En torno del Canto Guerrero Cuica
V Parte
Lejos estamos de pretender haber arribado a conclusiones sobre el tema de la existencia o no del Canto Guerrero Cuica. A lo sumo, la revisión que hemos hecho de algunos textos que hacen referencia al proceso de conquista y colonización de nuestro siempre pensado Trujillo, nos ha permitido formularnos algunas conjeturas que, seguramente, acrecentarán las dudas sobre el mismo. Razón por la cual, agradezco de ustedes, les otorguen un carácter provisional y fragmentado, sin pretensión de ser una mirada completa y acabada.
Convencidos estamos de la no existencia de verdades absolutas. Es por ello que, al analizar la llamada “realidad”, como hecho histórico, recurrimos a las interrogantes como técnica metodológica, estas nos permiten cuestionar las verdades a partir de las cuales ha sido construida; así como también, encontrar nuevas imágenes para su reconstrucción. Porque, la importancia de comprender los hechos históricos reside en que, a partir de su estudio, podemos trascender lo existente y abrir nuevos caminos que nos permitan ver otros horizontes.
Pues bien, el Canto Guerrero Cuica nos coloca en una situación dilemática. Por lo que, varias y variadas pueden ser las conjeturas e interrogantes que sobre el mismo podamos hacernos. A nosotros se nos ocurre que, entre otras, pudieran señalarse las siguientes:
1. – Trujillo fue establecido en siete oportunidades. 1557, bajo el nombre de Nueva Trujillo, en el Valle de los Escuqueyes; 1558, bajo el nombre de Mirabel; 1559, García de Paredes le restituye el nombre de Trujillo, la llama Trujillo del Collado; 1560, es mudada a Boconó, bajo el nombre de Trujillo de Salamanca; 1564, con el nombre de Trujillo de Medellín, es establecida en Sabana Larga, hoy La Cejita; 1569, fue asentada en Pampán; y, 1570, en el Valle de Los Mucas, bajo el nombre de Trujillo de Nuestra Señora de la Paz.
Debido a esa trashumancia ha sido llamada la Ciudad Portátil. De todas estas mudanzas, la única que puede atribuirse a razones e enfrentamientos “bélicos”, entre los conquistadores y la población originaria, es la producida en el Valle de los Escuqueyes (1557), cuyas razones estuvieron determinadas porque los españoles abusaron de la confianza de los Cuicas, se apropiaron con violencia de sus bienes y los despojaron de sus mujeres, ante tales excesos los indios se rebelaron y arrasaron la ciudad.
2.- Los Cronistas de Indias y la mayor parte de quienes han historiado el período de la conquista del pueblo Cuica, coinciden en que este era un pueblo pacífico, de un alto nivel de sedentarización; por tanto, fueron más agricultores y criadores que cazadores y pescadores; el pueblo Cuica, ha sido considerado como el “más avanzado”, por algunos de ellos. Pueblo de “alta agricultura”, hubo de definirlo Miguel Acosta Saignes. Si ello fue así: ¿Cómo se explica que en el Canto Guerrero se le pida a la Madre Chía, al Padre Ches y a la Diosa Icaque que aniquile a los blancos con dolores; que alimente sus espíritus con vino de rencor; que manden: el fuego que calcina, el agua que destruye, los rayos de las nubes, y los truenos de las montañas; a que les den una flecha aguda que mate al invasor, y como si fuera poco, que les den de comer la carne de odio al invasor?
3.- Se dice que el Canto Guerrero Cuica fue narrado de generación en generación, y que para 1844, en la Mesa de Esnujaque, Rafael María Urrecheaga lo oyó directamente de descendientes de los Muiscas y lo tradujo en 1893. Habiendo sido Urrecheaga un maestro notable, parlamentario, excelente exponente de las artes y las ciencias, escritor, articulista de la prensa de entonces, de manera particular del periódico El Trujillano: ¿Por qué espero cuarenta y nueve años para su traducción? ¿Cómo es que no publicó tan significativo y trascendental poema?
4.- ¿De dónde salió, entonces, el Canto Guerrero Cuica? Me atrevo a sugerir que pudo haber sido una leyenda que fue popularizada y que, con el correr del tiempo, se hizo mito. No olvidemos que el hombre está hecho de mitos. Y a una empresa como esa, la de la conquista y colonización de Trujillo, algún añadido “mágico” había que ponerle. Ahora bien, ¿con qué objetivo se transformó a los Cuicas en un pueblo guerrero?
5.- En un país de valientes guerreros, los trujillanos no podíamos quedarnos por fuera: a Jaruma, había que convertirlo en un Guaicaipuro. El recuerdo de la invasión del pirata Grammont, en 1668, derrotando a valientes trujillanos en Ponemesa, quien saqueó e incendió a Trujillo, era una rémora que de alguna manera había que saldar. A nuestros próceres de la Independencia, había que mantenerlos vigentes. El Gral. Juan Bautista Araujo, tenía que seguir siendo “el último caudillo a caballo”. ¿Serán estas, entre otras, razones suficientes como para endosarle, a nuestros Cuicas, el atributo de haber sido unos guerreros que batallaron con encono e hidalguía contra el invasor español? ¿Para convertirlos en Caribes?
6.- Nos seduce la idea de pensar que el Canto Guerrero Cuica es un esfuerzo de imaginación, un invento. ¿De quién?, ¿Para qué? y ¿Por qué? Estos son, precisamente, los escondrijos que hay que desentrañar. Pudo haber sido creado por un poeta que lleno de nostalgia, por no haber sido un valeroso soldado en una de las tantas “guerras” habidas en el siglo XIX venezolano y la primera mitad del XX, se le ocurrió. Pero, pudo haber sido también una creación política, imaginada con la intención de igualar el proceso histórico trujillano con el nacional. El espíritu del “héroe” apoderándose de nuestro ethos.
7.- En ambos casos, atribuirle a Rafael María Urrecheaga la autoría de su traducción resultaba lo más próximo de su veracidad. La nobleza, dignidad y decoro, del sabio trujillano lo presentaban como un ser inmaculado; libre de toda sospecha de actos inmorales y anti éticos. Además, fue un experto en lengua Cuica. Haya sido por nostalgia o por manipulación política, lo cierto es que el Canto Guerrero Cuica fue publicado en el año 1963, por el historiador Arturo Cardozo, cincuenta y seis años después de la muerte del sabio Rafael María Urrecheaga. Largo tiempo durante el cual durmió en los anaqueles de quién sabe quién.
No olvidemos que: Cuando la historia del cazador y el pescador la escriban los historiadores, otro será el cuento.