Jerusalén, 24 abr (EFE).- La creciente tensión en Jerusalén se extendió hoy a Cisjordania y Gaza, con múltiples protestas palestinas y el lanzamiento esta madrugada de 36 cohetes desde el enclave costero hacia Israel, la cifra más alta en más en un año y que se teme desencadene una escalada de violencia.
La gravedad de la situación forzó hoy a las autoridades israelíes a convocar reuniones de emergencia pese al Shabat (día de descanso judío), en la que estuvo presente el primer ministro en funciones, Benjamín Netanyahu, y se decidió postergar una visita que el jefe del Estado Mayor del Ejército tenía previsto realizar a Estados Unidos en los próximos días.
Tras una nueva serie de altercados anoche, residentes palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania ocupada volvieron a manifestarse este sábado en distintos puntos del territorio.
Las protestas fueron en apoyo a los palestinos que desde hace más de una semana se enfrentan cada noche con las fuerzas de seguridad israelíes en las inmediaciones de la Puerta de Damasco de Jerusalén, principal acceso a la Ciudad Vieja y ubicada en la parte este de la ciudad, ocupada y anexionada por Israel.
Esta serie de manifestaciones en Jerusalén comenzaron el pasado martes 13 de abril en respuesta a la decisión israelí de prohibir aglomeraciones en las escalinatas de la Puerta de Damasco durante el mes sagrado de Ramadán, impidiendo así las tradicionales reuniones que año a año se producen allí durante estas fechas.
La violencia fue creciendo a medida que pasaron los días y que fue aumentando la represión policial, y esta semana incluyó además ataques contra transeúntes judíos que pasaban por el lugar, desencadenando así una ola de ataques entre jóvenes palestinos e israelíes en distintas partes de la urbe, muchos de ellos difundidos a través de las redes sociales.
En la jornada más violenta de los últimos días, el pasado jueves por la noche más de 120 personas resultaron heridas y más de 50 detenidas durante enfrentamientos entre manifestantes, que lanzaron piedras y otros objetos contundentes, y la policía, que utilizó bombas de estruendo y cañones de agua sucia para dispersarlos.
El detonante del pico fue una manifestación de jóvenes ultranacionalistas judíos, que intentaron llegar a la Puerta de Damasco bajo el grito «muerte a los árabes» y que fueron frenados por la Policía israelí.
En la madrugada del sábado la violencia se disparó desde Gaza, y las milicias armadas, lideradas por los movimientos islamistas de Hamás y Yihad Islámica, emitieron un comunicado conjunto en el que advirtieron a Israel que «pagaría un precio» por la represión de las manifestaciones en Jerusalén.
En respuesta a los 36 lanzamientos de esta madrugada, de los cuales seis fueron interceptados, dos causaron daños menores en localidades israelíes y el resto cayó en áreas despobladas, el Ejército dijo «estar preparándose para una eventual escalada» y estableció esta mañana una serie de restricciones para los habitantes de las comunidades colindantes a la franja.
Mientras que los incidentes registrados hasta el momento no han causado muertes o heridos graves, la concurrencia de las protestas, la violencia de los enfrentamientos y el número de proyectiles disparados esta mañana, ponen en jaque la tensa calma que vive la zona desde hace meses.
Tras las hostilidades de anoche, que incluyeron bombardeos de represalia israelíes contra objetivos militares de Hamás en Gaza, el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, llamó a detener la violencia y «evitar una mayor escalada».
Esta noche se prevén aún más protestas, ya no solo en Gaza, Cisjordania y Jerusalén sino también en ciudades israelíes de mayoría árabe, donde en los últimos meses se han registrado manifestaciones multitudinarias que incluyeron enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Desde primera hora de la mañana, la Policía anticipó hoy que «continuará trabajando para mantener el orden y evitar disturbios violentos que dañen la seguridad del público y utilizando los medios y capacidades disponibles» y durante la tarde se pudo ver a oficiales preparando vallados en la Puerta de Damasco, anticipando nuevos incidentes.
Por Pablo Duer