Moscú, 12 jun (EFE).- Ucrania ha abierto una nueva fase de la guerra al reconquistar cinco localidades en el marco de la contraofensiva que inició hace más de una semana, a la que Rusia se resiste por todos los medios, incluido, según Kiev, con la voladura de una segunda presa.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cumplió con su palabra de que Kiev no esperaría más por el armamento occidental a la hora de poner en marcha el esperado contraataque, aunque ha pedido a Alemania nuevas partidas de tanques Leopard 2 y blindados Marder.
Según han reconocido ambos bandos, los combates más cruentos tienen lugar en las regiones de Donetsk y Zaporiyia, algo de lo que se libra la anegada Jersón, intransitable por el momento debido a las inundaciones por la destrucción de la Central Hidroeléctrica de Kajovka.
UCRANIA, PRIMEROS RÉDITOS TERRITORIALES
A las dos aldeas liberadas el fin de semana en Donetsk -Blahodatne y Neskuchne-, se sumaron hoy otros dos bastiones controlados por las tropas en esa misma región -Storozhove y Makarovke- y un quinto en Zaporiyia (Novodarivka).
«La bandera vuelve a ondear en Storozhove. Y eso mismo ocurrirá con todas los pueblos hasta que no liberemos todo el territorio ucraniano», proclamaron los marines del puerto de Odesa, que habrían liquidado a medio centenar de soldados rusos, de los que cuatro fueron hechos prisioneros.
En el caso de Zaporiyia, controlada en un 80 % por los rusos, el objetivo de la operación es alcanzar el Azov, convertido en mar interior por Moscú, y recuperar los puertos de Mariúpol y Berdiansk.
Además, Kiev también ha anunciado avances de sus tropas en los flancos de Bajmut, ciudad que perdió hace un mes a manos de los mercenarios de Wagner.
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Ucrania podría haber logrado también réditos territoriales cerca de Velika Novosilka (Donetsk) y en torno a Orijiv, localidad que conduce a la principal ciudad de Zaporiyia bajo control ruso, Melitópol.
Rusia admitió hoy estar utilizando helicópteros de asalto y drones para ralentizar el avance ucraniano en la frontera administrativa entre Donetsk y Zaporiyia.
El pasado viernes el presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró ufano que todas las intentonas ofensivas ucranianas habían «fracasado», pero reconoció que Kiev conservaba su «potencial ofensivo». Acertó en su última apreciación.
RUSIA, PROHIBIDO RETROCEDER
Mientras, Rusia, que celebró el lunes su día nacional entre estrictas medidas de seguridad por temor a los drones ucranianos, se mantuvo en sus trece.
El Ministerio de Defensa de Rusia insistió en su parte diario en que sus tropas han rechazado hasta cinco ataques enemigos en las regiones de Donetsk y Zaporiyia, donde Kiev habría perdido cientos de hombres.
Según Defensa, las hostilidades más intensas tienen lugar en torno a los bastiones de Márinka y Avdíivka, en las afueras de la capital regional de Donetsk.
«Hace más de una semana que ellos (los soldados rusos) repelen exitosamente la contraofensiva del sangriento régimen de Kiev apoyado por la OTAN», escribió Viacheslav Volodin, presidente de la Duma o cámara de diputados, en Telegram.
En cambio, según la viceministra de Defensa ucraniana, Hanna Maliar, el Ejército ruso se habría visto obligado a movilizar tropas estacionadas en Jersón hacia la zona de Donetsk y Zaporiyia.
Además, Kiev acusó hoy a Moscú de volar una nueva presa, esta vez en Donetsk, con el fin de frenar las arremetidas enemigas.
“Los ocupantes han volado una presa en el río de Mokri Yaly, lo que ha provocado inundaciones en ambas orillas del río”, dijo el portavoz del ejército ucraniano para la región de Tavria, Valeri Shershen.
Eso sí, la destrucción de la presa, que se encuentra cerca de la frontera con Zaporiyia, “no afecta a las operaciones ofensivas” de Ucrania en la zona, añadió.
NIVELES DE AGUA DESCIENDEN EN JERSÓN
Después de una semana, los niveles de agua en las zonas inundadas por la presa de Kajovka han descendido notablemente, según admitieron las autoridades a ambos márgenes del río Dniéper.
Según el Ministerio para Situaciones de Emergencia, más de un millar de casas ya se han liberado del agua, aunque no se aconseja el retorno de sus inquilinos.
La empresa hidroeléctrica rusa, RusHydro, calcula que el agua volverá a su cauce normal el próximo viernes, al menos en la parte baja de la central hidroeléctrica.
En cuanto a los damnificados, el Ministerio del Interior de Ucrania elevó a diez los muertos y a 42 los desaparecidos, mientras Moscú mantiene los ocho fallecidos.
Precisamente, ante las discrepancias en las mediciones del nivel de agua del estanque que se emplea para refrigerar la central atómica de Zaporiyia, el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica, Rafael Grossi, partió el lunes rumbo a Ucrania, donde se reunirá con Zelenski e inspeccionará la planta.