La mayoría de los trujillanos coincidimos en que la realidad que cotidianamente vivimos no se corresponde con el potencial de desarrollo que tiene Trujillo.
Dicho de otra manera: Trujillo tiene los recursos para ser una realidad muchisimo mejor de la que es.
Contamos con buen capital humano y un capital relacional que debemos evaluar para mejorarlo, pero nuestro capital ambiental (emocional) está muy afectado por la grieta producida por absurdos fanatismos, resentimientos y complejos, cuando en el fondo de nuestras almas todos queremos lo mejor para Trujillo.
Es necesario que nos reencontremos y nos reconozcamos para juntos dar el gran salto y cambiarle el rumbo y el ritmo a Trujillo. Antes de saltar debemos acordar hacia donde saltaremos, definir con claridad la dirección de nuestras acciones transformadoras.
Todas las dimensiones del capital social que requiere Trujillo: humano, relacional, ambiental y direccional, están en estrecha relación con la energía que esparce la palabra, con las conversaciones de los trujillanos.
Trujillo es, en definitiva, sus conversaciones.
¿Será acaso que Trujillo está como está porque nuestras conversaciones son como son?
¿Será que entre los trujillanos prevalecen las conversaciones tóxicas que esterilizan la energía necesaria para nuestra transformación?
¿Será acaso que Trujillo no está bien porque nuestras conversaciones no son buenas?
¿Será que no conversamos de lo que se necesita conversar para construir el Trujillo Posible?.
Para lograr el despliegue de una visión es necesario definir procesos y coordinar acciones.
La definición de procesos y la coordinación de acciones los seres humanos la hacemos conversando, es por ello que debemos revisar cuan diestros somos los trujillanos cuando de conversar se trata. Tener presente que una destreza conversacional fundamental es el escuchar, que implica estar dispuesto a cambiar de opinión.
Necesitamos conversaciones que abran mundos, que desencadenen lo posible, especialmente hoy, cuando aumentan las oportunidades para hacer realidad lo posible.
Concluyo esta nota citando una frase del Apóstol Mateo: «DE LA ABUNDANCIA DEL CORAZÓN HABLA LA BOCA».
Relaciono la frase de San Mateo con lo expresado por Bill O’Brien, Presidente de Hanover Insurance Company: «EL ÉXITO DE UNA INTERVENCIÓN EN CUALQUIER ÁMBITO DEPENDE DE LA CONDICIÓN INTERIOR DEL INTERVENTOR».
La condición interior del interventor es el estado de su corazón.
Nuestras conversaciones revelan el estado de nuestros corazones.
Formar trujillanos de corazón abundante es tarea necesaria.
Buen tema para pensar, conversar y actuar. La sociedad civil trujillana tiene la oportunidad de transformar a Trujillo.
EMU
15/08/2021
Valera, Ciudad Bicentenaria.
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