La Navidad que se fue

Alfredo Matheus

 

Hace 62 años, jóvenes valeranos salían en horas de la madrugada en bicicletas y patines despertando el vecindario con el grito ¡Llegó navidad! ¡Llegó navidad!…En el sector Las Delicias, cerca de la iglesia San José se realizaban las misas de aguinaldos de mayor algarabía que recuerde la ciudad de Valera.

En estas amenas fiestas sobresalían las piñatas de barro que contenían dinero y las famosas avispas “mata perro” la muchachada se esmeraba por romper la piñata, al final, algunos salían con tremendo chichote en la cabeza, mientras las avispas hicieron correr a más de un jovenzuelo en aquellas inolvidables parrandas de fin de año

En esa navidad valerana, los juegos tradicionales sobresalían: palo encebado, carreras de huevos en cuchara, carrera de sacos…El popular “culebro” de la comunidad de La Ciénaga era uno de los más entusiastas organizadores de estos festejos que hicieron historia…

Cómo olvidar la gran fiesta de los choferes, una de las más famosas en la Valera que se fue, en horas de la noche se realizaba por calles de la comarca la estruendosa caravana. Ese día los valeranos podían montarse en los vehículos de transporte colectivo sin cancelar dinero alguno y recorrer parte de la ciudad…

La navidad de antier, eran los estrenos de ropa que hacían gala pobres y ricachones. Los hombres utilizaban el oloroso perfume “tabú” cuya fragancia se olía a lo lejos…La barbería de Norberto, cerca de la plaza San Pedro se llenaba de parroquianos que iban a hacerse su corte de cabello tipo cepillo, Norberto era el único que lo hacía a punta de tijera…

En 1950 algunos precios de alimentos los días navideños eran los siguientes: Un kilo de cochino bs. 1.50, una gallina gordinflona 2 bolívares, la panela costa 12 céntimos (una locha), un par de cotizas un bolívar, un litro de leche 0,50, bolivarianos, 12 huevos criollos un bolívar.

El 31 de diciembre las fugas amorosas se multiplicaban. Las parejas de enamorados aprovechaban el frío decembrino para gozar una inolvidable luna de miel. A los 9 meses nacía el vástago que llenaba de alegría a los tiernos abuelos a quienes ya les había pasado la “calentura” por la vaina que les había echado la amada hija; haber parido sin antes casarse con velo y corona.

De aquella navidad que se fue, hoy recordamos el negocio “los viejitos” ubicado en la calle 14 con av. 10, eran tres hermanos, el más muchachón pasaba de los 80 años, se hicieron famosos porque preparaban un llamativo guarapo de panela que emborrachaba al más guapo. La parada de la línea Valera – La Puerta quedaba cerca del negocio de los viejitos, hasta allí llegaban los choferes que se metían entre “pecho y espalda” su buen guarapazo, luego, “volaban” en sus vehículos ante la protesta airada de los pasajeros que pensaban se iban a matar con la alta velocidad que los embriagados trabajadores del volante le imprimían a sus vehículos de transporte público.

Finalmente, queremos destacar: el que no sabe de dónde viene, no sabe a dónde va, y jamás va a defender la pequeña comarca donde nació…Los valeranos somos un pueblo de bellas historias, con una carga de humor que no se encuentra a la vuelta de la esquina, con inmensos valores humanos y espirituales…El valerano goza haciendo el bien, le gusta servir a los demás…Hoy, compartimos parte de esa historia menuda de la ciudad, de la casa grande…Nos vemos en el próximo encuentro con lo nuestro, con la Valera de siempre…

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