La Oposición venezolana: más realista y cautelosa ante escenarios de violencia supuestos por el cuestionado | Por: Luis A. Villarreal P.

 

Luis A. Villarreal P.

Las opiniones van y vienen, se corrigen y complementan, porque el pueblo está dando una respuesta cada día más resuelta; y esto aclara el panorama frente al cual, por nuestro bien, antes que nada propendemos a ser realistas. Ahora vemos mejor el camino que tenemos por delante, sea de mies o de abrojos, y eso primordialmente cuenta mucho.

Estar claros es fundamental.  Muchos desaciertos convertidos en errores garrafales —tal vez irreversibles— han sido por causa de tener ideas asimétricas, desproporcionadas, o simplemente sin contexto e inconexas con la realidad que experimentamos diariamente

Mal empalmar las circunstancias con las acciones acometidas es explicación de pírricos o contraproducentes resultados que han hecho de la lucha por la liberación de Venezuela un calvario largo, y una preocupación de que podría extenderse por más años. Sin importar siquiera el cuarto de siglo que llevamos de retroceso, y viendo la desgracia de otros países que por allí pasaron, viendo morir generaciones con esperanzas a cuestas, sin asidero, diluidas en el tiempo.

La independencia de Venezuela, pese a que fue un proceso impregnado de conatos tempranos y dispersos, de extendida duración debido a elementos y situaciones complicados, se puede ubicar entre 1810 y 1821; con los excelentes resultados que abarcan a otras naciones, podemos llegar a 1830, incluido el ensayo de Colombia, el gran país echado a andar por la tenacidad de una clase política heroica. Si nos referimos al periodo democrático, primavera de nuestra democracia, entonces seguimos observando grandes diferencias:  Pocos años y muchísimos logros, en comparación con lo que estamos viviendo: tantos años en sistemática decadencia nacional.

De algún modo a los Venezolanos nos hace falta una buena dosis de realismo, asumir la realidad sin argumentos ni actitudes acomodaticios, mucho menos subestimando contendores y circunstancias

Partir de que el autoritarismo y su vehemencia de seguir en el poder es capaz de todo con tal de conseguirlo, es mucho mejor que ignorar de nuevo esta posibilidad que señalan los antecedentes. Sin perder de vista, claro está, la relación con intereses extranjeros y geopolíticos afines al régimen, ya insertos en el problema venezolano. Por lo tanto no debemos soslayar esta premisa: si Venezuela gana con la superación de la crisis, otros países perderían privilegios porque se aprovechan de la misma para continuar beneficiándose, no importa si es a costa del sufrimiento de nuestra nación.

Navegamos en aguas peligrosas. De no ser así no estuviéramos cruzando opiniones y preocupaciones, ideas y propósitos de liberación; sintiendo el gélido vacío en nuestras médulas, no obstante las grandiosas luchas casi en vano realizadas, al pensar —sin pecar de pesimistas—  que la crisis podría continuar por más años.

Ser realistas es considerar concienzudamente los escenarios posibles, sin ser extremistas ni tan centristas; fundar nuestras esperanzas sobre algo viable y concreto poniendo determinación y esfuerzo en alcanzar el objetivo. El realismo no niega la esperanza ni exige solo resiliencia, más bien requiere de ambas para hacerlas verdaderas, no baldías.

Ahora, según expresión misma de los representantes del oficialismo, estamos avisados de lo que les espera a quienes se atrevan a generar enfrentamientos y quebrantar la paz obligatoria e indefinida

Esta advertencia podría ir más allá de la determinación de preservar el orden porque sí; más bien parece orientada a inhibir y crear miedo con el objeto de impedir las protestas que lógicamente se producirán contra la retrógrada intención de inhabilitar la dirigencia opositora aglutinante de apoyo popular por el cambio; de impedir el perfil de un liderazgo legítimo y creíble proveniente de las Primarias, también amenazadas de judicialización; lo que hace pensar en la prohibición de las mismas. Igualmente, dicha advertencia sería un aviso preparatorio hacia las fuerzas de orden público, encargadas de reprimir.

 

 

De tanto perder, ganar es lo que

                                            queda

 

 

Ante la sorpresiva

situación que se les va de las

                                  [manos.

Desorden y guarimbas

régimen sospechando.

Aunque él mismo todo lo ha

                          [provocado

 

ya tiene a quién culpar.

Nomás es la excusa que necesita

su explícita maldad.

Pues no, aunque persistan,

los abusos tendrán, y no es mentira,

 

justicia por respuesta.

Ahora es distinto: las mayorías

de penurias revientan,

familias zaheridas

sufren calificativos chavistas

 

causantes de tragedia;

no teniendo más qué perder, ¡ganar

es lo único que queda!

Ellos ‘no volverán’…,

¡inhabilitar, solo es su final!

 

                              L A V P

 

 

Interesante la participación de los precandidatos en el debate de las Primarias organizado por la UCAB, aunque, como dijimos, sería más de forma que de fondo; por cuanto el objetivo primordial de las fuerzas democráticas ya no es esbozar algunos lineamientos relativos al programa de gobierno de cada precandidato y la organización acompañante, tratando de ganar confianza de los electores, sino aclarar que lo primero es cambiar la dirección política del país para poder solucionar sus ingentes problemas y sacarlo del atolladero, sin duda es el común denominador de los ocho postulados con presteza y talante democrático, al acudir a dicho evento mostrando más cohesión: Solórzano, Adrián, Machado, Prosperi, Caleca, Pérez, Velásquez y Superlano.

 

 

Según información de la Comisión Nacional de Primarias, terminó el lapso de inscripción ofrecido a los emigrantes interesados en participar en las votaciones del 22 de octubre 2023. Por el número de inscritos se da a entender que no se tuvo el resultado que se esperaba, lo que hace necesarias algunas consideraciones principalmente por parte de los venezolanos que estábamos esperando mayor participación, la cual en términos claros fue muy baja.  Sería bueno saber cuáles fueron las causas o problemas de la ‘abstención’:  deficiencia logística, pocos centros habilitados en cada país, dificultades con la plataforma virtual, desinformación o apatía de los venezolanos expatriados, poco tiempo para realizar dicho proceso…. ¿?

En todo caso, la lucha continúa, no se detendrá por dificultades, contratiempos, apatías, traiciones o amenazas; más bien se redoblarán los esfuerzos tendientes a corregir y reorientar, a fortalecer el propósito del cambio como única garantía de alcanzarlo, si de verdad deseamos  volver a la democracia en pos del bienestar y progreso de los venezolanos.

 

 

 

 

 

 

 

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