Naciones Unidas, 20 feb (EFE).- La ONU abrió este lunes con «voluntad de llegar a la meta final» una última ronda de negociaciones para tratar de pactar un tratado internacional que proteja los océanos, discusiones que se prolongarán hasta el 3 de marzo.
El objetivo de esta conferencia intergubernamental es concretar un nuevo tratado sobre la alta mar que garantice la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina en las áreas situadas fuera de las jurisdicciones nacionales.
La ONU sigue así con las negociaciones del quinto periodo de sesiones de agosto de 2022, cuando a los Gobiernos se les acabó el tiempo para cerrar un acuerdo que estaba ya muy avanzado.
«Conseguimos un progreso importante en agosto del año pasado, pero necesitábamos algo de tiempo adicional para completarlo», anotó en el primer evento de la jornada la presidenta de la conferencia, Rena Lee.
Lee resaltó la importancia de aunar «energías» para redactar el tratado.
«Necesitamos construir sobre el progreso realizado en agosto y concentrar nuestras energías en encontrar un texto que sirva de puente entre nosotros. Si continuamos comprometiéndonos a ser flexibles para ser creativos, lo lograremos», anotó la presidenta, quien se había traído su propia botella de agua para así no usar las botellas desechables ofrecidas en el evento.
Tras explicar la agenda para las próximas dos semanas, Lee anotó que se realizarán plenarios todas las mañanas para analizar la jornada anterior.
La alta mar, que cubre la mitad de la Tierra, sustenta vibrantes ecosistemas marinos, formas de vida fundamentales para el suministro mundial de alimentos y el sistema climático del planeta.
Sin embargo, según Greenpeace, ha estado lastrada por una gobernanza deficiente o irregular, y con solo el 1,2 % del océano protegido, vastas zonas de la alta mar están abiertas a la explotación no sostenible.
Entre los asuntos que se tratarán en estas dos semanas están: medidas para garantizar que el nuevo tratado pueda crear nuevas zonas marinas protegidas; salvaguardas para evitar daños derivados de actividades humanas que afecten a los océanos y normas para la toma de decisiones que eviten que uno o dos países bloqueen los avances, entre otras cuestiones.
LA NECESIDAD DE «UN TRATADO FUERTE»
Por su parte, Greenpeace alerta que sin un tratado sólido «es prácticamente imposible proteger el 30 % de los océanos del mundo para 2030» y destaca que «un tratado fuerte debe ser capaz de establecer santuarios oceánicos totalmente protegidos en alta mar, libres de actividades como la pesca destructiva y la minería en aguas profundas».
«La falta de acuerdo en un Tratado pondrá en peligro el objetivo 30×30 solo unos meses después de que se tomara el acuerdo. En las últimas negociaciones se lograron avances en los santuarios oceánicos, lo que da esperanza de que un Tratado esté al alcance de la mano», destaca la organización sin ánimo de lucro en un comunicado.
UN LARGO CAMINO PARA LA ONU
En 2017, la Asamblea General decidió convocar una conferencia intergubernamental para considerar las recomendaciones del Comité Preparatorio y elaborar el texto de un instrumento internacional jurídicamente vinculante en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, con miras a desarrollar el instrumento lo antes posible.
En 2018 se celebró una reunión de tres días para discutir cuestiones organizativas, incluido el proceso de preparación del borrador cero del instrumento.
El primer periodo de sesiones se convocó cinco meses después; el segundo, del 25 de marzo al 5 de abril de 2019; el tercero, del 19 al 30 de agosto de 2019, mientras que el cuarto periodo de sesiones, convocado del 7 al 18 de marzo de 2022, fue pospuesto por la pandemia.
Por último, se convocó un quinto periodo de sesiones de la Conferencia del 15 al 26 de agosto de 2022 y el último día de ese periodo de sesiones se decidió suspender el quinto reanudarlo en una fecha posterior, la que comenzó este lunes.