Hace unos días estaba rebuscando unos documentos entre una montaña de papeles viejos y por casualidad encontré el borrador de un artículo sobre una película muy buena que alquilé en los años 1990 para VHS titulada: ‘El Ladrón de Niños’, que es la traducción de la película italiana: ‘Il Ladro di Bambini’ (1992), dirigida por el director de cine italiano Gianni Amelio (nac. 1945) y producida por el productor italiano Angelo Rizzoli (1943-2013).
Esa película obtuvo el ‘Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes de 1992’ y otras distinciones como ‘Selección oficial para representar a Italia en Premio Oscar’, ‘Gran Premio de la Crítica Italiana’, ‘Premio David Donatello’, ‘Premio Felix de Berlín’ y otras.
Se trata de una película con una trama sumamente sencilla en la que solamente participan como protagonistas unos tres personajes. Pero aunque parezca paradójico, a pesar de su simplicidad temática, toca importantes aspectos desde un punto de vista humano y social…Y es que las buenas películas logran profundidad en su contenido y una gran calidad estética en su forma, sin necesidad de grandes despliegues efectistas, ni costosos e impactantes recursos técnicos, ni valerse de tramas complicadas, ni de muchos personajes.
La película se refiere al caso de una humilde mujer que tiene una hija de 11 años llamada Rosetta y un hijo de unos 8 años. Es un caso horrible porque la mujer gana dinero prostituyendo a Rosetta, lo cual ha ocasionado que tanto ella como su hermanito sean niños traumatizados. En efecto, el niño sospecha lo que sucede y siempre está triste y en permanente mutismo.
La policía irrumpe sorpresivamente en la casa y detiene a la madre y a un cliente de Rosetta. A los niños los dejan bajo la custodia de un gendarme que queda encargado de llevarlos a un Instituto para Menores. Él los lleva allí, pero cuando en el Instituto conocen la historia de la niña no los quieren recibir. Entonces el gendarme se apiada de ellos y decide por su cuenta llevarlos a otro Instituto mucho más lejano. En el viaje la relación entre los niños y entre ellos y el gendarme es muy fría y hasta hostil. Pero poco a poco el gendarme se esfuerza por lograr una relación más cálida entre los tres.
En el viaje, el gendarme los lleva a su casa materna donde reciben bien a los niños y donde asisten todos a una fiesta. Allí una de las invitadas reconoce a la niña por una foto de una revista que trata sobre el escandaloso caso, y entonces de la manera más brutal increpa a la niña mostrándole la revista. El gendarme consuela a Rosetta y se van para proseguir el viaje. Pernoctan los tres en un hotel en el camino y Rosetta le propone al gendarme que se haga la vista gorda mientras ella se fuga para hacer su vida por su cuenta, pero él no accede. Al día siguiente, aprovechando la cercanía del mar, el gendarme lleva a los niños a la playa y allí se establece una relación humana muy alegre y hermosa que está muy bien lograda en la película. En efecto, los niños comienzan a superar sus traumas y el niño ya habla y es amigable con el gendarme que le enseña a nadar. Rosetta también se anima y se vuelve alegre y expansiva.
En la playa conocen a dos mujeres francesas turistas y todos van de paseo muy contentos a una gran catedral. Allí un ladrón trata de robarle a Rosetta una cámara fotográfica de las turistas pero el gendarme lo atrapa y lo lleva a la Comisaría. No obstante, entonces surge un inesperado problema cuando después de las declaraciones, el Jefe de la Comisaría increpa al gendarme por viajar con unos niños sin el debido permiso…¡Y lo acusa por robar niños!.
El gendarme es seriamente amenazado con ser destituido y el Jefe de la Comisaría hasta le insinúa que viaja con los niños por un interés sexual en la niña prostituta Rosetta, en vista de que pernoctó con ellos en un hotel.
Finalmente le permiten proseguir el viaje con los niños, pero el gendarme ya está muy preocupado con los problemas que le ha ocasionado el caso, y se vuelve frío y ya solamente quiere desembarazarse de ellos cuanto antes. Entonces viaja con los niños en un automóvil a gran velocidad y hace una parada para dormir un poco. La película termina en la mayor incertidumbre, pues mientras él duerme, los niños conversan y se preguntan qué será de ellos, ya que ni siquiera saben si serán aceptados en el otro instituto.
En la película, la actuación de los tres es excelente y obviamente la trama plantea muchas interrogantes: ¿Por qué la hostilidad de la sociedad y de muchas personas contra una niña que ha sido una víctima de esa misma sociedad?…¿Por qué es tan frecuente que las normas y los supuestos ‘valores morales’ de muchas instituciones sociales sean tan represivas y sólo den como resultado la inhibición de los más elementales sentimientos de solidaridad humana como le sucede a ese gendarme?…Además, por lo general es bien conocido que la mojigatería, la gazmoñería, como la del Instituto para menores y la de la mujer que increpa cruelmente a Rosetta, solamente son máscaras que se ponen muchas personas para disimular su insensibilidad humana para comprender la vida que han llevado las víctimas más débiles de una sociedad putrefacta…Por eso es frecuente que sean déspotas con el débil, pero serviles con el poderoso en la sociedad, aunque ese poderoso sea un grandísimo inmoral.
Por otro lado, la película podría terminar felizmente como muchas películas y ‘novelones rosa’, pero por el contrario, la película aumenta su dramatismo y su realismo, al terminar con una incertidumbre muy típica de la vida real de los humanos.
NOTA: El papel de la niña Rosetta lo desempeña la actriz italiana Valentina Scalici. El papel del niño lo desempeña el actor italiano Giuseppe Ieracitano y el papel del gendarme lo desempeña el actor italiano Enrico Lo Verso.
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