienen una píldora y, el otro mes o a los dos meses, tienen otro método».
«Las mujeres, en las encuestas, demandan en mayor medida métodos anticonceptivos de mayor duración, como el implante subdérmico o el dispositivo intrauterino (…) Son los de mayor demanda y no son los que tienen tanta oferta», sostuvo.
«Se tienen que hacer todos los esfuerzos desde el Gobierno y desde el Plan de Respuesta Humanitaria, para garantizar el acceso a los métodos anticonceptivos y garantizar los derechos sexuales y reproductivos de la población, en particular las mujeres», concluyó.
Saraí Coscojuela