La pronta Beatificación del Dr José Gruegorio Hernández y la Pandemia

Francisco González Cruz

 

El Dr. José Gregorio Hernández representa la bondad útil, la bondad comprometida con los otros. La bondad consciente que aprovecha la ciencia y la medicina para ponerla al servicio de la vida, de la salud de la gente, en particular de los pobres. Se formó rigurosamente en los campos de la medicina experimental y trabajó en los laboratorios para aplicar esos conocimientos a la restitución de la salud de los enfermos, y a prevenir las enfermedades. También se dedicó a formar médicos e investigadores en esas ciencias. Pero no abandonó el ejercicio de la medicina para ir directamente al paciente necesitado.

Además de su elevada formación científica y su abnegada vocación médica, lo acompañaba una profunda espiritualidad y una disciplinada praxis religiosa católica, por ello la Iglesia primero lo declaró “Siervo de Dios”, luego “Venerable” y ahora se acerca la hora de su beatificación, con lo cual se le podrá rendir culto público.
El Dr. José Gregorio Hernández Cisneros representa una síntesis superior, una elevada sinergia, entre la ciencia, la vocación de servicio, la espiritualidad y la religiosidad. Además, era un hombre sencillo, de origen humilde y provinciano, culto, que dominaba varios idiomas, vestía elegantemente, tocaba piano, pintaba, escritor, conferencista, académico y personaje muy popular. Es un personaje admirable desde todo punto de vista.

Este proceso de llevar a los altares a un personaje como José Gregorio Hernández en estos tiempos de pandemia, es una gran oportunidad. Es una inspiración para tantos científicos, médicos y otros trabajadores de la salud que están trabajando heroicamente. También para todos los otros trabajadores, familiares y personas afectadas que con gran entrega hacen frente a la enfermedad. Un ejemplo a seguir sobre la armonía que debe existir entre la ciencia y el humanismo. Y una referencia para todos los que debemos imitar su amor por lo demás, ahora cuanto el temor al contagio pone en evidencia ciertas carencias éticas fundamentales.

Hoy más que nunca el mundo necesita de estos ejemplos de heroísmo provechoso, modelos de caridad calificada, de nobleza altruista y competente, de personas que se prepararon con perseverancia para entregar sus talentos al servicio de la humanidad. Bienvenida será la elevación del Dr. José Gregorio Hernández a los altares de la iglesia católica, en esta hora en que la ciencia y la bondad deben darse la mano para superar no solo esta pandemia del Covid-19, sino todo lo que significa una civilización basada en el materialismo consumista, en el egoísmo y la globalización de la codicia. José Gregorio Hernández representa la civilización de la armonía, la del amor al prójimo.

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