Madrid, 17 may (EFE).- Nunca será más cierto el ‘partido a partido’ que ha instituido el argentino Diego Pablo Simeone en sus ocho años y medio al frente del Atlético de Madrid que en la próxima jornada, última del campeonato, en la que ganando al Valladolid será campeón. Una final para el que tiene un 42% de precedentes a favor y que entronca con una tradición en los títulos ligueros rojiblancos.
La remontada del conjunto rojiblanco ante Osasuna (2-1), en un partido con aroma de título pero que se complicó hasta límites insospechados por la falta de puntería local y el gol del croata Ante Budimir que puso el 0-1 a 15 minutos del final, mientras el Real Madrid ganaba 0-1 en Bilbao, puso a prueba los corazones de los aficionados colchoneros, que acabaron viendo al brasileño Renan Lodi y al uruguayo Luis Suárez rescatar una victoria sufrida sobremanera.
El triunfo pone el título en la mano del Atlético: ganando el sábado en el José Zorrilla a un Real Valladolid que se está jugando sus opciones de evitar el descenso, será campeón. Sin más cuentas. Solo en el caso de que no gane tendrá que mirar a lo que esté ocurriendo en el Alfredo Di Stéfano de Valdebebas (Madrid), donde el conjunto blanco recibe a un Villarreal que cuatro días después se jugará el primer título europeo de su historia en Polonia.
El Atlético ha visitado Pucela en 43 ocasiones en el campeonato nacional de Liga. De ellas, ha ganado en 18, empatado en 13 y perdido en 12. Un 42% de esos resultados le convertiría directamente en campeón, y el 58% le obligaría a requerir un empate o una victoria del Villarreal en la ciudad deportiva blanca.
Los guarismos mejoran sobremanera si se cuentan solo las visitas del equipo con Simeone en el banquillo: cuatro partidos, tres victorias y un solo empate, lo que arroja un 75% de resultados que le permitirían levantar el título liguero el próximo sábado.
De ellas, dos darían un escenario idílico para los corazones de los aficionados rojiblancos: el 0-3 de febrero de 2013 con goles de Radamel Falcao, Diego Costa y Christian ‘Cebolla’ Rodríguez, y el 0-2 de septiembre de 2013 con tantos de Raúl García y Diego Costa.
Más en el estilo del duelo de ayer fue el partido de diciembre de 2018: un 2-3 en el que el Atlético se adelantó con goles de Nikola Kalinic y Antoine Griezmann, empató el Valladolid con tantos de Fernando Calero y Saúl Ñíguez en propia puerta, y no se resolvió el encuentro hasta un gol de Griezmann a diez minutos del final.
El precedente que seguramente más inquietará al conjunto rojiblanco es el último, que data de la temporada pasada, en octubre de 2019. En aquel duelo, un Atlético atascado no fue capaz de marcar al Valladolid, y se salvó de la derrota porque Sandro Ramírez falló un penalti ante Jan Oblak (0-0). Repetido el próximo sábado, ese resultado haría depender al líder de un tropiezo madridista.
LIGAS EN LAS ÚLTIMAS JORNADAS, UNA TRADICIÓN ROJIBLANCA
Asociar el sufrimiento al Atlético de Madrid puede parecer un lugar común periodístico, pero en el caso de los títulos ligueros del conjunto rojiblanco, la historia da la razón: nueve de sus diez campeonatos nacionales de Liga se decidieron en la última jornada.
Solo una de las ligas rojiblancas llegó con el campeón sellado a la última fecha del campeonato: la obtenida en la campaña 1976-77 por un equipo que entrenaba Luis Aragonés y tenía entre sus figuras al brasileño Leivinha, el argentino Rubén ‘Ratón’ Ayala’ o el hispanoargentino Rubén Cano. En aquella campaña, el Atlético llegó a la última jornada con 46 puntos, tres más que el Barcelona en una época en la que por cada partido ganado se daban dos unidades. Ya campeón, en la última jornada perdió 2-3 con el Valencia.
Sin embargo, llegar con los deberes hechos al final es un escenario muy inusual para el Atlético si se revisa su historial del campeonatos ligueros.
Solo contando sus títulos, llegó a la última jornada de la liga de 1939-40 igualado a 27 puntos con el Sevilla; en la de 1940-41 lo hizo con el Athletic en 31 unidades; en la 1949-50 tenía solo un punto de ventaja sobre el Deportivo de La Coruña (32 por 31 de los gallegos); dos tenía sobre el Sevilla en la 1950-51 (39 y 37, con un duelo directo entre ambos en la última jornada); o uno sobre el Real Madrid en la 1965-66 (42 los rojiblancos por 41 los blancos).
También tenía solo un punto de distancia sobre el Athletic en la 1969-70 (40 y 39); uno sobre el Barcelona en la 1972-73 (46 y 45), dos sobre el Valencia en la 1995-96 (84 y 82, ya con tres puntos por victoria) y tres sobre el Barcelona en el título de 2013-14 (89 y 86), cuando el campeonato acabó con un duelo directo entre primero y segundo.
Se hizo con el torneo ganando el último partido en seis de esos títulos (1940, 1941, 1966, 1970, 1973 y 1996) y empatando en tres de ellos (1950, 1951 y 2014). Dos de esas igualadas, contra el Sevilla en 1951 y el Barcelona en 2014, se dieron en una última jornada entre primero y segundo. En el otro caso, el de 1950, el Atlético empató con el Valencia (4-4), pero los coruñeses también igualaron contra el Athletic de Bilbao (2-2).
La resolución liguera del próximo sábado no es, por tanto, algo extraño para el Atlético. Todo lo contrario, podría decirse que encaja en su tradición e idiosincrasia. «Es nuestra vida, elegimos esta profesión para llegar a estos momentos», enfatizó Simeone tras la taquicárdica victoria ante Osasuna. Final a final, la última será en Valladolid, y el premio es la undécima Liga rojiblanca.
Miguel Ángel Moreno