Nuestra ciudad siempre ha sido, desde sus inicios una comarca de gente decente, respetuosa y solidaria. No importa ideología, doctrina religiosa, o partido político los valeranos asentamos con respeto el derecho a disentir y a vivir en democracia.
Tradicionalmente el sentimiento democrático y católico está enraizado en nuestras comunidades. Si no recordemos en octubre de 1973, cuando Carlos Andrés Pérez, entonces candidato presidencial de Acción Democrática, realizó por primera vez lo que se consideró una hazaña entre los valeranos. El hombre del slogan “ese hombre sí camina”, “va de frente y da la cara”, se lanzó una caminata desde La Floresta hasta El Milagro y concluyó en un mitin multitudinario en el barrio más poblado de Valera.
Los seguidores de la tolda blanca emocionados seguían al futuro líder de Acción Democrática. Los dirigentes de AD, en el estado encabezados por Pedro Pablo Rendón, Pedro José Olmos, Pedro Bastidas, Iván Lobo Quintero, Rodolfo González Gil, Eleazar González, Darío Rojas, Ángel Bustamante, Oscar Peña Terán, Dulce Ochoa, Rafael Moreno, José Muchacho Bertoni, Ivette Hidalgo, José Méndez Quijada, Eberto Arandia, Rogelio Torres, José Rivero, Luis Ernesto González Miliani, Pedro Hidalgo, Hortencio Hernández, Douglas Vielma, Juan Ramón Fernández, entre otros, acompañaban a CAP. Fue un verdadero huracán, en su paso por la ciudad.
Los valeranos quedaron altamente impactados por la gira proselitista del “Gocho” de Rubio. Que posteriormente se organizó un gran mitin en otra zona popular, esta vez, en la avenida de El Cementerio hasta los Bambúes. Era irreversible el triunfo de CAP en tierras trujillanas.
Los copeyanos que estaban en el gobierno, el Presidente de la República era Rafael Caldera y el gobernador del Estado, Alejandro Sánchez Cortés y su comando de estrategia, trataban de revertir la presencia del abanderado adeco y se organizó el mitin de Lorenzo Fernández, el candidato del oficialismo frente al recordado supermercado Victoria, también se hizo un mitin en La Cejita, con Jorge Dáger, que pertenecía a la Fuerza Popular Democrática, el FDP, que respaldaba a Fernández, quien tenía como símbolo de campaña la lanza de COPEI y una enorme rueda. Ramón Beltrán Espinoza, Alejandro Sánchez Cortés, Guillermo Parilli, Fernández Galán, Cecilio Colmenares, Eladio Matheus, Ernesto Meza, Eladio Pacheco, Ovidio Aguilar, Rafael Ángel Espinoza, entre otros dirigentes de COPEI, eran los trujillanos que abogaban por esa opción presidencial.
Era normal que adecos y copeyanos rivalizarán en política, formaba parte de la lección democrática y de alternabilidad que los venezolanos le estábamos dando al mundo. Con respeto y seriedad, los rivales políticos se enfrenaban en la arena política del voto popular: la decisión final siempre la daba el pueblo y eso se respetaba. Así funcionó Venezuela en un sistema político que avanzó en cuatro décadas.
Lo propio hizo José Vicente Rangel, quien se presentaba como la novedad electoral, luego de la división del Partido Comunista de Venezuela, ahora abanderado presidencial del Movimiento Al Socialismo, que irrumpía en la escena política nacional. Dos trujillanos notables se presentaron a esa contienda nacional: Miguel Ángel Burelli Rivas, por el partido OPINA y Pedro Segnini La Cruz, por el Frente Nacional Democrático. Hasta el maestro Jóvito Villalba, compitió con el partido Unión Republicana Democrática, que tenía su sede del partido en la calle con avenida 4, en Valera.
De ese tiempo recuerdo también al maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa quien acompañó la jornada proselitista en la campaña presidencial del “Indio” Jesús Ángel Paz Galarraga, con el Movimiento Electoral del Pueblo, surgido de una candente división en 1968, del partido Acción Democrática. Y todos, se respetaban. Es más, la honorabilidad y la ética moral, era el pan nuestro en la dirigencia política y en la paz ciudadana.
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