Un dos de febrero de 1925 nació en Trujillo, Julio César León Aranguren, uno de los inmortales del deporte nacional.
En el año 1948 en Londres con apenas 23 años se convirtió en el primer venezolano en competir en unas olimpiadas. Desde muy pequeño se metió en el mundo de las bicicletas. A los 4 años, Pedro un tío suyo con motivo del Día de Reyes le regaló un velocípedo. Después su tío Carlos le llevó una bicicleta Hércules. Más adelante su tío Francisco José puso en sus manos una bicicleta especial. Francisco José estudiaba medicina en la UCV, posteriormente fue fundador del servicio médico del IND. Toda la vida ha agradecido ese gesto de sus familiares.
Recorría antes de los 12 años, Valera, Betijoque, Pampán, Pampanito y hasta Timotes como parte del entrenamiento y de las pruebas ciclísticas que se llevaban a cabo en la época. En una entrevista con el colega Raúl Barazarte le dijo: “gané todas las pruebas ciclísticas que se hacían en mi terruño”.
Como en ese trabajo no se nombra la dirigencia que organizaba esas carreras, y tampoco los pedalistas participantes, opté por ver como hacía para llegar hasta el casi centenario deportista trujillano. Después de muchas vueltas me llegó un angelito que me consiguió el número de Carmen, su hija. Ella me remitió a su hermano Julio, quien me estuvo nutriendo de datos jamás publicados y finalmente, ya con más confianza pude hablar con su padre.
JCL tiene una memoria prodigiosa pese a su edad. El angelito es Lohana Torres, a quien buscaba precisamente por ser uno de los personajes de esta historia del pedalismo trujillano. Lo cierto del caso es que a mediados de los 40 del siglo pasado, en Trujillo había ciclismo con el chico Julio César León Urdaneta, cruzando de primero la raya de sentencia. Claro, suponemos un ciclismo muy incipiente. Pero de ahí vienen las raíces del deporte que más apasiona a los nacidos en Trujillo, con la presencia de un deportista histórico en el olimpismo venezolano, y con quien sostuvimos una conversación telefónica desde su residencia en la Urbanización Prados del Este, quinta la Inmaculada en Caracas. Hoy, 2 de febrero, cumple 99 años.
Pero volvamos con aquel adolescente sobrado en las carreras de fin de semana en su Patria Chica. Su mente estaba en la capital del país. Su hermano, Francisco, el estudiante de medicina le ofreció ayuda. Luego de ciertas conversaciones empaca algunas cosas y realizó el viaje Valera – Caracas en su bicicleta en cuatro días. Eso fue en junio de 1937. Recorrió Valera, Barquisimeto; Barquisimeto, San Felipe, aprovechando que ahí tenía familia; San Felipe Valencia y desde la capital carabobeña hasta Caracas. Instalado en la capital de la República empieza a tomar parte en las pruebas de velocidad que se llevaban a cabo en las avenidas O´Higgins y La Paz donde el muchacho de los Andes imponía un paso superior al de sus contrincantes.
En la carretera dio el primer golpe al salir vencedor en julio de 1938 en la Caracas- Valencia. Su casa en El Rosal se fue llenando de trofeos y medallas, sin aceptar dinero, para evitar ser catalogados de profesionales. Se erigió en un líder suramericano doblegando a los mejores desde México hasta Argentina. Los cuartos bates del periodismo nacional como Pancho Pepe Croquer, Juan Antillano (AVJ), Hermán Chiquitin Ettedgui, Abelardo Raidi, Andrés Eloy Diellinger, Raúl Barazarte y Franklin White entre otros escribieron y con un micrófono dejaron testimonio de sus hazañas. En 1941 se impuso en una prueba de fondo en Trinidad y Tobago que lo catapultó internacionalmente y logró el apoyo de las autoridades del ciclismo de esa nación para futuros compromisos.
XIV JUEGOS OLIMPICOS DE 1948 EN LONDRES
Mientras el país era una olla hirviente en el campo político, entre los líderes civiles y militares que llevaron primero a una Junta Militar de Gobierno a ejercer el poder y más tarde a una dictadura de Marcos Pérez Jiménez que culminó en 1958, la Venezuela deportiva estaba en lo suyo. EL joven Julio César León de apenas 23 años tuvo contactos con la Embajada Británica en Caracas para acudir a la máxima cita olímpica, siendo torpedeada sus gestiones por aquellos personajes que nunca faltan, los representantes del mal…, hasta que Julio Bustamante, Presidente del Comité Olímpico Venezolano y José Beracasa, Secretario General, debieron viajar personalmente a Londres para autorizar la participación en el evento.
Julio Cesar había viajado en compañía de su esposa Carmen Elisa Cubillán en un avión bombardero Lancaster de la Fuerza Aérea de Gran Bretaña. En un compartimiento de la nave ubicaron a su bicicleta Red Hawk; a su esposa en la cabina del operador y a Julio César en el lugar donde estaban las ametralladoras. El viaje era costeado por los pocos recursos que tenían Julio y su esposa y la cooperación de la embajada británica en Caracas. Otro obstáculo que superaron JCL y su consorte fue el de la bandera nacional. Tuvieron que ir hasta el comercio para comprar tela y fabricar la bandera de Venezuela con la que desfilarían el día de inauguración de las olimpiadas de 1948, luego que las de 1940 y 1944 no se llevaron a cabo por la II guerra mundial.
Fue una noche especial. La pequeña delegación criolla estaba con las grandes estrellas del deporte olímpico; los representantes del COV, Bustamante y Beracasa además del entrenador británico Brandy Allegret.
El 7 de agosto de 1948 debutó el primer venezolano en una olimpiada, el muchachote de Venezuela, oriundo de Trujillo, Julio César León en la prueba de los mil metros, perdiendo con el argentino Clodomiro en el sexto heat quien dejó un crono de 12 segundos y 4 centésimas.
Ese mismo día en el repechaje el criollo hizo morder el polvo al trinitario Compton Gonzalvez. Dos días más tarde, el 9 de agosto es eliminado en repechaje en esta especialidad por Mario Gella de Italia, a la postre campeón olímpico, quien marcó 12-0. El 12 agosto se despide con una actuación honrosa en el kilómetro contra reloj. Ganó Jacques Dupont de Francia, 13 segundos y 5 centésimas. El venezolano finalizó en el puesto 14 con 1-18-01, tercer mejor de Sudamérica después de Uruguay y Argentina. Misión cumplida en una olimpiada que por primera vez se vio por televisión en las casas y en la Gran Bretaña, pocos tenían el aparato televisivo.
Bob Mathías, un estadounidense con 17 años y apenas 4 meses de haberse iniciado ganó la exigente prueba del decatlón y la holandesa Fanny Blankers fue la mujer más dominante al vencer en las 4 pruebas de velocidad en que tomó parte. Además, JCL asistió a un mundial en Francia en los 200 metros donde dejó tiempo de 10 segundos 4 centésimas.
Fue campeón Bolivariano, Centroamericano y Panamericano en dos ocasiones. Corrió en el equipo Bianchi de Italia apadrinado por Fausto Coppi. Julio Cesar León finalizó su carrera deportiva como corredor de motocicletas y automovilismo. En el año 2008 volvió a unas olimpiadas, pero en condición de invitado. Se graduó de ingeniero en la Universidad Central de Venezuela. Muchos lo recuerdan por la gesta de Londres, sin embargo, su historial es muy rico y hay que darle mucho valor a que fue el primer pedalista en ganar pruebas dominicales en el Trujillo de la época cuando era un adolescente.
99 AÑOS CUMPLE ESTE 2 DE FEBRERO
Julio César León está vivito y coleando según nos confirma uno de sus hijos, Julio León. Vive en la urbanización Prados del Este, Quinta La Inmaculada en Caracas acompañado de un personal que lo atiende. Este 2 de febrero cumple 99 años de edad. Su origen es del conocido sector de San Jacinto en la capital del estado. Sus padres fueron el General Julio César León y doña Filomena Aranguren.
“Mi papá está muy bien, lúcido, conversador, siempre contando lo de su origen, San Jacinto, el río Castán” me cuenta Julio, uno de sus cuatro hijos de los cuales sobreviven tres, Carmen, Natali y Julio ya que Gustavo falleció. Sus hermanos, todos han muerto, Salvador, militar, Francisco José, médico ya nombrado en esta historia, Mercedes, Carmen, María, Julio César, Flor y Luis Alberto. Mercedes incursionó en el tiro. Miembro de la selección de Venezuela cuando competían hombres y mujeres juntos. Fue campeona mundial de tiro en skeet al ser separadas las damas. Su esposo Juan García también integró el equipo de skeet.
“Mi papá ayudó a mucha gente. En el velódromo Teo Capriles, le daba la mano a quienes se iniciaban en el ciclismo”. También ha tenido momentos de peligro, al borde de la muerte. En una Vuelta al Lago, en automovilismo, volteó el carro que conducía y no le pasó nada afortunadamente. En una prueba de moto se estrelló, lo llevaron al hospital de San Juan de Los Morros, le diagnosticaron fractura del cráneo y en la costilla. En el velódromo Teo Capriles había un Meet de pista, se cayó, fractura de la clavícula, y después que le pusieron un yeso conectado hasta el manubrio terminó la competencia”.
EXCLUSIVO ENCUENTRO CON JULIO CESAR LEON DESDE SU CASA EN CARACAS
Agradecido de su hijo Julio que me puso en contacto con Julio César León. Está bien lúcido pese a sus 99 años que está cumpliendo.
Nació en el Alejandro Próspero Revérénd en Trujillo el cual quedaba según nos dice al lado de la Plaza Sucre. Logramos precisar algunas cosas que no han sido publicadas de esta leyenda del deporte nacional. Me confirma que en su juventud sí participaba en carreras realizadas en Trujillo, algunas de ellas culminaron en Valera y Timotes, donde el joven de San Jacinto mostraba esa clase que lo llevó en un futuro, a brillar internacionalmente. Cerca de la década de los 40 del siglo XX un grupo de jóvenes entre ellos Enrique Riveros, Omar Rumbos, los hermanos Parilli, Rafael y Juan José Román, además de Julio César León Urdaneta se disputaban los triunfos de aquel ciclismo de la época. Las pruebas eran los fines de semana.
“Guardo un hondo sentimiento por Trujillo, a la cual nunca olvidaré, -dice con cierta dificultad a través de la línea telefónica, Julio Cesar León-. En el Miranday, jugábamos dominó, bolas criollas y tampoco faltaban las peleas de gallo, a lo cual, los trujillanos han sido muy apasionados”. Aquí saca a relucir los nombres de Diego Cisneros, Ignacio Carmona, Ruperto Mendoza, Rafael Navarrete, José Rafael Unda y jóvenes del Cristóbal Mendoza donde cursó estudios de primaria participantes en estas actividades.
La última vez que vino a la ciudad fundada por Diego García de Paredes fue cuando cumplió 456 años, donde le rindieron un merecido homenaje. “Los trujillanos somos gente muy educada y siempre recuerdo El Miranday un sitio especial para compartir y hablar con las amistades, además de las hermosas mujeres que concurrían al lugar”. “Como olvidar el vals Conticinio de Laudelino Mejías, es una especie de milagro de la música venezolana. Nos sentimos honrados de que Laudelino haya compuesto esta canción que nos identifica a los nacidos en Trujillo”. Hemos estado en contacto con esta leyenda del deporte nacional y sus familiares quienes esperan ansiosamente la publicación de este trabajo: Una historia jamás contada del ciclismo trujillano …
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