La Navidad en tiempos de crisis

Mensajes de Monseñor José Luis Azuaje Ayala, presidente de la Conferencia Episcopal.

 

 

 

La navidad significa natividad, nacimiento, tiempo nuevo porque hay un motivo superior: quien es la eternidad viene a lo contingente, a la historia, a lo que cambia. Navidad es encuentro, divinidad y humanidad se encuentran, pero no para separarse. La encarnación es la nueva historia de la salvación, en nuestra propia humanidad encontramos los signos de la divinidad, por eso para Dios el ser humano es lo más importante de la creación: Jesús ha venido “para que todos tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10).

 

Este encuentro se realiza en la historia, en la cultura. Todos sabemos la difícil situación por la que pasa la familia venezolana, el ser humano que habita en esta tierra que ha sido empobrecida. En tiempos del nacimiento de Jesús las condiciones sociales eran de mucha injusticia, tanto que no pudo nacer en una posada, sino en un establo; pero también su vida se desarrolló en medio de pobres, lisiados, enfermos, pecadores, personas que no eligieron ser así, sino por el sistema que reinaba en ese entonces que los excluía, los oprimía, los desechaba.

 

Ante esta realidad injusta, la venida de Jesús nos da un marco de esperanza, nos abre un nuevo horizonte hacia el valor de la vida. Todos los pobres, todos aquellos que sufren, todos los marginados tienen dignidad por ser personas; es una realidad que se mantiene hoy día: la dignidad de la persona es inviolable, porque es persona y es lo más perfecto que ha creado Dios: “lo hiciste un poco inferior a los ángeles” (Sal 8, 5). Todo tiene que estar al servicio de la persona humana.

 

Esta Navidad debe ayudarnos a pensar en el pesebre: ahí nació el redentor y liberador, se inició un nuevo conteo cronológico, huboun antes y hay un después, por lo que es imprescindible asumir la responsabilidad ante las transformaciones necesarias en la sociedad. Se inició con la contemplación de la vida de un niño que ha nacido, pero también se inició en familia con un marco ecológico, en un pesebre, lo que implica que todo tiene importancia para Dios, sobre todo aquello que favorezca la vida de las personas.

 

El año 2019 tiene que ser de definiciones en todo, pero sobre todo en las decisiones de un pueblo que ha sufrido y que clama una nueva historia de justicia, fraternidad, paz, esperanza, desarrollo y libertad.

 


José Luis Azuaje Ayala
Arzobispo Metropolitano de Maracaibo, presidente de la Conferencia Episcopal

 

 

 

 

 

 

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