Factores como la poca cobertura periodística, la cual podría seguir disminuyendo a raíz de la escasez de papel periódico y el cierre de medios nacionales y regionales, o el aumento de la emigración influyen en los delitos que ocurren la región tachirense y el registro de los mismos, es una realidad que para este 2018 ocurrió una disminución considerable de los homicidios en el estado Táchira con respecto al 2017.
Así lo destacó el más reciente informe del Observatorio Venezolano de Violencia Capitulo Táchira, el cual comparó que el año pasado la tasa de muertes violentas en Táchira fue de 46 por cada 100.000 habitantes, por lo cual el estado ocupó la posición número 21 a nivel nacional en cuanto a cantidad de homicidios. Pero de acuerdo a los datos recabados por el OVV capítulo Táchira, para este 2018 ocurrieron 39 por cada 100.000 habitantes, aunque el estado se mantiene en la misma posición con respecto a la lista.
Táchira era uno de los estados fronterizos, que a lo largo de los años, ha registrado mayor cantidad de sucesos violentos. Sin embargo, para este año los delitos en la entidad han disminuido, por lo cual vuelve a ocupar una posición entre los cuatro estados menos peligrosos del país.
Esto queda en evidencia al realizar una comparación con lo que ocurrió en materia de violencia durante 2018 en el estado Trujillo. Táchira ha sido, por mucho tiempo, un estado donde ocurren sucesos violentos debido a las actividades ilegales que se desarrollan en la frontera colombo – venezolana y Trujillo, por el contrario, había sido uno de los estados con menor violencia en el país. No obstante, en 2018 la situación se invierte y la tasa de muertes violentas en Trujillo, de aproximadamente 73 homicidios por cada 100.000 habitantes, casi duplica la del estado Táchira.
Resultado del estudio en el Táchira, detectaron que la tasa de muertes violentas es de 39 por cada 100.000 habitantes, la tasa de homicidios es de 21 por cada 100.000; la tasa de resistencia a la autoridad, que incluye solo los decesos a manos de funcionarios de seguridad, es de 10 por cada 100.000 y la tasa de muertes en averiguaciones es de 9 por cada 100.000. Este último dato evidencia el bajo índice de denuncias y de seguimientos a los casos delictivos en el estado.
Por otra parte, en cuanto a las características de las víctimas de los hechos violentos, los resultados arrojaron que el 89% eran del sexo masculino y 11% del sexo femenino. Del total de víctimas, se conoce que 72% de ellas tenían edades comprendidas entre los 15 y 34 años de edad.
Respecto al lugar donde ocurrió el hecho, 74% de estos fueron en la calle o vías públicas y el 18% en casa de la víctima. Los delitos fueron mucho más frecuentes en días de semana, es decir entre lunes y viernes, ya que 68% de estos ocurrieron en este rango de días. Además, 47% del total de los sucesos ocurrieron durante horas del día.
Uno de los datos más alarmantes es la participación de los funcionarios de seguridad en los delitos cometidos en el Táchira, cuya cifra aumentó durante varios meses de 2018. En el 42% de los casos registrados, el victimario fue funcionario de organismo de seguridad y en 34% fue un victimario desconocido. Este último dato podría guardar relación con el móvil más frecuente, que fue el ajuste de cuentas con 24%; seguidamente se presentó el robo con 22% de incidencia en el estado.
García de Hevia fue el municipio más violento
La violencia que tradicionalmente ocurría solo en las grandes ciudades, se ha extendido de forma rápida a todas las regiones del país. De acuerdo a los datos recopilados por el OVV para este 2018, existen 20 municipios a nivel nacional con tasas superiores a las 200 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, y 88 entidades con tasas superiores a las 100 muertes violentas.
De acuerdo al informe nacional, cuatro municipios del Táchira -de 29 municipios- tienen tasa de muertes violentas que se ubican sobre la media nacional. El resto tiene una tasa inferior, e inclusive algunos se encuentran por debajo del promedio de esta “epidemia” de violencia que ha tomado cada vez más fuerza en el interior del país.
El municipio García de Hevia fue el más violento del estado Táchira en 2018, con una tasa de 121 muertes por cada 100.000 habitantes. Seguidamente, se ubica el municipio Pedro María Ureña con una tasa de 115 por cada 100.000 habitantes. Es importante recordar que ambos municipios están ubicados en la frontera con Colombia, lo cual ha influido negativamente, pues las actividades que se llevan a cabo en estas zonas propician los delitos, en especial los homicidios.
En el municipio García de Hevia, cuya capital es La Fría, se encuentra un paso importante de la frontera colombo-venezolana desde Boca la Grita hacia Puerto Santander en Colombia. Esta zona está bajo gran influencia y control de grupos paramilitares y de la guerrilla colombiana.
Por su parte, el municipio Pedro María Ureña tiene cercanía al Puente Internacional Simón Bolívar y conecta con Cúcuta, el principal paso de salida del país para los emigrantes. Al igual que en García de Hevia, se presume que los grupos armados que controlan esta zona, en especial los “paracos”, también controlan los más de 80 pasos fronterizos ilegales, a través de los cuales se realiza contrabando de bienes y de personas de un lado a otro de la frontera.
Los otros municipios que completan la lista fueron el municipio Ayacucho y el municipio Antonio Rómulo Costa, ubicados en zonas cercanas a la frontera, y que se dedican principalmente a la producción ganadera. En estas áreas los productores son víctimas constantes de extorsión para poder realizar sus labores y para que los grupos armados “garanticen su seguridad”. Al igual que en el caso de los primeros dos municipios, también ocurre cantidad de muertes violentas por control de la zona para fines lucrativos de los grupos armados irregulares.
Datos por mes
Enero: En enero se registró la mayor cantidad de hechos violentos ocurridos en el estado Táchira, con 36 sucesos. 34,3% de las víctimas fueron identificadas como hombres y tan solo 4,8% como mujeres; el resto de los decesos o víctimas de crímenes como robos y demás no fueron identificados en los artículos de la prensa regional. Además 57,1% de los víctimas fueron por homicidios; 24,4% víctimas de secuestro, 2,4% de violaciones, 2,4% de robos con lesión y 20,4% de robos. En el 66,7% de los casos registrados el delito más grave fue el homicidio.
En cuanto a los victimarios, la categoría desconocido obtuvo 30,6%, seguido de los funcionarios de cuerpos de seguridad con 13,9% (11,1% fueron funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas y 2,8% efectivos de la Policía Nacional Bolivariana) y 8,3% fueron familiares o conocidos. El tipo de violencia más registrada fue la delincuencial (83,3%), seguida de la policial (11,1%) y la organizada (5,6%).
Los tres móviles más frecuentes fueron el ajuste de cuentas con (33,3%), el robo (22,2%) y el sicariato (19,4%). En menor proporción ocurrió el ataque a cuerpos de seguridad, la venganza, la riña y la extorsión.
Febrero: Con respecto a enero, los sucesos de violencia registrados disminuyeron, ya que en febrero se registraron 31 casos. El 61,8% de las víctimas fueron hombres y 5,95% mujeres, lo que representa un aumento con respecto a las identificadas en enero. En 51,6% de los casos el delito más grave fue el homicidio. Para unirse a la lista de delitos más graves que ocurrieron en los 31 sucesos registrados está robo con lesión (12,9%), robo y lesión, cada uno con 6,5% y tentativa de homicidio, secuestro y extorsión con 3,2% para cada delito.
Los victimarios en la categoría de familiar o conocido aumentaron este mes y representan un 9,7% del total, misma cifra que presentan los funcionarios de los cuerpos de seguridad. La violencia delincuencial incrementó a 74,2% durante febrero, pero también se presentaron casos de violencia pandillera, policial y política. Para el segundo mes del año, los móviles más frecuentes fueron el sicariato (29%), el robo (25,8%) y el ajuste de cuentas (19,4%).
Marzo: El registro de sucesos siguió en descenso y para este mes solo hubo 24 sucesos. El 58,1% de las víctimas de marzo fueron por homicidios, lo cual engloba la mayor parte; además hubo víctimas de secuestro y robo. Por primera vez en el año se registra en los sucesos de la prensa la desaparición forzada, además se dieron otro tipo de delitos, muy frecuentes en la entidad, tales como lesión, robo, extorsión y amenazas de muerte.
Durante marzo, el número de funcionarios de cuerpos de seguridad en el rol de victimarios aumentó de forma alarmante. En 29,2% los victimarios fueron efectivos policiales o militares, particularmente en homicidios debido por enfrentamientos. La mayor parte de estos funcionarios pertenecen al Cicpc y además se registró participación de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
La violencia delincuencial (50%) encabezó la lista del tipo de violencia ocurrida, seguida de la violencia policial con 29,2%. Además se presentó violencia pandillera, organizada y linchamientos. El móvil más frecuente fue el ataque a los cuerpos de seguridad (33,3%)
Abril: Aumentaron los sucesos y para este mes se registraron 26 hechos violentos a través de la prensa regional. La cifra de víctimas de homicidio disminuyó por primera vez en el año y en esta oportunidad 46,4% fueron víctimas de este delito, la menor cifra registrada en comparación al primer trimestre de 2018. Por segundo mes consecutivo, funcionarios del Cicpc y la FANB vuelven a tener participación como victimarios.
La violencia delincuencial encabeza la lista por cuarto mes consecutivo con 61,5% de los hechos y se registran por primera vez en el año casos de violencia intrafamiliar. Persiste la violencia pandillera y policial, que junto a la violencia delincuencial encabezan los tipos de violencia más comunes hasta abril.
El robo pasa a encabezar la lista de los móviles más frecuentes del mes con 26,9%. El resto de los móviles incluyen el ajuste de cuentas, sicariato y ataque a cuerpos de seguridad, siendo estos otros de los que presentan mayor incidencia. También hubo móviles como extorsión, riña, resistencia a las autoridades, venganza y protestas.
Mayo: De los 26 hechos registrados en este mes, en 69,2% el delito más grave fue el homicidio, en 7,7% de los casos fue el robo, mientras que el secuestro, la lesión y la amenaza de lesión ocurrieron en 3,8% de los casos, cada uno. Los victimarios más frecuentes fueron desconocidos (23,1%) o funcionarios de cuerpos de seguridad (19,2%). Con respecto a estos últimos, nuevamente los funcionarios del Cicpc encabezaban la lista.
Lideró la violencia delincuencial con 65,4% de incidencia y aumentó la violencia policial a 23,1% en este mes. Se presentaron además violencia pandillera y política, cada una con 3,8% de los casos. Este mes los cuatro móviles más frecuentes fueron el robo, ajuste de cuentas, sicariato y ataque a cuerpos de seguridad, cada uno con 19,2%.
Junio: En los 25 hechos violentos que ocurrieron en junio, 64,5% fueron víctimas de homicidio. Asimismo, el homicidio fue el delito más grave en 80% de los casos reseñados, aunque se registró el robo con lesión y lesión, estas cifras fueron menores en comparación, con 4% y 8% respectivamente.
En esta oportunidad los funcionarios de seguridad lideran la lista de victimarios con 20%, seguido de grupos armados irregulares, que operan especialmente en los municipios fronterizos. En cuanto a los primeros, este mes hubo participación no solo del Cicpc, sino además de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la PNB y La FANB. En 56% de los casos se presentó violencia delincuencial, seguida de violencia policial con un total de 20%.
Julio: Aunque hasta junio se confirmó que la mayoría de las víctimas fueron hombres, y sigue siendo un hecho para el séptimo mes del año, la cantidad de víctimas femeninas aumentó a 25,9%, siendo este el mes con mayor cantidad de víctimas mujeres. Coincide además con la presencia del delito de violación, del cual resultan 3,7% del total de víctimas.
Aunque el delito más grave es el homicidio (58,3%) también ocurrieron hechos de robo con lesión, extorsión y violación. Los victimarios para este mes fueron, en primer lugar por segundo mes consecutivo, los funcionarios de cuerpos de seguridad (16,7%) seguido de familiares o conocidos (12,5%).
El Cicpc y la PNB se mantuvieron como los cuerpos cuyos funcionarios son los partícipes más frecuentes en las muertes violentas que ocurren en el Táchira. El móvil del ajuste de cuentas tiene un repunte en este mes y cuenta con el 25% de los casos, al igual que el móvil de robo.
Agosto: Descendió la cobertura noticiosa en materia de sucesos y se registraron tan solo 23 casos en la prensa regional. El delito más grave fue homicidio, en el 52,2% de los casos. La cifra de extorsión aumentó considerablemente y en esta oportunidad, ocurrió en 13% de los casos registrados. En agosto, la PNB encabezó la lista de funcionarios de cuerpos de seguridad que participaron como victimarios (13%), en segundo lugar el Cicpc; la GNB y FANB en el tercer puesto cada una con 4,3%.
Un dato que llama la atención para este mes es que la violencia de tipo delincuencial disminuyó considerablemente, siendo la más baja del año con 34,8%. Aunque sigue ocupando el primer lugar, estuvo muy cercana a la cifra de violencia policial (30,4%). En agosto también se evidenció violencia pandillera, intrafamiliar, política y linchamientos.
El ajuste de cuentas y el ataque a los cuerpos de seguridad fueron los móviles más frecuentes en los hechos de agosto y entre ambos suman casi la mitad del total registrado.
Septiembre: El homicidio ocurrió en 50% de los 24 sucesos registrados para el mes de septiembre. Asimismo aumentó la cifra de homicidios por sicariato y por ajuste de cuentas. Esto podría tener conexión con el indicador de victimarios, que señala que en el 29,2% de los casos no fueron identificados por los testigos o los cuerpos de investigación.
Entre el móvil de ajuste de cuentas y sicariato suman 45,8% del total de móviles que se presentaron este mes en el Táchira. Los otros móviles más frecuentes fueron el robo y el ataque a cuerpos de seguridad, cada uno con 25%. Los funcionarios involucrados en algunos de los homicidios ocurridos este mes fueron, nuevamente, del Cicpc y de la PNB. En esta oportunidad 16,7% de los victimarios fueron funcionarios de seguridad del Estado.
Octubre: Octubre fue el mes donde hubo menos registro de sucesos violentos, para un total de 19 casos reseñados. El número de víctimas femeninas es el segundo más alto del año con 16,7%, aunque los hombres siguen siendo la mayoría de las víctimas de hechos violentos, y en este mes se identificaron 50%. En el 42,1% de los sucesos el homicidio fue el delito más grave. Delitos como secuestro, lesión, robo y extorsión también se dieron lugar en la lista, cada uno representa un 5,3% del total.
Asimismo, octubre es uno de los meses donde los funcionarios de seguridad han tenido mayor participación como victimarios, con un 26,3%; seguido en esta oportunidad de familiares y conocidos con 15,8%, esta última categoría estuvo integrada por parejas o ex parejas de las víctimas. Los funcionarios de la PNB ocuparon el primer lugar en rol de victimarios que pertenecen a algún cuerpo de seguridad.
La violencia delincuencial ocurrió en 36,8% de los casos, la policial en 26,3% y la pandillera, intrafamiliar y organizada en 10,5%, cada una. También existió violencia por parte de grupos irregulares (5,3%).
En cuanto a los móviles, la resistencia a la autoridad estuvo presente en 26,3% de los casos, siendo el móvil que encabeza la lista. En cuanto al robo, extorsión y ajuste de cuentas, cada uno fue el móvil en 15,8% de casos. En octubre también incrementaron, respecto a otros meses del año, los móviles de riña y venganza, cada uno con 10,5% de los casos.
Causas de muertes principales
De acuerdo a los datos recabados,el OVV Táchira concluyó que aunque la tasa de muertes violentas ha disminuido, sigue siendo una cifra alta de crímenes y, en la mayor parte de los casos, estos ocurren debido a las actividades ilegales que se llevan a cabo en las zonas fronterizas. El control de zonas para realizar actividades ilegales con fines lucrativos, como el contrabando o la extorsión a productores agrícolas, son algunas de las causas principales que influyen en las muertes violentas que ocurren cada año Táchira.
Gran parte de los móviles de los homicidios son debidos al ajuste de cuentas y sicariato, donde están involucradas bandas armas o grupos armados irregulares que hacen vida en los municipios fronterizos. Cabe destacar, que hasta 2017, Táchira estuvo incluido en la lista de los cinco estados del país donde ocurren mayor cantidad de muertes violentas asociadas al sicariato, al igual que otros estados fronterizos como Amazonas y Zulia.
Pero además de estos móviles, otros como el robo, la extorsión y la resistencia a la autoridad o ataque a cuerpos de seguridad, toman cada vez más fuerza en la lista. Cada uno de ellos estuvo presente de forma sostenida en las estadísticas mensuales.
Otro dato que ha quedado en evidencia ha sido la participación, cada vez mayor y más preocupante, de los funcionarios de cuerpos de seguridad en hechos delictivos, toman parte no solo en homicidios que derivan de enfrentamientos con delincuentes, sino en casos de robo y extorsión. Esto, sin dudas, constituye un grave deterioro del sistema policial y militar, que al mismo tiempo es reflejo del deterioro de las instituciones y que además disminuye cada vez más la confianza de los ciudadanos hacia estas instituciones.
Cifras nacionales
El informe nacional del Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) del año 2018 indicó que en esta oportunidad la tasa pronosticada es de 81,4 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, lo que resulta en un total de 23.047 fallecidos. Esta cifra, aunque continúe siendo la más alta con respecto a otros países de América Latina, representa una leve reducción en relación al resultado del año 2017.
Así como disminuyeron las muertes violentas cometidas por los delincuentes, incrementaron las muertes violentas producto de la acción policial, cuyas muertes son por “resistencia a la autoridad”. En el 2018 cayeron 7.523 personas por la acción de los cuerpos policiales y militares, un incremento importante en relación al año anterior, cuando se registraron 5.535 muertes.