LA RUTA DEL HORROR: SELVA DEL DARIÉN | Por: José Francisco Conte Capozzoly

 

La histórica región del Darién, también conocida como Tapón del Darién o Selva del Darién, abarca la provincia panameña del Darién, así como el norte del Departamento del Chocó en Colombia; conocida por ser un área de tránsito de migrantes que la mayoría sufren de los efectos de la naturaleza, tales como inundaciones, picadura de insectos peligrosos, mordeduras de serpientes, ataques de animales salvajes, heridas por plantas, etc. Lo que causa desde heridas simples hasta la muerte, por ser una zona selvática y pantanosa.

Este impenetrable y agreste territorio que separa a Colombia de Panamá, se ha constituido en el triste escenario del desastre y tragedia que destroza el alma de nuestro país. Entre quienes cruzan esta desapacible región, destacan los venezolanos, pues conforme cifras de destacadas organizaciones relacionadas con el campo de la migración, señalan que al menos el 70% de quienes se atrevieron a enfrentarse a esa inhóspita zona selvática en el pasado año 2023 eran venezolanos, lo que constituye un aproximado de 350.000 personas, pero que serías estimaciones indican que esas cifras en vez de reducirse van en constante crecimiento.

Junto con estas cifras alarmantes, se ocultan relatos e historias desgarradoras, épicas o heroicas, y una lucha humana por lograr la supervivencia, de quienes empujados por la enorme crisis que vivimos en el país, deciden dejar sus hogares, trabajos y enseres, para buscar un futuro mejor, y hasta se atreven a asumir el reto de enfrentarse hasta la muerte; pero aparte de los desafíos de la naturaleza, estas personas se ven expuestas a abusos, explotación, aprovechamiento y violencia por parte de traficantes y grupos criminales que sacan provecho y ventajas de la vulnerabilidad de las mismas.

Esto es solamente en la Selva del Darién, sin mencionar los múltiples peligros que azotan a nuestros migrantes en México, frente a bandas criminales que secuestran, extorsionan, roban, violan y exponen a situaciones inhumanas, lo que amerita un análisis posterior.

La razón o causa de que miles de venezolanos se exponen a estas graves adversidades, incluso con niños y adultos mayores, radica en la profunda y prolongada crisis económica que afronta el país, que obliga a buscar refugio y nuevas o mejores oportunidades en tierras extranjeras, para sortear el desempleo, la dificultad de satisfacer necesidades básicas como alimentos, vivienda digna, empleo, seguridades económicas y hasta sanitaria.

Aparte de toda esta tragedia que viven, se agrega que en algunos países receptores de migrantes venezolanos, por causas de inestabilidad política y económica, se han producido tensiones que han aumentado la xenofobia y la discriminación para con nuestros conciudadanos, quienes tratan de buscar la reconstrucción de sus vidas lejos de su lugar natal. Otra situación, más alarmante, que se suma contra la migración venezolana, es la cantidad de femicidios, pues la mujer sola en condición de migrante se torna aún más vulnerable.

Estamos conscientes que esta situación de crisis extrema que estamos viviendo no puede perdurar; requerimos urgentemente de un nuevo enfoque económico, cuyas políticas y medidas conlleven a frenar la ola migratoria, e incluso al regreso al país de muchos de los que han ido o emigrado. Este nuevo modelo económico que nos llevaría hacia la estabilidad y el desarrollo, no puede concebirse a corto plazo, sino en políticas de largo alcance. El mismo debe tener como base la libertad económica, donde la iniciativa particular y la libre competencia sean los pilares para impulsar el crecimiento y la generación de oportunidades, puesto que un fuerte sector privado conlleva a fomentar la innovación y la eficiencia, que disminuirá considerablemente el desempleo y la diversificación de la economía.

A la par de las políticas económicas, debemos robustecer la educación, ya que un pueblo educado y capacitado profesional y técnicamente es el piso donde se edifica un modelo económico exitoso y productivo.

Todo esto exige un compromiso sólido de parte de todos los sectores de la sociedad: gobierno, sector privado y ciudadanía en general: Además es menester dejar de lado las oscilaciones políticas y las decisiones improvisadas, que han determinado el panorama político en las últimas décadas.

Nuestro país tiene todo el potencial y los recursos para su resiliencia, que debe imponer un nuevo modelo económico y social que sea perdurable y sostenible, mediante el compromiso de todos los sectores de la vida nacional. Esto claramente permitirá evitar la emigración de venezolanos y dejar atrás de ruta del horror y del sufrimiento.

Abogado y Profesor Universitario

 

 

 

 

 

 

 

 

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