El papa Francisco nos ha regalado una nueva encíclica que se llama Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, con enseñanzas e implicaciones muy grandes para el desarrollo de la actividad y de la conducta de los cristianos en la vida social.
El mundo contemporáneo tiene cosas maravillosas por las cuales debemos dar gracias a Dios. Sin embargo hay muchos problemas que atentan contra los valores fundamentales del cristianismo. Hay guerras, injusticias, hambre, miseria, violación de los derechos humanos, migraciones forzadas, dictaduras, violaciones a la dignidad de la persona humana.
El mundo estará mucho mejor si seguimos las recomendaciones del papa Francisco contenidas en su nueva encíclica. Se trata de construir una civilización fundada en el amor y no en el odio, en la justicia, en la solidaridad, en la fraternidad, en la igualdad de oportunidades para todos.
Lo mismo puede decirse de Venezuela. Nuestro país también tiene cosas maravillosas que debemos agradecer a la divina providencia. Tenemos el privilegio de haber nacido o haber llegado a una tierra de promisión que, a pesar de todas las adversidades sigue siendo una tierra de promisión, un país con futuro y con un potencial maravilloso de desarrollo y de progreso y de bienestar para todos los que vivimos aquí.
El Papa nos insiste mucho en decir que lo que nos propone no es una utopía. Es algo que se puede lograr si procedemos con inteligencia, con solidaridad y con amor al prójimo. Se trata de servir a la madre naturaleza y a la dignidad de cada ser humano. Cada niño desnutrido, cada madre desesperada porque no encuentra como alimentar a su familia, cada ser humano a quien se le niega la educación o la salud o las oportunidades para tener un empleo decente, productivo y bien remunerado es un llamado de atención a nuestra responsabilidad como cristianos y como seres humanos a trabajar por la construcción de un nuevo orden social.
La mejor decisión que podemos tomar es la de trabajar por construir un mundo fraterno y solidario, con justicia y bienestar para todos, con igualdad de oportunidades para todos, con respeto por la naturaleza y la madre tierra que Dios nos ha encomendado para que cuidemos de ella y la hagamos prosperar.
Ese es el compromiso de Unión y Progreso. Esa es la tarea que nos corresponde.
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
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