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Inicio Actualidad

La redada policial más grande que conoció Valera  | Por Alfredo Matheus

Sentido de Historia

por Alfredo Matheus
06/07/2025
Reading Time: 4 mins read
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* Hace 55 años, los muchachos hacían la primera comunión en la iglesia San Juan Bautista, luego de los oficios religiosos, se les obsequiaba un suculento almuerzo, aquello causaba mucho regocijo en los niños porque la mayoría jamás se habían comido una manzana, ni uvas, menos ensalada rusa. La fiesta seguía en la casa de familia donde lo más popular era partir la tradicional torta.

* El pan caliente y la leche de vaca llegaba muy de mañanita a la casa de los valeranos. El señor Amadeo se ufanaba de vender leche sin una gota de agua, hasta la prensa diaria se hacía presente en los hogares sin necesidad de salir a la calle a buscar los pregoneros.

* En horas de la noche, la ciudad marchaba al centro de Valera para disfrutar de las exhibiciones en los centenares de tiendas que para la época existían. El comercio era de tanto auge que no daba tiempo de recorrer tantas ventas de ropa… En la heladería Roma había que tener paciencia hasta que nos tocara el turno de apertrecharnos de una llamativa barquilla. Jamás volvimos a comer  otra igual. La muchacha que atendía el local parecía toda una reina de belleza,  se hacía una cola de adolescentes pidiendo su barquilla, pero, en el fondo, también se buscaba admirar tanta belleza detrás del mostrador.

* El fuerte guarapo de panela que vendían dos viejitos en la calle 14 con Av. 10, era lo más barato para agarrar una “pea” segura. El que se tomaba tres “guarapazos” tenía una borrachera  para “sacarle cría”.

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* Las redadas policiales era el terror de la muchachada, viernes y sábado en horas de la noche había que estar “mosca” mirando para los lados, al observar que se acercaba una patrulla de tombos, la carrera era de mucho miedo, nadie quería ir a dormir en el suelo pelado de la Comandancia de Policía hasta el día lunes en que se salía en libertad.

* En el comedor popular, un almuerzo bien resuelto costaba un bolívar, recuerdo a mi amigo “pata e´ croche” con sus 200 kilos de peso, pedía tres almuerzos al mismo tiempo, en un santiamén dejaba las bandejas limpiecitas ante el asombro de los presentes, algunos decían que tenía la solitaria, por eso, tanta comida junta que degustaba… Los que no tenían para comprar tan buena “papa”, no faltaba un alma piadosa que les brindaba el almuerzo.

* Los sábados la ciudad era una gran fiesta. Hombres y mujeres vestían sus mejores galas para ir de parranda que podía durar hasta el amanecer. En las casas más humildes se prendía la pachanga. Los ricachones tenían su club donde se tomaba whisky 18 años. En horas de la mañana, los días domingo, era normal observar la gran cantidad de jóvenes que desfilaban por la Av. Bolívar, no porque iban a misa, sino que salían de pachanguear en las discotecas del sector Las Acacias.

* El mudo que cuidaba la casa de Copei en la calle 12 con Av. 11, formaba unos soberanos escándalos al momento en que la muchachada que salía de las escuelas les hacía señas indecorosas con las manos. Al mudo se le metía una rabia tan grande que salía en veloz carrera, garrote en mano, a ver qué joven agarraba para darle sus buenos  garrotazos.

* Los bares de la ciudad eran atendidos por las populares mesoneras. Algunas les acompañaban mucha simpatía, bailaban como todas unas artistas. Uno que otro empedernido bohemio de esas noches de gozo terminaba enamorado de las “chicas malas” como eran conocidas. Se decía que enamorarse de unas de estas damas, era parecido a tener de amigo a un policía, pues estos, a la hora de una redada callejera, no conocían a nadie.

  * ”Zombi”, fue un niño que creció en la Unidad Carmania, al cumplir los 18 años, era obligatorio abandonar el albergue. Se refugió en casas de amigos que habían estado en esta casa correccional. Se convirtió en defensor número uno de las mesoneras, a partir de las 12 de la noche se daba a la tarea de buscarlas en distintos bares para acompañarlas hasta sus casas, las mujeres lo adoraban y les obsequiaban algún dinero por la protección que les brindaba… En muchas oportunidades, “Zombi” se agarró a pelear con uno de esos “machotes” que le gustaba golpear mujeres, nunca perdía una pelea callejera…

 

 

 

La represión más bestial

 

 

Recuerdo la más grande redada policial que conocieron las barriadas valeranas: 500 valeranos fueron detenidos sin derecho a “pataleo”… Hace 45 años fue herido de gravedad un funcionario de la guardia nacional por los lados de la calle 16, el comandante del Destacamento 15, enloqueció y desató una feroz represión; los hombres eran sacados de las casas sin ninguna orden judicial, trabajadores que se estaban bañando lo único que les dejaban ponerse eran los interiores, así  fueron montados en el bus verde de la guardia nacional y patrullas de la policía que hacían viajes y viajes hasta el comando de la guardia ubicado en las cercanías del parque Los Ilustres en Las Acacias.

Tags: CulturahistoriaSentido de HistoriaTrujilloValera
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