La Otra Historia | ¡Arde el Concejo Municipal! | Por: José Rosario Araujo

 

Esta sería la frase que exclamarían en Betijoque en el año de 1884 cuando se presenta el conflicto por la “Ley Cuarta”, ya que  los impuestos de la fabricación de licores dejan de ser municipales para convertirse en ingresos estatales.

Esta ley es promulgada en el mes de enero, siendo uno de los recursos que provenían de los impuestos  a la destilación y venta al por  mayor del aguardiente, es destinada a Mérida en un 66 por ciento, restándole a los Distritos  dos terceras partes  de sus ingresos solo por este rubro.

La Presidencia del Gran Estado Los Andes se habían iniciado al mando del General tachirense Rosendo Medina, cosa que había llenado de regocijo a los liberales, pero en la sección Trujillo tenía el mando el General conservador  Manuel Baptista que  remplazó a su hermano Trino.

Para el 10 de agosto se presenta Medina en esa entidad en visita oficial, la municipalidad betijoqueña que se había visto afectada por perder esa parte importante de sus ingresos,  le plantea al Presidente del Estado.  Aducen la aguda situación económica que les ocasionaba la Ley Cuarta.

El General Medina es acompañado por una gran comitiva,  compuesta por políticos, tropas con sus jefes. En esa discusión aparecen las palabras violentas por parte  del Presidente del Concejo   Pablo Antonio Salas y  de Nicomedes Antúnez, que era el jefe del Distrito.

Medina destituye a Antúnez y coloca en su cargo al  General Federico León, siendo esto un acto irritó ya que  era al Presidente del Estado a quien le corresponde tal nombramiento.

Ordena de la misma forma al General Baptista el juicio en contra de Salas y de los Concejales Jugo, Berroterán, Chuecos, Celis y Antúnez por el delito de desacato e irrespeto a su persona.

León al llegar a la población le es desconocido su nombramiento y tiene que huir. En esa rebeldía transcurren varios días, hasta que el Gobernador de la Sección Baptista donde les participa la orden de detención que ha cursado en contra de los miembros del Concejo Municipal y que deben dirigirse a Trujillo.

Como los miembros del ente edilicio gozan de inmunidad, no pueden ser enjuiciados sin previo allanamiento de esta.

La Municipalidad protesta decididamente en contra de Medina, Baptista y el Juez del Crimen. Pero al final los Concejales son trasladados presos a Trujillo. Betijoque se coloca en franca rebelión en contra de las autoridades estatales.

Baptista se opone a las órdenes de Medina y es destituido.

 

Carvajal se arma

El General Juan Bautista Araujo aprovecha la coyuntura para enfrentarse a su rival Medina y se dedica a pertrecharse de tropa y armamento, colocándose en la meseta de Carvajal. Allí se le une su hermano José Manuel Baptista.

A Valera llega Medina junto a 2000 hombres y los dos caudillos se contemplan sin entrar en combate, pero mientras tanto el hijo del León; General Eliseo Araujo; desde Jajo se dirige a la Sección Mérida y logra capturar su capital.

El León de la Cordillera había organizado un batallón de ancianos  y muchachos, armándolos de palos haciéndolos marchar por la orilla Oeste de la meseta de Carvajal, que se veía desde Valera, que estaba a tres kilómetros, haciéndolos dar vuelta en círculos haciéndoles  ver, como si fueran un gran número. El General Medina como era un hombre   prudente prefiere retirarse.

 

Tensión en Táchira

En esos conflictos los lagartijos   Espíritu Santo Morales y Francisco Alvarado toman la Sección Táchira y amenaza a Mérida.

El General  Joaquín Crespo no le queda otra acción que enviar a Valera  al Jefe Militar de Barquisimeto General Eladio Lara, desarmando a Medina, ordenando que se dirija al Centro y le entrega a Baptista la Sección Trujillo.

Junto al León se dirige a Mérida y desde allí comanda al caudillo conservador trujillano de pacificar la Sección Táchira, quien a fines de diciembre expulsa a los lagartijos hacia Colombia.

Arturo Cardozo en el libro “Sobre el Cauce de un Pueblo” dice: “Se asegura que las tropas del Gral. Araujo  cometieron muchos abusos en tierra tachirense, regresando con 80.000 bolívares y un gran botín, formado principalmente por rebaños de burros y carneros. Se afirma igualmente que las matronas tachirenses al verse despojadas de sus pertenencias por los soldados trujillanos, comentaban: tan buenos mozos y tan barbudos, pero tan ladrones.

El General y Doctor Fabricio Gabaldón en su libro “Rasgos Biográficos de Trujillanos Ilustres” dice: “Menoscabó el prestigio de los vencedores, principalmente en la Sección Táchira, el haber dado los Delegados la comisión al General Araujo  de ir  a esa Sección como jefe expedicionario, con el fin de restablecer el orden, igualmente revuelto  por las mismas causas que lo estuvo Trujillo. Apreciaron acertada la designación del General Araujo  por el prestigio  que allá también tenía ganado por su actuaciones anteriores. Pero desgraciadamente para él, al pisar con sus tropas aquel riquísimo territorio hermano, perdió y dio al traste con su gloriosa fama; una vez que no   pudo o no quiso, oponerse a los desmanes  de  sus tropas que llegaron al colmo, pues los naturales de la región , no podían salvar de la rapiña de aquellos soldados, ni las prendas de vestir que portaban, y cuando a los oficiales no se entregaban si a ellos también les apetecía alguna, la soldadesca se encargaba de quitárselas”.

En la Sección Trujillo la represión conservadora es demasiado intensa que muchos liberales  deben exilarse y de allí la siguiente estrofa:

“El que fuere “lagartijo” busque la cueva temprano por ahí viene Juan Arujo con el machete en la mano.”

El General Lara en Valera nombra Secretario de Gobierno al General Francisco Vásquez y los caudillos Medina y Araujo salen juntos de Trujillo a Mérida, al firmarse la paz Medina retorna a la Presidencia del Gran Estado Los Andes por mandato de Crespo hasta que termina su mandato.

elcaminante49@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

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