La sombra de la depresión en Boconó: un llamado a la reflexión

 

Karley Durán. CNP: 23.921.


La comunidad boconesa se encuentra sumida en una profunda tristeza tras la trágica noticia del fallecimiento de Jesús D., un joven de tan sólo 17 años que decidió poner fin a su vida en el sector La Peineta. Este lamentable suceso marca el segundo caso registrado en la localidad, en lo que va del año, evidenciando una crisis silenciosa que afecta a muchos jóvenes en el Jardín de Venezuela.

La depresión, un trastorno mental que puede manifestarse de diversas formas y que a menudo se oculta tras sonrisas y apariencias, ha cobrado una vez más una vida valiosa. Jesús era conocido por su energía, pero detrás de esa fachada aparentemente se encontraba un dolor invisible que lo llevó a tomar una decisión irreversible. Su historia es un recordatorio desgarrador de que la salud mental es un tema urgente y necesario de abordar, por todos en el municipio.

En Boconó, como en muchas otras comunidades de la región andina, el estigma asociado a los problemas emocionales impide que los jóvenes busquen ayuda. La falta de recursos y apoyo psicológico agrava aún más esta situación. Muchos sienten que deben enfrentar sus batallas solos, sin comprender que hablar sobre sus sentimientos no es un signo de debilidad, sino un paso hacia la sanación.

La pérdida de Jesús debe servir como un llamado a la acción para todos. Es fundamental fomentar espacios seguros donde los jóvenes puedan expresar sus emociones sin miedo al juicio. Las escuelas, las familias y las instituciones deben trabajar juntos para crear conciencia sobre la importancia del bienestar emocional y ofrecer recursos accesibles para quienes lo necesiten.

Además, es crucial promover una cultura donde se valore la empatía y el apoyo mutuo. Cada persona puede desempeñar un papel importante al estar atentos a las señales de alerta en amigos y seres queridos. Un simple gesto o una conversación sincera pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

La idea es impulsar a construir una comunidad más solidaria y comprensiva, donde cada joven sienta que tiene el derecho a ser escuchado y apoyado.

 

 

 

 

 

 

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