La alcaldesa Iroschima hizo lo que tenía que hacer. La reubicación de los «verduleros» era un clamor de todos. Lavar la avenida era necesario. Es notable el cambio que se observa en la ciudad. El espacio destinado para la reubicación debe ser mejorado y adecuado para las tareas que ahí se realizarán diariamente. El fanatismo político de derecha es tan malo y peligroso como el zurdo. No olvidemos que «lo cortés no quita lo valiente». La solución de los problemas de Valera es una oportunidad de encuentro, juntos los valeranos podemos lograr que emerja la Valera Posible. La conversación es la llave que abre las puertas para soluciones ganar-ganar. La palabra desata nudos. (EMU)