La sana convivencia entre venezolanos no se romperá: hay mucha paz  | Luis A. Villarreal P.

 

Luis A. Villarreal P.

Muchas cosas dichas y todavía por decir sobre la situación de nuestra Venezuela. No obstante, la realidad sigue inmutable: el desasosiego persiste en el alma de los venezolanos. No ha habido forma de modificar las circunstancias indeseadas, para ganarnos y mostrar el país añorado por casi todos; donde la paz y la concordia se observe en el rostro de cada uno.

Las Elecciones, a pesar de todas las limitaciones y dificultades, han sido reducto esperanzador en el deseo de llegar a contar con una Venezuela prometedora, donde prevalezca el bienestar y progreso colectivos; a través del sufragio universal, directo y secreto, capaz de dar versatilidad al sistema político, corregir errores y entuertos en la administración pública. Sin embargo, este recurso democrático no parece tener la eficacia requerida; porque con el ejercicio del voto no se ha podido iniciar el trabajo del mejoramiento institucional, tendiente a aportar las soluciones a la problemática convertida en crisis.

A más de tres semanas de haber acudido a las urnas electorales presidenciales, por primera vez en tantos años no se ha podido conocer el resultado pormenorizado de tan importantes comicios. Tal situación tiene en vicisitudes a la Comunidad Internacional, tanto a los afectos ideológicos de quienes aspiran reelección como a quienes ven con buenos ojos el Cambio promovido por la oposición, tal como lo permite el juego democrático de todo país dispuesto a realizarse políticamente, en el seno de una sociedad organizada cada día dispuesta a llegar más lejos en la reivindicación de sus deberes y derechos; fundamentados en el cúmulo de valores colectivos.

 

¿Qué hacer con el impasse electoral?

 

Suponemos, quedarnos

a la expectativa mientras se aclaran

todos los resultados.

Paciencia y más paciencia,

actitudes comprensivas, reclama

 

nuestra Ciudadanía.

Pero; y hasta cuándo, nos preguntamos

sin perfil pesimista.

Hagamos necesario

e infinito el deber venezolano.

 

Aunque parezca extenso

y duro, el camino es el camino.

No se aceptan pretextos

si de nuestro destino

se trata. Debemos ser asertivos

 

ahora más que nunca,

y confiar firmemente en la salida

que nos llama e involucra;

porque la paz implica

¡actuar de la mano con la justicia!

 

                                        L A V P

 

Nos corresponde esperar hasta tanto se produzcan las conformidades de rigor por parte de quienes, habiendo participado en la contienda Presidencial, siguen esperando mucho más de las instituciones; cuyas diversas competencias las apremia a poner en calma la actitud de los venezolanos.

Afortunadamente, asumiendo posiciones en defensa de sus puntos de vista, sin llegar al extremo de enfrentamientos entre venezolanos, se está imponiendo la tolerancia y comprensión por la opinión ajena

En buena lid, oponentes en el terreno de ideas y aspiraciones políticas, se están cuidando al no dejarse arrastrar por provocaciones indeseadas. Siempre a la espera de simplificar las diferencias sin incurrir para nada a la instigación al odio; sino más bien apelando a más racionalidad y civismo, en el marco de la paz viviente y practicante. Las autoridades lo saben, porque el pueblo está actuando con cordura, dejando el paso libre a instituciones y funcionarios con la debida espera de su ponderación.

 

 

 

 

 

 

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