La incierta ruta del Plan Parto Humanizado

A siete años su creación y con más de 18.000 promotoras comunitarias formadas, el programa gubernamental no ha trascendido en mayor medida al centro piloto. Irregularidades en la formación de las facilitadoras, fallas en la captación de las embarazadas en sus comunidades y la falta de seguimiento de entes supervisores impiden que el plan se cumpla en todo el país.

Composición gráfica: Gabriela Escalante @AmarillaDos Fotografía: Manuel Díaz

 

Por Omarela Depablos /Crónica Uno

Caracas. Entre colchonetas y balones terapéuticos, un grupo de embarazadas forma un círculo en la Unidad de Atención Integral para la Mujer del Materno Infantil Hugo Chávez, ubicado en la parroquia El Valle, en Caracas. En esa sala practican ejercicios prenatales, reciben charlas informativas y son orientadas por mujeres formadas como “promotoras comunales” del llamado Plan Parto Humanizado.

La atención de estas promotoras va más allá de ese espacio: recorren las calles de la parroquia en busca de mujeres gestantes y tienen acceso a las instalaciones de la maternidad. Suelen revisar el área de emergencia, las salas de parto y las habitaciones, para garantizar los derechos humanos de cada parturienta.

Ayudamos a las mujeres más vulnerables de las comunidades y de los cerros para que lleguen a un parto normal. ¡A un parto feliz!”, dijo una de las promotoras.

El Plan Nacional Parto Humanizado es un programa del gobierno venezolano para brindar apoyo y seguimiento comunitario a la mujer durante el embarazo, la proximidad del parto, el nacimiento, el postparto, la lactancia materna y la crianza, según describe el Ministerio de la Mujer, principal encargado de esta política pública.

Ahí en el Materno Infantil Hugo Chávez, centro piloto del plan, Tania* es una de las promotoras. Ella se capacitó para esta tarea en 2017, cuando se creó el programa.

En 2022, Tania asistió a más de 20 mujeres en las salas de parto de ese centro de salud. Sin embargo, Flor*, quien también se formó en las primeras cohortes de promotoras del país, esta vez en el estado Portuguesa, seis años después aún no ha acompañado a la primera gestante en ninguna etapa del proceso. Aseguró que el plan nunca se concretó en su comunidad.

La certificación de más de 18.000 promotoras en el ámbito nacional, según el último dato oficial disponible, no representa el alcance en la práctica de la ejecución del Plan. Como Flor, cinco de 10 promotoras dijeron a Crónica.Uno que, tras recibir capacitación del Estado, no habían apoyado a parturientas en los centros públicos de salud.

La experiencia modelo del Materno Infantil Hugo Chávez y la comunidad de El Valle no se ha replicado de igual modo en el resto de Caracas y de Venezuela tras siete años de la creación del Plan Nacional Parto Humanizado, de acuerdo con una serie de entrevistas a promotoras y coordinadoras de programa, y a un recorrido por las cuatro principales maternidades de la ciudad capital.

La Unidad de Contenidos Especiales de Crónica.Uno constató que en las demás maternidades públicas el trabajo de las promotoras formadas es variable, debido a disparidades en la formación, falta de seguimiento del desempeño y deudas de infraestructura de los centros de salud.

Un “plan de inversión de petros” fue creado por el presidente Nicolás Maduro en noviembre de 2018, para perfeccionar la ruta institucional del programa y así evitar los ruleteos —el traslado de los pacientes a otros centros de salud en medio de una emergencia— de las gestantes, a través del Ministerio de Salud. Solo las promotoras de parto humanizado del Materno Infantil Hugo Chávez afirmaron haber usado alguna vez este recurso. Por lo pronto, el Estado no ha precisado el presupuesto ni rendido cuentas sobre la ejecución de este plan nacional.

 

 

Aunque el plan describe que las promotoras tienen el rol clave de captar a las mujeres embarazadas en sus comunidades y orientarlas para que tengan atención médica en el hospital más cercano, las gestantes que acuden a la Maternidad Santa Ana en la parroquia San Bernardino llegan por cuenta propia. Mientras, en el Materno Infantil de Petare, no siempre se garantiza la atención oportuna para las parturientas, por lo que los ruleteos aún son inevitables.

En la Maternidad Concepción Palacios, en la parroquia San Juan, las promotoras no cuentan con un espacio propio para atender a las beneficiarias del programa. Y en el Materno Infantil de Caricuao, aunque existe una oficina de Parto Humanizado, en dos visitas que hizo Crónica.Uno esta permanecía cerrada, y el personal no supo precisar el horario de atención.

En la Maternidad de Caricuao la puerta que conduce al plan se mantiene cerrada. Fotografía: Omarela Depablos

 

Garantizar el parto digno, respetuoso, acompañado y con una comunicación efectiva son las principales orientaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 2018, para lograr “una experiencia de parto positiva”. En Venezuela esas orientaciones adoptaron rango de ley ese año cuando la extinta Asamblea Nacional Constituyente aprobó en la Gaceta 41.376 el “Decreto para la promoción y protección del parto y nacimiento humanizado”. El proyecto de ley se había aprobado en una primera discusión en noviembre de 2014.

Desde que el decreto entró en vigencia, organismos como el Observatorio Venezolano de Justicia vislumbraron su fracaso sin una intervención pronta del Estado en la crisis estructural de los centros asistenciales del país.

Expertos consultados para este reportaje dudan que el Plan Parto Humanizado pueda alcanzar sus objetivos a gran escala, y consideran que es prioridad mejorar las condiciones socioeconómicas de las mujeres, así como capacitar al personal de los centros de salud para alcanzar una formación integral.

“Creo que no se ha hecho realmente nada o casi nada porque el sistema sigue siendo igual. La humanización del nacimiento es un concepto más amplio, inclusivo y más adecuado a la deformación que se está haciendo ahora. Pero no haces nada educando si tienes a una gestante en estado de desnutrición”, aseveró Beltrán Lares Díaz, ginecobstetra especialista en parto humanizado y cofundador de Aquamater, centro pionero en parto y nacimiento humanizado en Venezuela.

El Plan de la Patria 2019-2025 propone el Plan Nacional Parto Humanizado como política de Estado. Estableció como meta atender a cuatro millones de mujeres embarazadas y 75 % de los partos en el país para el 2025.

Además se planteó como una estrategia para prevenir la violencia obstétrica en el país y la mortalidad materno infantil, explicó Asia Villegas. Para cuando se creó el programa, en 2017, se reveló que en 2016 la mortalidad materna en Venezuela aumentó 65,79 % con respecto al año 2015, según el boletín epidemiológico N°. 52 del Ministerio de Salud. Tras la publicación de estos datos la ministra de Salud de ese entonces, Antonieta Caporale, fue destituida de su cargo.

Crónica.Uno entregó solicitudes de información y de entrevistas al Ministerio de la Mujer, el Ministerio de Salud, el Ministerio de Comunas, el Instituto Nacional de la Mujer, el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo para conocer los alcances del programa, pero no obtuvo respuestas.

 

Un anexo del Materno Infantil Hugo Chávez sirve de espacio de encuentro entre las gestantes y promotoras del plan. Fotorafía: Omarela Depablos
Más allá de El Valle

Cuando las gestantes solicitan información sobre el Plan Nacional Parto Humanizado en la entrada de la Maternidad Concepción Palacios, en la avenida San Martín, no reciben respuesta. El programa no tiene sede en la institución, pero esto no impide que cada lunes, miércoles y viernes, Francis*, promotora comunitaria de la parroquia San Juan, deambule en las afueras del centro hospitalario en busca de mujeres embarazadas que deseen ser beneficiarias del programa.

Los días que no acude al recinto sanitario, desde las esquinas de su residencia, capta a cualquier mujer embarazada que se cruce en su camino. Las registra e invita a participar en los círculos de gestación que se llevan a cabo desde las instalaciones del consejo comunal y la Unidad de Batalla Hugo Chávez (UBCh) de la parroquia. Explicó que si la mujer le pide compañía en la maternidad en el momento del parto, ella se pone una franela con el logo del plan y busca la manera de entrar al centro de salud.

En el Materno Infantil de Petare, en la parroquia homónima, se vive una experiencia similar. Pese a que cada día dos promotoras hacen recorridos en el centro de salud, el acompañamiento es más sólido desde la comunidad. “Vamos casa por casa, por cada ambulatorio buscando barrigas. Les enseñamos a conocer su cuerpo, sus derechos como mujer, les explicamos lo que es la violencia obstétrica y los ejercicios para cuando vayan a parir. Cuando llegan aquí vienen preparaditas”, comenta Paola*, promotora del plan en el recinto.

La exministra de la Mujer y principal precursora del Plan Nacional Parto Humanizado, Asia Villegas, aseguró a Crónica.Uno que el mayor logro del proyecto ha sido el trabajo comunitario de identificación de gestantes de las promotoras del programa de cada parroquia, a pesar de “condiciones sociales producto de medidas coercitivas y unilaterales que han lesionado el mantenimiento preventivo y correctivo de los establecimientos de salud”.

Pero una larga lista de “noes” en el registro de Gisela*, promotora del programa en la Maternidad Santa Ana, indica que este trabajo no se cumple en todas las comunidades. La mayoría de las gestantes que acuden a ese recinto sanitario niegan contar con asistencia de una promotora del Plan Nacional Parto Humanizado en su parroquia.

El último informe presentado ante la Comisión de Derechos Humanos para el Examen Periódico Universal presentado por el Estado venezolano señala que 18.101 promotoras comunales de parto humanizado formadas entre 2017 y agosto 2020 acompañaron a las gestantes en 54 % de las parroquias (615 de 1138) y en 77 % de los municipios del territorio nacional (258 de 335).

Sin embargo, el estudio Estado de la Atención Ginecobstétrica durante la gestación, parto, nacimiento y puerperio inmediato en el sistema de salud venezolano – Caso: la Gran Caracas, presentado en febrero de 2023, reveló que de 318 mujeres entrevistadas, 71 % no recibieron información ni fueron censadas por parte de las promotoras de Plan Parto Humanizado. Paola, promotora en el Materno Infantil de Petare, afirma que la mayoría de las gestantes se registran para recibir el bono de 180 bolívares.

Un registro que no garantiza atención.

Unas 60 mujeres acuden al mes a la Santa Ana, afirma Gisela. Desde hace cuatro años ella mantiene a flote el programa a través de charlas informativas, práctica de ejercicios prenatales y revistas en las salas de parto. En una de las principales maternidades de la capital una sola promotora no es suficiente. La mujer apenas puede asistir dos días a la semana.

Hace tres años vino la ministra y quedó en que iba a mandar a varias personas que también trabajaran con parto humanizado. Teníamos una persona de la comunidad que trabajaba esporádicamente. Venía un día sí y un día no, hasta que dejó de venir”, admitió Tibisay Maita, jefa de Enfermería de la institución.

El esfuerzo para acercar a la mujer a un parto digno y respetuoso a través del Plan Nacional Parto Humanizado pareciera depender de la disposición de promotoras como Gisela, Paola y Francis. Pero esto no evita que las gestantes sean sometidas a los ruleteos, es decir, a la falta de atención oportuna y eficaz de una emergencia obstétrica. Esta práctica está tipificada como violencia obstétrica y es penada en la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, vigente desde 2007.

Hasta febrero de 2023, las pacientes que acudían al Materno Infantil de Petare eran referidas al Hospital Victorino Santaella Ruiz, ubicado en Los Teques, estado Miranda, debido a que el centro de salud no contaba con camillas, anestesiólogo, silla de ruedas ni incubadoras reveló Paola. “En diciembre tuvimos una mujer que parió en toda la entrada”, continúa, “la situación se ha calmado, pero seguimos sin suficientes recursos”.

En el Materno Infantil de Petare las promotoras comunitarias no cuentan con espacios para practicar los círculos de gestación. Fotografía: Omarela Depablos

El presidente de la Sociedad Venezolana de Ginecología y Obstetricia, Jairo Fuenmayor, aseguró que ni las promotoras ni el personal médico o de seguridad de la institución tiene poder en evitar los ruleteos. Explicó que a las mujeres se les refiere a otro hospital porque no están dadas las condiciones en ese centro de salud para atender un parto con seguridad que genere beneficios de la paciente y el recién nacido.

Paola sugiere que esta situación podría reportarse a tiempo con guardias nocturnas, pero necesitan más promotoras. “Antes las hacíamos porque las noches son una locura. Pero no tenemos espacios donde descansar”, señala. Por lo pronto, a primera hora realizan rondas para verificar que todos los servicios funcionen. Mientras que facilitadores como Francis, en la parroquia San Juan, las preparan para “jamás recibir un no como respuesta”.

Hasta mayo de 2021 por lo menos 12.000 promotoras del programa estaban activas, informó la entonces Ministra de la Mujer, Carolys Pérez. No obstante, Fuenmayor afirmó que no ha visto un vínculo “sólido, resistente y consecuente” entre las promotoras del plan y el parto humanizado en los hospitales del país. En los hospitales tipo IV —Hospital Universitario, Hospital Pérez Carreño, Hospital Domingo Luciani— no está la presencia de la promotora.

 

Promesas dispersas

En el interior del país el trabajo con las gestantes a través del Plan Nacional Parto Humanizado “se hace con las uñas”, dice Marta*, promotora comunitaria del estado Barinas. Desde la parroquia Alberto Arvelo Torrealba brinda atención desde los hogares de las mujeres. Lo mismo ocurre en Anzoátegui, donde Ana*, también promotora, aseguró haber asistido, por lo menos, cinco partos en casa.

El “Decreto para la promoción y protección del parto y nacimiento humanizado” compromete al Ministerio de Salud a garantizar espacios en los servicios de salud públicos y privados con “acondicionamiento idóneo” para la atención del trabajo de parto de la mujer, donde esté presente “su persona de confianza”. Sin embargo, como en Barinas y Anzoátegui, en el estado Sucre esto no es posible.

Solo permiten acompañamiento en áreas prenatal, laboratorio y lactancia materna”, dijo Eligia Quintero, coordinadora de promotoras en Sucre. Pero no todas gozan de espacios para llevar a cabo los círculos gestacionales.

El 8 de marzo de 2021, el mandatario Nicolás Maduro aprobó la inversión de 28.460 petros, alrededor de 1,7 millones de dólares, para equipar 200 salas de Parto Humanizado distribuidas a escala nacional. Sin embargo, un grupo de activistas y promotoras comunitarias denunciaron que una de estas, localizada en la Gran Base de Misiones Hugo Chávez de la parroquia Santa Teresa, permanece inoperativa y ha dejado de atender a más de 20 gestantes el último año.

En septiembre de 2018, en el Hospital de los Magallanes de Catia, también se reinauguraron dos salas de parto con 20 camas de hospitalización donde se llevaría a cabo el programa. Crónica.Uno acudió al centro de salud el pasado 24 de febrero, pero el personal desconocía si el programa estaba funcionando. Solo una empleada de Gerencia informó que el plan jamás se había concretado y que apenas los contactaron del Ministerio de la Mujer para hacer charlas en el recinto.

“Los centros de salud han sido uno de los grandes errores. Si tú me pides que identifique de manera autocrítica los grandes desafíos del Plan Nacional Parto Humanizado: la formación de los equipos de salud. Es también un tema de estructura, pero las maternidades no necesitan adecuación, lo que necesita adecuación es este personaje (médico) para poder garantizar que la mujer participe en su plan de parto”, dijo Asia Villegas, exministra de la Mujer, en una entrevista con Crónica.Uno.

Hasta la fecha, no se ha rendido cuentas sobre las inversiones ni se conoce con precisión la ubicación ni el estatus del resto de las salas de parto, una deuda pendiente del Gobierno ante organismo internacionales. La información sobre la implementación del programa y su presupuesto fueron solicitados al Estado venezolano en la Lista de cuestiones y preguntas relativa al noveno informe de El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (Cedaw por sus siglas en inglés), ente supervisor  de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer.

Además de las carencias en los hospitales, el salario insuficiente e irregular que reciben las promotoras comunitarias les obliga a abandonar el programa. Este fue el caso de Marta en Barinas. “Me pagaron como dos meses y después no me pagaron más. Si me llegara el pago, yo siguiera, porque yo llevaba todo cumplido, pero me tuve que retirar”, afirmó.

Las promotoras que permanecen en el plan lo hacen por vocación, afirma Ana desde Anzoátegui. Sobre todo las que están ubicadas en zonas rurales, como es su caso. “La mayoría no están cobrando, las que quedamos lo hacemos por amor”, dijo. Mientras tanto, en Caracas, Tania, promotora del Materno Infantil Hugo Chávez, confesó que los honorarios son insuficientes para la carga de trabajo. Cada dos o cuatro meses reciben un bono de 90 bolívares mensual, es decir, unos cuatro dólares al cambio del Banco Central de Venezuela, para la fecha de publicación de este reportaje.

 

Certificaciones distintas

Tras cuatro años al frente del plan en la Maternidad Santa Ana, Gisela, quien además se ha formado por su cuenta como doula (asistente profesional para el trabajo de parto que brinda apoyo emocional y físico durante el embarazo, el parto y el puerperio), dice con propiedad que son pocas las promotoras que realmente están capacitadas para acompañar a las parturientas dentro de los centros de salud.

Teníamos una persona de la comunidad que trabajaba esporádicamente, hasta que dejó de venir. No se le permitía pasar porque no tenía conocimiento. Nos prestó apoyo con unas charlas, pero apoyo presencial, no de conocimiento”, señaló Tibisay Maita, jefa de Enfermería de la Santa Ana.

Yoleida Yépez, que ha formado a más de 300 promotoras, explicó que el contenido se divide en tres módulos: el parto humanizado, que profundiza en su historia; marco legal e implicaciones fisiológicas, psicológicas y emocionales. El empoderamiento de la gestante con su cuerpo, donde se trabaja desarrollo personal, autoestima y multidimensionalidad del ser para evitar la violencia obstétrica y; por último, el compromiso comunal y aproximación de la promotora con el parto, nacimiento humanizado y lactancia materna, desde una perspectiva de derechos humanos.

 

En total son 120 horas de formación, de las cuales al menos 40 son destinadas al despliegue de la promotora en su comunidad para recolectar datos de líderes comunitarios, consultorios populares y centros de salud. Cada mes, además, se reúnen para repasar los contenidos.

Sin embargo, la activista y doula Rossie Cedeño pone en duda que en este lapso se puedan adquirir las estrategias y el conocimiento teórico-práctico necesario para abordar a una mujer y “acompañarla felizmente” durante la gestación, parto y posparto. Presume que el plan pareciera enfocarse en formar al mayor número de promotoras en tiempo récord. De las 10 promotoras entrevistadas por Crónica.Uno, Marta, residenciada en el estado Barinas, aseguró que su formación en 2018 tan solo le llevó una semana. Cedeño conoce otros casos similares.

Irasema Bravo, de la Unidad Atención Integral Inamujer del Materno Infantil Hugo Chávez, aseguró que después de la pandemia por la COVID-19 las capacitaciones se impartieron en una semana.

 

El MinMujer es el principal ente supervisor del plan. Fotografía: Omarela Depablos

 

Las promotoras entrevistadas aseguraron que una vez forman parte del plan, rinden cuentas al Ministerio de la Mujer. Cada mes, las coordinadoras envían un correo con datos de las gestantes, entre ellos, su edad y afecciones (si las presentan).

Algo que me hace ruido es que, cuando yo pedí mandar el reporte de este año de enero, me dijeron que yo no tenía que mandar reporte, que simplemente mandara la actividad que pudiera estar realizando acá”, dijo. Gisela cree que no hay garantía de que se haga un seguimiento a las gestantes a través de este ente.

Este fue el caso de Naibe, de 15 años de edad. Su madre aseguró que las promotoras llegaron hasta su residencia ubicada en el sector La Matica de Los Teques, en el estado Miranda, la inscribieron en el plan, pero jamás le hicieron control. La joven estuvo hospitalizada en el Hospital Victorino Santaella Ruiz durante cuatro noches por una infección de orina.

“A mi hija no la contactaron. No aparecieron en su hospitalización, ni llamaron ni nada. Mi hija dio a luz y ni siquiera le llegó el bono”, aseguró su madre.

En síntesis, la vocación, el amor e impartir conocimientos a las promotoras en tiempo récord no permite medir el alcance del programa. “Hay que ver qué se está haciendo, cuánto dinero se está invirtiendo, qué resultado me está dando, cuántas mujeres han defendido o indemnizado por violencia obstétrica, hay que ser muy crítico”, concluyó el doctor Beltrán Lares.

 

Foto: Tairy Gamboa

*Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las promotoras comunitarias

 

Texto: Omarela Depablos

Coordinación editorial: María Victoria Fermín y Cristina González

Edición de textos: Natasha Rangel

Diseño: Gabriela Escalante

Fotografías: Omarela Depablos, Manuel Díaz y Tairy Gamboa

Dirección general: Celina Carquez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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