Los recientes sucesos políticos que obligaron a Juan Guaidó, a Primero Justicia, a Voluntad Popular y a Un Nuevo Tiempo, a dejar de callar y abandonar su pusilánime e hipócrita conducta, pusieron en evidencia el papel fundamental del periodismo en la lucha contra la corrupción venga de donde venga, como debe ser: corrupto es corrupto, sea del color que sea . Roberto Deniz y el portal ArmandoInfo a nivel nacional e internacional, y nuestra compañera Yoerli Viloria a nivel regional, fueron claros y constantes en su denuncia. Yoerli tuvo que soportar de forma valiente y con estoica entereza, una brutal campaña de descalificación de un sector político trujillano claramente identificado con los responsables de estas lamentables y condenables violaciones a la honestidad y la decencia que hoy se investigan. Con sus ataques a Yoerli quedaron en evidencia como «comparsa» de los destituidos e investigados. Se destapó una olla pestilente y parece que es la punta del iceberg. (EMU)