La OIT busca dignificar el creciente empleo a través de plataformas digitales

Ginebra, 23 feb (EFE).- Las plataformas digitales de trabajo (redes en línea de conductores, repartidores, empleados por cuenta propia, etc) se han quintuplicado en una década, un crecimiento que debe ir acompañado de una regulación para lograr un empleo más digno, advierte hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En un nuevo informe, la OIT señala que este creciente sector plantea aún numerosos problemas, como horarios de trabajo «prolongados e imprevisibles» y bajos salarios, dado que la mitad de estos empleados cobran menos de dos dólares por hora.

 

SIN PROTECCIÓN SOCIAL NI NEGOCIACIÓN COLECTIVA

La organización también denuncia «la imposibilidad de gozar de los derechos a la protección social, la libertad de asociación y de negociación colectiva» para muchos trabajadores de este tipo.

En lo que respecta a las empresas, el informe denota que estas plataformas plantean problemas de competencia desleal, falta de transparencia en datos y fijación de precios, además de comisiones costosas.

Por otro lado, el naciente sector «está volviendo cada vez más difusa la clara distinción que solía haber entre asalariados y autónomos», con unas condiciones laborales que suelen venir determinadas por un contrato de servicios unilateral.

El informe añade que es cada vez más común que las tareas de evaluación y supervisión de los trabajadores en estas plataformas «dependan de algoritmos, y no de seres humanos».

 

ALGORITMOS QUE DISCRIMINAN

Estos algoritmos «definen y alteran cómo los trabajadores son contratados y remunerados, y no son para nada neutrales, pues son diseñados por programadores siguiendo instrucciones que en ocasiones pueden resultar en prácticas discriminatorias», advirtió al presentar el informe el director general de la OIT, Guy Ryder.

La economista de la organización Uma Rani, una de las autoras del estudio, subrayó que uno de los puntos que sorprenden de estas plataformas es que «los empleados en ellas tengan que pagar una comisión para trabajar, algo que no ocurre en el mercado laboral fuera de internet».

Ryder subrayó que éstos y otros problemas que surgen con el auge de estas nuevas formas de empleo «deben solucionarse mediante el diálogo social internacional a fin de que los trabajadores, los empleadores y los gobiernos puedan beneficiarse plenamente y por igual de estos avances».

Matizó, no obstante, que «las plataformas digitales de trabajo están abriendo oportunidades que antes no existían, en particular para las mujeres, los jóvenes, las personas con discapacidad y los colectivos marginados en todo el mundo».

El estudio también evidencia una distribución aún desigual del sector en el mundo, ya que el 96 % de las inversiones en estas plataformas se concentra en Asia, Norteamérica y Europa, y el 70 % de las ganancias se acumula en sólo dos países, China y Estados Unidos.

 

EXTERNALIZAR PARA PAGAR MENOS

Al mismo tiempo, mucho del trabajo en esas plataformas es externalizado desde empresas del mundo desarrollado a países en desarrollo, donde sus trabajadores cobran menos, una desigualdad que, en opinión de la OIT, «perpetúa la brecha digital y podría agravar las desigualdades».

La OIT pide a la vista de este informe «transparencia y rendición de cuentas» respecto de los algoritmos usados en este tipo de plataformas, así como permitir la negociación colectiva de los trabajadores, y un mejor acceso a prestaciones de seguridad social.

Los servicios de taxi y de reparto en línea (como Uber, Lyft, Deliveroo, Just Eat) aumentaron en el mundo de 142 en 2010 a más de 777 en 2020 y aún se concentran en unos pocos países, como Estados Unidos (que representa un 29 % del total), India (8 %) o el Reino Unido(5 %).

 

JÓVENES QUE A VECES LO COMPLEMENTAN CON OTROS TRABAJOS

La mayoría de los trabajadores de estas plataformas es menor de 35 años con un alto nivel de estudios, en particular en los países en desarrollo, y trabaja en ellas unas 23 horas semanales, aunque a menudo complementadas con otro tipo de empleos.

Las largas jornadas son frecuentes en conductores y repartidores de estas plataformas, que trabajan en torno a unas 60 horas semanales.

Una elevada proporción de estos conductores y repartidores, superior al 70 %, dice sufrir algún grado de estrés asociado al trabajo «por la congestión del tráfico, la escasa remuneración, la falta de pedidos o clientes, la excesiva duración de la jornada, el riesgo de sufrir lesiones laborales o la presión para conducir rápido».

Sorprende el hecho de que el estudio no dé cifras sobre cuántos trabajadores en el mundo dependen de estas plataformas, aunque -según explicó Ryder- es algo difícil de cuantificar, en parte porque muchos de estos negocios no comparten esta información, pero también por la diversidad de circunstancias de los empleados.

«No es fácil incluir a personas que trabajan una o dos horas semanales en estas plataformas junto a otras que pueden llegar a trabajar 65 horas semanales, así que somos cautos en dar una cifra redonda», justificó.
Antonio Broto

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