LA POLÍTICA DE PROXIMIDAD | Por: Francisco González Cruz

 

Francisco González Cruz

En España hay 8.131 municipios con un promedio de poco menos de 5.000 habitantes, pero hay algunos con más de un millón, y muchos con menos de mil. El Partido Popular ganó las recientes elecciones municipales en seis de las ocho grandes capitales -Madrid, Sevilla, Valencia, Málaga, Murcia y Zaragoza – también en la mayoría de los municipios pequeños, como Celada donde viven 362 habitantes. Ese fue el municipio escogido por el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, para asistir el pasado sábado 17 de junio a la investidura de su reelecta alcaldesa Raquel Clemente.

En sus palabras destacó: “La política de proximidad es la que se preocupa de las cosas importantes» y es la «política de verdad». ha ahondado el presidente del PP, quien nació en Os Peares, un lugar de menos de 100 habitantes del municipio de La Peroja que tiene menos de 2.000, en la provincia de Ourense que tiene un poco más de 300.000 habitantes y 92 municipios, es decir un promedio de unos 3.000 habitantes por municipio.

“Lo pequeño es hermoso” en uno de esos libros fundamentales en el campo del desarrollo humano, lo escribió E. F. Schumacher hace 50 años; el “Desarrollo a Escala Humana” de Max Neef, Elizalde y Hopenhayn es de 1986. Ambos se refieren a un modelo de desarrollo que de haberse seguido no estuviese nuestro planeta tierra al borde del abismo. En esta línea de pensamiento camina la “política de proximidad”.

La política de proximidad forma parte de esta tendencia que ya empieza a marcar el camino del nuevo orden territorial, donde el avance de la sociedad del conocimiento y las nuevas tecnologías distribuyen territorialmente el conocimiento, extienden en el espacio las oportunidades de la información, la innovación y el emprendimiento, de tal manera que cualquier persona preparada y con acceso a Internet puede tener éxito global desde cualquier localidad, siempre que esa localidad sea de calidad.

De allí la importancia del lugar, de lo local o del municipio o como se llame la entidad político-territorial más cercana al ciudadano. Ya no cuenta sólo la atención de los “asuntos propios de la vida local”, como el abastecimiento de los servicios tradicionales, los espacios públicos y otras competencias municipales típicas.

Ahora se trata de un nuevo municipio y de unas nuevas alianzas entre su gobierno, la comunidad cívica y sus productores, pues la calidad institucional, la densidad de su capital social y la sustentabilidad de su economía determinará el éxito de esa localidad, incluso a pesar de los obstáculos que pueda presentar las condicionantes globales o nacionales.

Es la “lugarización” el proceso mediante el cual un lugar se afirma en su identidad, en sus valores y en sus querencias, pero se inserta con sabiduría en la globalización, aprovechando sus ventajas, traduciéndolas a su diversidad, y resistiendo sus influencias perversas de la estandarización y la homogeneización. Contribuyendo así a la existencia de un mundo diverso y heterogéneo, como es su naturaleza.

Las ciudades y localidades se convierten en los principales protagonistas de su proceso de construcción de bienestar, manteniendo sus particularidades identitarias que producen arraigo y permanencia, pero aprovechando las ventajas que dan los avances de la sociedad de la información y el conocimiento.

De aquí emergen procesos innovadores, la importancia del capital social, innovaciones institucionales como el derecho a la ciudad, el despliegue de la economía humana y el consumo racional, el cuidado de la naturaleza y gobiernos transparentes y responsables que usan las tecnologías para hacer más llevadera la vida cotidiana. Todo un movimiento de restauración de los valores patrimoniales de la localidad, el mejoramiento de sus espacios públicos, los lugares de encuentro y la vida comunitaria.

El nuevo orden de esta revolución tecnológica va por los caminos de lo local y el bienestar en cada lugar, y con ello toma cuerpo la política de proximidad o cercanía, más apropiada a una ciudadanía informada y empoderada. Fortunato González Cruz, Director del Centro Iberoamericano de Estudios Provinciales y Locales de la Universidad de Los Andes y primer alcalde electo de Mérida, está trabajando este tema de un nuevo municipio para Venezuela.

A muchos kilómetros de Celada, “El pueblo de la agricultura” dice su portal web, Boconó, una ciudad agrícola venezolana, alumbraba con miles de teléfonos inteligentes su encuentro nocturno con María Corina Machado, una líder política que está, con sus recorridos, entendida de esta política de proximidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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