Bruselas, 18 feb (EFE).- La Unión Europea (UE) quiere seguir trabajando para la ratificación de su acuerdo comercial con el Mercosur, pero busca compromisos adicionales de sus países en materia de clima o freno a la deforestación para que el proceso tenga éxito, según explicó este jueves la Comisión Europea.
«Nuestra intención es continuar trabajando hacia la ratificación con Mercosur», dijo el vicepresidente y responsable de Comercio de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, en una rueda de prensa.
Dombrovskis indicó que el Ejecutivo comunitario es consciente de las críticas expresadas por algunos Estados de la UE sobre este acuerdo, en particular por la deforestación del Amazonas en Brasil, y explicó que ya están en contacto con el Mercosur sobre el tema.
«Estamos trabajando con las autoridades de los países del Mercosur, sobre todo con las autoridades brasileñas, para discutir qué compromisos adicionales pueden hacer los países del Mercosur en el área de lucha contra el cambio climático y para parar la deforestación del Amazonas, de modo que podamos trabajar después hacia una implementación exitosa del acuerdo», dijo.
«Las reacciones de los países del Mercosur son positivas, están listos para implicarse en este trabajo y para hacer estos compromisos adicionales, sobre todo en deforestación, y esperamos que esto allane el camino para una ratificación exitosa del acuerdo», añadió.
La Comisión, dijo Dombrovskis, está trabajando de cerca con la presidencia portuguesa del Consejo de la UE, que está siendo «muy activa para apoyar y hacer avanzar el acuerdo».
La UE y el Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) firmaron el acuerdo comercial en 2019, tras 20 años de negociaciones, pero para entrar en vigor tiene que ser ratificado por los Gobiernos de los Veintisiete y por sus Parlamentos nacionales, e incluso en algunos casos también por los regionales.
Pero la ratificación del acuerdo se ha visto paralizada, además de por la Eurocámara, por países como Francia, Bélgica, los Países Bajos y Austria, que piden un refuerzo de los controles medioambientales, ya que están preocupados por la política de deforestación del Amazonas que lleva a cabo el presidente brasileño, Jair Bolsonaro.