A La Puerta que queremos
Hoy, prestos acudimos a celebrar de singular modo tu 403 aniversario; con el consecuente compromiso que hemos asumido para darte la atención y destino que mereces; siempre pensando en La Puerta que nos hemos propuesto acicalar en su espléndida hermosura, pues conformismos, necios gustos e intereses, y la desidia oficial, insisten en hacer de tu atractivo y atavío un incómodo y melancólico lugar; abstracto de tu realidad eminentemente agrícola y turística, de lo que debieras ser con tan excelentes cualidades; signos económicos del progreso y bienestar de sus habitantes, estancados por la crisis política que tiene a Venezuela en postración y atraso desde hace casi un cuarto de siglo.
Tu invitación a caminar tus calles y avenidas y lugares de esparcimiento, añoranza de incontables visitantes que te han disfrutado por décadas, ya no exalta la sensación irresistible de otros años, por causa de un ‘ordenamiento’ urbano decadente e infuncional que no interpreta ni enaltece tu donosura ni multiplica la admiración a la que has estado acostumbrada.
El equivocado, deficiente y descontrolado urbanismo ha ido creciendo desproporcionadamente, sin tener en cuenta los requerimientos integrales de la protección ambiental, agropecuaria y forestal; la necesidad social y su equipamiento urbano; sus deficientes y limitados servicios; y el desarrollo turístico que te corresponde.
Has crecido sin los cuidados y limitaciones que reclama e impone la fragilidad ecológica, en sentido contrario a la arquitectura y estética predeterminada desde el albor de la Creación, cuando esta quiso que fueras parte del Valle del Momboy, sempiterno y portentoso paraje, lecho y camino del río que le dio su nombre y le brinda una vida de contentos con sus arrullos cantarinos, y el deleitoso sonar hacia sus frondas, faunas y gentes que lo avivan, embellecen y disfrutan.
Hemos querido para ti Puerta querida, templo de corazones lugareños y foráneos, un urbanismo que dé a entender, sobre todo, la estima y conciencia de tu gentilicio por ese albergue hospitalario y sinigual, sublime y paradisíaco, que nos ofreces en tu regazo maternal esplendoroso. Pero pese a las intensas luchas que te han homenajeado realmente, en tu seno fulgura la anarquía y dejadez.
Te están desdibujando y convirtiéndo en un pueblo marchito, sin la aquiescencia y gracia de tu luz y tu semblanza. Tus pobladores, con las excepciones por todos conocidas, no terminan de mostrar interés y responsabilidad, ni conciencia, en la valoración de la comarca que los convida, los retiene, los cobija, los sustenta, los inspira y enamora.
¡Salud en tu aniversario, Comarca Luminosa!
L A V P
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Pasa el tiempo inexorable, y nos remueve la impaciencia de querer hacer y no poder hacerlo como año tras año, desde los 80s, lo veníamos haciendo sostenidamente por la conservación y mejoramiento de La Puerta virgiliana. Al cumplirse 403 años de su fundación, ocurrida, según creencia ya tradicional, el 9 de agosto de 1620, son ineludibles las palabras que han de decirse en esta efeméride portense.
Vivimos el lamentable desperdicio del tiempo, de esfuerzos y propósitos baldíos, debido a la situación política causante de la extendida crisis venezolana, cuyas nefastas consecuencias han devastado, sin excepción, ciudades, pueblos y caseríos del territorio nacional; sus respectivas economías, en detrimento del bienestar y progreso colectivo; y, por supuesto, viciado el funcionamiento de los poderes públicos en todos sus niveles.
En La Puerta que no es excepción del resto del país, aparte de la calidad de vida respecto al sustento, poder adquisitivo y seguridad ciudadana, se ha afectado terriblemente su espacio vital, el ambiente urbano y rural; vialidad, equipamiento urbano y salubridad pública, haciendo más complicado y opaco el desenvolvimiento social.
Se ha hecho cuesta arriba la oferta de servicios propios de la actividad comercial turística, en hoteles y posadas, durante temporadas ya inexistentes; y ni se diga de la productividad caída en mengua por las enormes limitaciones acaecidas sobre el trabajo agrícola, pecuario y artesanal que casi desaparece; sobreviviendo las penurias con el suministro por goteo de los productos necesarios —abonos, insecticidas, fungicidas, semillas, nutrientes, alimentos concentrados…— para producir en términos de subsistencia; destacándose la persistente carencia y encarecimiento de la gasolina y el gasoil, situación esta que ha puesto en bancarrota o de rodillas a medianos y pequeños productores.
La Puerta no es excepción sino claro ejemplo de la penosa realidad nacional
El empeño por tratar de organizarla en todos los sentidos casi un cuarto de siglo lleva detenido, con el agravante de haberse complicado la problemática ambiental y urbanística, crisis en tratamiento desde la década de 1980, por culpa de los pésimos y desconsiderados manejos de gobiernos estadales y municipales; principal y respectivamente representados por Gilmer Viloria y Hugo Cabezas, Alí Quintero —precursor y causante de la violación de la Ordenanza y de los lineamientos del Plan de Ordenación—, y Temístocles Cabezas que hizo mutis y pudo mostrar su deslealtad e incapacidad con una lucha que hizo suya; sin exceptuar a sus sucesores en la Gobernación, en la Alcaldía y Concejo Municipal de Valera, por cuanto pudieron intentar detener y corregir tales desafueros y no lo hicieron ni lo han hecho, dejando abierta la práctica permisiva de abusos urbanístico-ambientales y las omisiones de autoridad en la problemática social históricamente más reseñada del estado Trujillo hasta los tiempos que vivimos.
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El vacío e insuficiencia del Municipio Valera generó el Movimiento por la Autonomía Municipal de La Puerta
Propuesta que chocó con el tabú y terquedad de quienes en los centros de poder debieron, si no auspiciarla, comprenderla y aceptarla por la necesidad misma y la poca visión de la mayoría de los funcionarios del ayuntamiento valerano —con las honorables excepciones del caso—, absolutamente inconscientes y miopes de lo que representan las dos parroquias foráneas, agrícolas y turísticas, Mendoza y La Puerta.
Entendiéndose dichas jurisdicciones como importantes para el auge mismo de la ciudad de Valera, donde está centralizado y congestionado el municipio que le ha quedado grande a los partidos y ‘municipalistas’ con poder de decisión; por cuanto incurrieron, mayoritariamente, en desatender la planificación de tan importante ciudad y de las parroquias que la circundan. Valera no es solamente de los valeranos que con ella y como está se conforman, sino de los trujillanos que sin ella no conciben la proyección del estado Trujillo.
El postre de esta lamentable circunstancia en la que se ahoga el porvenir de La Puerta aspirante a la municipalidad, y el estancamiento de los municipios en general, fue la ruptura e inversión del proceso de descentralización nacional llevada a cabo por la nueva pero anacrónica clase política ostentosa del poder con nefastos resultados, ‘razón’ básica por la cual se detuvo la creación del municipio La Puerta.
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El Plan de Ordenación del Territorio del Valle del Momboy una gran idea desechada por el oficialismo que prevalece
Habiendo logrado su elaboración por parte de los organismos que a bien conformaron con las autoridades y comunidades de las dos parroquias foráneas la Comisión Inter-institucional, en forma amplia e incluyente, coordinada por el Ministerio del Ambiente (Zona 7, Trujillo), en esfuerzo sostenido por dos años, no tuvo el final esperado, por cuanto el proyecto desde el 2007 fue engavetado en Caracas y no llegó al Consejo de Ministros, por la ineptitud o negligencia institucionalizada o ‘empoderada’, y las peludas y pueblerinas manos que nunca faltan.
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El desconocimiento del Proyecto de Usos Múltiples, propuesto por las asociaciones de la Comunidad puertense, ha sido el peor error y desconsideración que tuvo el gobierno estadal de Gilmer Viloria
Sobre un terreno de cuatro hectáreas ubicado al pie del centro poblado y ganado a los urbanizadores por la intervención de la que fue objeto el Banco de los Trabajadores por parte de Fogade, siendo el BTV el financista de la primera etapa del macro proyecto urbanizador de la empresa Inturesa que no pudo cumplir con sus acreedores por el enfriamiento de las ventas de los 96 apartamentos frente al Hotel Guadalupe.
Situación debida a la campaña sin cuartel realizada en La Puerta en épocas de temporada, en Valera y Trujillo, en las universidades; por medios nacionales escritos, radiados y televisados, con la campaña cultural enaltecida y encendida con la participación de Alí Primera y de otros artistas del movimiento Canción Solidaria, razón por la cual el cantautor nos dejó el legado de una canción maravillosa denominada Abran La Puerta, irónicamente al servicio de la propaganda politiquera de los que aniquilaron tan gloriosas luchas en el Valle del Momboy.
Nos correspondió solicitar a Fogade que dicho terreno no lo sometieran a oferta pública como al resto de los activos intervenidos en la crisis financiera ocasionada por varios bancos y seguros, y que tal inmueble fuera ofrecido en venta a la gobernación del estado Trujillo para que esta realizara las obras de interés social que La Puerta está solicitando desde hace muchos años.
Todo se hizo de ese modo, a pesar del desánimo de la gobernación que llegó a adquirirlo en la segunda oferta. Pero para infortunio de La Puerta, cayó en manos del gobierno ‘revolucionario’ que no supo aprovecharlo en función del proyecto arquitectónico que le presentó la comunidad organizada, contentivo de verdaderas viviendas de interés social, estacionamiento terminal, mercado agro-artesanal, campo deportivo y una nueva vía de entrada al centro poblado.
La gobernación hizo uso de un terreno que no les costó ningún esfuerzo, porque además fue adquirido por la administración anterior adeca presta a hacer proselitismo partidista con el citado espacio al desconocer en primer lugar el esfuerzo y la propuesta de los portenses emprendedores.
El terreno, estratégico, fue pésima y absurdamente utilizado por la administración de Gilmer Viloria, y ustedes pueden observar lo que hay: un barrio hecho por los cooperativistas, un marginal campo deportivo, una invasión, y nada de estacionamiento-terminal, mercado agro-artesanal, ni avenida de entrada; o sea, un desastre.
Todo bajo el conocimiento de Gilmer Viloria que participó por años en las luchas de La Puerta, donde adquirió capital político, pero con intermediación, convencidos estamos, de Armando Contreras que sobresalía del grupo de talibanes inmiscuidos en asuntos del ‘gobierno revolucionario trujillano’, desoyendo inclusive, no a quien esto escribe, sino a sus seguidores portenses que abrazaron la nefasta causa, en detrimento de sus propias luchas dentro del Comité Pro-Defensa, del Movimiento por la Autonomía Municipal, y del Plan de Ordenación del Valle del Momboy. Algo insólito.
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En el 2010, con mucho esfuerzo se consiguió la intervención de la Comisión de Ambiente y Ordenación del Territorio de la Asamblea Nacional
Pero la actitud del chavismo lugareño dio al traste con el objeto de la visita de dicha Comisión, cual era la constatación de la irresponsable política municipal urdida por el Alcalde Alí Quintero y el celestinaje del Concejo Municipal que lo acompañó y fue testigo mudo de la violación urbanística en la Hacienda El Rosario, al pie y norte del centro poblado, lugar donde se originó la lucha ambiental contra el urbanismo equivocado en los 80s que llegó a tener relevancia nacional.
Y no sólo sobre la referida hacienda, también en otros terrenos agrícolas en los que sigue campeando la anarquía urbanística, incrementando la denominada ‘carga muerta’ de La Puerta, por cuanto no contribuye a satisfacer la necesidad social, tampoco los requerimientos turísticos, la conservación de los suelos de vocación agrícola, las limitaciones de los recursos naturales del valle y su cuenca del río Momboy, incluyendo su paisaje y estética panorámica, hoy día en lastimoso deterioro.
La visita de la Comisión, por medio de otros diputados, ya había intervenido en el 2005, fue aprovechada [saboteada] en sentido contrario por áulicos chavistas lugareños, porque no se hizo la inspección ni se pudo levantar el informe contra las fechorías y omisiones municipales, pero sí se utilizó el Proyecto del Plan de Ordenación, años atrás concluido, como chivo expiatorio, para allanar la continuidad e impunidad de la anarquía, ante la mirada ciega e indolente de los ‘municipalistas’ de turno. De esta satrapía se puede excluir el Ministerio del Ambiente, invitado por la Comunidad organizada y consecuente con las luchas, cuyos funcionarios ante la Comisión defendieron el Plan de Ordenación.
Desde entonces todo ha quedado en el limbo, a la suerte de una mirada condolida y milagrosa de los funcionarios municipales y estadales que muy poco intervienen, apareciendo los primeros en aniversarios de la parroquia, para realizar aburridas sesiones referidas a casi lo mismo: a las circunstancias de fundación de la parroquia y sus tradiciones, a la trillada frase ‘La Puerta capital turística del estado Trujillo’, y seguir sellando el ‘compromiso’ de un no sé qué más; sin considerar la penosa realidad vivida en los corazones y propósitos de los ciudadanos que quieren soluciones a la creciente problemática.
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Pero antes de esas últimas luchas; quienes con un poco de memoria e interés por las circunstancias de La Puerta y todo el Valle del Momboy, han de recordar las humillaciones de ‘funcionarios’ principalmente municipales y también estadales contra la dirigencia comunitaria de La Puerta —organizada en el Comité Pro-Defensa, Asociación de Vecinos, Comité de Agua, Consejo Parroquial, Movimiento por la Autonomía Municipal y Movimiento por el Rescate de La Puerta—, cuando ha luchado a brazo partido por diversas obras que requiere la parroquia:
El Centro Cívico Cultural, aprobado en la zonificación, destinado a tener un lugar céntrico donde el pueblo convergiera en su deseo de intercambiar opiniones y experiencias sobre la actividad social y su convivencia: cultural, deportiva y agro-artesanal, conservacionista, estudiantil…, también útil al esparcimiento turístico.
Esta maravillosa y modesta obra propuesta fue interrumpida por la actitud proselitista y clientelar, e irresponsable, de la partidocracia adeco-copeyana lugareña y municipal, que le dieron la espalda a la construcción de un auditorio, salas de exposición, cancha, a la sede de la biblioteca pública, entre otras instalaciones previstas.
En esta lucha participaron gremios profesionales, la Universidad, organizaciones estudiantiles y culturales, la iglesia, personas benefactoras, que con sus firmas solicitaron del Concejo Municipal una solución —a través de una propuesta viable que se presentó—, pero la conformación bipartidista municipal, no quiso.
Así de simple; actuaron como déspotas y con revanchismo contra el Comité Pro-Defensa de La Puerta, en un artero y brutal acuerdo anticiudadano, irrespetuoso del sacrificado emprendimiento de la comunidad organizada de La Puerta llena de entusiasmo por su futuro socio-cultural.
Los Baños Públicos y un Centro Comercial a escala vecinal, fue otra propuesta desbaratada por el bipartidismo, pese a que su finalidad era ubicar a los buhoneros esparcidos por calles y avenidas, y tener instalaciones para la exposición de productos agro-artesanales; como también ofrecer el servicio sanitario de baños públicos, necesidad fundamental del transeúnte, de los visitantes, y con ello evitar las pocilgas a la entrada de portones y recodos de las viviendas aledañas a la plaza Bolívar.
El propósito era hacer uso del terreno municipal El Cocuyal diagonal al ambulatorio, rescatado y desocupado por la Asociación de Vecinos, un espacio desde hace años ya ocupado por amigos de los bienes públicos con fines personales. Aunque se pidió infructuosamente el año pasado la intervención de la Alcaldía, la policía y la Prefectura parroquial, e incluso la de personeros chavistas con influencia en el ‘Consejo Comunal’ —al parecer una asociación sin perfil en el que participan los llamados opositores—; dichos entes prefirieron no actuar en beneficio de la comunidad, negándose a realizar una obra de necesidad social y turística, de las tantas que brillan por su ausencia.
Los reductores de velocidad —policías acostados— es otro de los problemas en que se ha batallado desde años, sin que se haya logrado nada, solo su proliferación. Se denunciaron a tiempo, solicitando la intervención del Ministerio de Transporte y Comunicaciones, organismo administrador de la Troncal 7, con competencia sobre la vialidad trasandina, e incluso en áreas urbanas y extraurbanas. Dicho ministerio no pudo hacer nada, aun cuando reiteradamente se declaró en contra de los susodichos reductores, haciendo inspecciones y, considerando su ilegalidad, se comprometió varias veces con el rescate y refacción de la vialidad, desalojando estos peligrosos obstáculos.
Pero, el caso es que se impusieron los abusos de la Alcaldía y Gobernación, organismos ilegalmente complacientes de los consejos comunales; algunos de estos no sabían dónde ni cómo invertir los dineritos que les daban para paliar las necesidades ‘intrínsecas’ de sus comunidades o vecindarios, entonces le pusieron el ojo y la mano a la vialidad extraurbana, que es una vía rápida, y a algunas calles y avenidas de los centros urbanos.
Nadie ha denunciado más esa aberración sobre la troncal, sólo la comunidad consciente de La Puerta unida a la Asociación de Conductores Valera-La Puerta, volqueteros y camioneros, perjudicados con estos reductores, hechura de la conciencia y mentalidad restringida de sus promotores.
Recientemente, hace semanas, según se dice con la firma del consejo comunal abstracto dominado por ‘opositores en la comuna’, se empezaron a colocar policías acostados en el casco del centro poblado de La Puerta; uno, diagonal al ambulatorio, y otro a la Escuela de Música, ambos en la avenida Bolívar; vía en la que se pretende seguir colocando estos estorbos y peligros, causantes de daños y accidentes vehiculares.
Los financistas de estos vericuetos son «colaboradores» locales que atienden las necedades y rebuscos de los promotores. Esto es como para no creerlo: mentalidades desubicadas de lo que realmente necesita el pueblo y su saneamiento, incursas en el irrespeto a la vía pública, con el desabrido cuento de atenuar o controlar la velocidad y el exceso de conductores irresponsables.
Una manera absurda de querer resolver este problema, haciendo que el remedio —obstáculo y molestia del libre tránsito, de mal gusto, estresante, exasperante y antiestético— sea mucho peor que la enfermedad. Ambigua forma de crear conciencia ciudadana.
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Propicia es la ocasión para recordar y agradecer a la enorme lista de personas que se han sumado a la lucha de La Puerta, a quienes en general los reconocemos como sus benefactores en tiempos de crisis, en nuestra memoria están ante la apoteosis que vendrá, provenida de la cruzada de solidaridad inolvidable, en la que se ha demostrado y compartido la sensibilidad como parte de nuestra responsabilidad humana, y, por qué no, los sueños y quimeras latentes en nuestros corazones.
Reafirmamos, de este modo, el compromiso de una lucha ya encaminada, con logros y propósitos trazados y entendidos; esperando, Dios mediante, el momento apropiado para revisar y adecuar las propuestas a las circunstancias, al diagnóstico y recursos requeridos y disponibles; y el concurso de las nuevas generaciones que lastimosamente no se han presentado para reivindicar su tierra y la de sus familia; sin renunciar, mucho menos minimizar, a las justas aspiraciones sobre nuestro espacio existencial que es una Zona Protectora, un Área Bajo Régimen de Administración Especial que abarca todo el Valle del Momboy.
Fotografía:
- Heidiana,
- Landerzuelo,
- Pulidoro,
- L A V P.