La séptima parte del territorio venezolano, sol naciente de Venezuela, ha sido causa de sufrimiento de varias generaciones del Pueblo de Gracia. Es un rapto de muchos años, donde no ha habido ningún avance en los intentos de rescatarlo, siempre esperando rectificación por parte de sus raptores irresponsables quienes han visto en la paciencia y entreguismo de los gobiernos venezolanos —y también de la ciudadanía— una ‘excusa histórica’ para volver a su desvergüenza, ya bien andado el siglo XXI, balbuceando a estas alturas la validez del Laudo Arbitral de París de 1899.
Tutiri mundi lo tiene nítido en su memoria y su conciencia, como el Laudo Arbitrario: un acto de latrocinio, propio de dolosos y expoliadores y no de ‘jueces o magistrados’, de absoluto irrespeto al derecho internacional contra un país soberano desgarrado en su integridad territorial.
Ante los ojos del mundo civilizado ha dado pena y decepción ver las declaraciones parcializadas de funcionarios de la Casa Blanca: Anthony Blinken, Secretario de Estado; Gral. Laura Richardson, Jefa del Comando Sur; también las de Dave Cameron, Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido; y con más desparpajo e irresponsabilidad las de Luis Almagro, Secretario General de la OEA; todos, basados en la impopularidad de los gobernantes venezolanos de este siglo, como si Venezuela entera no fuera digna de respeto y consideración.
El ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, en rueda de prensa conjunta con Anthony Blinken, en relación a las nueve acciones asumidas por Venezuela en base al Referendo 3G, tuvo la cachaza de afirmar:
«Estas fronteras se establecieron en 1899. No veo absolutamente ningún argumento para una acción unilateral por parte de Venezuela; debe cesar, es un error», añadió, y continuó: «espero tener algunas llamadas telefónicas más tarde con el presidente de Guyana y otros en la región para tratar de asegurar que este paso tan retrógrado que se ha dado no vaya más allá».
Entendemos y rechazamos tales actitudes, rebosantes de solidaridad con Guyana, como parte de una componenda rapaz ante un país en crisis, arrastrando pesadas cadenas de sufrimiento, lleno de dificultades y limitaciones; parecidas fueron sus circunstancias de debilidad en aquellas décadas donde se urdió el despojo del Territorio Esequibo en el Laudo de 1899; a través del cual se pretende resolver la controversia, dibujándole al respecto todas las posibilidades al gobierno guyanés, lógicamente hoy más soberbio, retador y guerrerista.
Ante este indeseable panorama, la Unidad Nacional requerida —en aspectos cruciales e impostergables— con asombro se torna esquiva y calculadoramente electoral, inhibiédose y desentendiéndose de sus responsabilidades ciudadanas, nacionalistas, de su compromiso con la patria
La Plataforma Unitaria Democrática de Venezuela y otros dirigentes dentro y fuera de ella, simplemente han optado por dejar correr la rueda del oficialismo y de muchos opositores hacia el Esequibo; sin darse por aludida en este trance de preocupación nacional, protuberante de ingratas y silenciosas posturas coincidentes con los deseos guyaneses y de quienes ayudan a Guyana a forjar otra realidad ajena al punto en cuestión, en perjuicio de Venezuela y del derecho internacional. Todo lo dicho por los agentes del despojo tienen como chivo expiatorio la impopularidad del oficialismo venezolano.
Ante esta lamentable circunstancia los ‘compatriotas’: periodistas, historiadores, jurisconsultos, algunos militares, perseguidos políticos, no quieren opinar sino exclusivamente criticar —muchas veces sin la suficiente seriedad— lo ya determinado por el oficialismo en materia de soberanía sobre la Guayana Esequiba. Sabiéndose —o ‘desconociendo’— estar incursos en la campaña de descrédito más allá del chavismo —en su propósito, real o fingido, ideado para legitimarse electoralmente—, porque sin duda afecta a Venezuela a la hora de intentarse y continuar las acciones necesarias para recuperar nuestra séptima parte del territorio.
Con excepción de Gerardo Blyde, quien ripostó la inaceptable intromisión parcializada de Luis Almagro a favor de Guyana, no se oye ni se ven —por parte de la oposición democrática— las réplicas a las declaraciones sesgadas de quienes opinan —sin importar el meollo de la reclamación territorial— favoreciendo a Guyana en su intento de quedarse con parte del territorio venezolano. Es como si no fuera materia de su interés. Ni siquiera al ponerse en tela de juicio su verdadero nacionalismo.
A María Corina Machado ampliamente favorecida de las Primarias 22 Oct., y a quienes tuvieron a bien competir con ella, todos referentes de ciudadanía y democracia, portadores legítimos del cambio radical, no se les ha visto, más allá de criticar a ultranza el Referendo 3D, ofreciendo a la comunidad nacional e internacional, una explicación de su oblicua postura; estructurada y Unitaria a favor de Venezuela en medio de tan malsanas intenciones contra nuestro suelo patrio sobre la reclamación esequiba.
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Vamos por el Esequibo…
Con la cruel negativa
de muchos; por cuanto sus
[prioridades
mostráronse muy egoístas,
bastante electorales;
se sigue la lucha por el rescate
de nuestro sol naciente,
por otras vías, tan riesgosas como
de necesario temple.
El país temeroso
estaba entregándose con los ojos
cerrados al despojo
definitivo, sin más garantía
que resignarnos todos
culpando desmedida
y falazmente a quienes no querían
acudir al proceso
judicial en la CIJ contra el Acuerdo
de Ginebra. Adeptos
a Guyana en los centros
de poder —OEA y ONU— ¡ya
[decidieron!
L A V P
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Venezuela está rodeada e infiltrada de enemigos silenciosos, de ‘amigos’ no confiables interesados tal vez en posicionamiento ideológico, según el cual la geopolítica tendrá la última palabra
Los ‘amigos’ del régimen como Cuba y la Caricom, a quienes el oficialismo venezolano ha rendido pleitesía por muchos años con ayudas de todo tipo, ya sabemos de su solidaridad tradicional e inmutable con Guyana. Brasil y Colombia jugarán a distancia, viendo el juego geopolítico acentuarse, presenciando tal vez el continuo posicionamiento de China dentro de Guyana donde sus considerables inversiones le dan el suficiente asidero.
La combinación chino-rusa, pone a pensar por cuanto es a Rusia donde acudirá Venezuela —como se ha visto— para contrarrestar la injerencia y respaldo ‘incondicional’ anunciado por Estados Unidos a Guyana. Sin perder de vista la Unión Europea [UE] con intereses en el área de los acontecimientos.
Por ahora la tarea de llevar por los caminos del Referendo 3D vinculante las acciones de una lucha diferente, inesperada e inédita, ya trazada e irreversible, en afanosa búsqueda de reivindicar la soberanía sobre el Territorio Esequibo, está apenas comenzando; y de buen modo, por cuanto el gobierno guyanés en la persona de su presidente Mohamed Irfaan Ali, pese a su tozudez y a las ínfulas provenientes de los respaldos imperiales, y al adelantado respaldo de funcionarios OEA-ONU, ya tuvo que sentarse en San Vicente y las Granadinas a dialogar; circunstancia acaecida por mediación del mandatario Lula da Silva en el seno de la CELAC, con cooperación de su presidente y anfitrión Ralph Gonsalves, Primer Ministro de Sn. Vicente.
Aunque reiterara el presidente guyanés, en este primer forcejeo, su férrea determinación de continuar la búsqueda de una solución por un todo [o nada] en la Corte Internacional de Justicia [CIJ], y su desmentido de otorgar licencias a multinacionales para la explotación del territorio ‘administrado’ de facto por Guyana, también en aguas sin delimitación, la mordida del oficialismo venezolano no lo soltará.
La representación venezolana, igualmente destacó sus convicciones en la conveniencia de un arreglo bilateral —basado en el Acuerdo de Ginebra— sin interferencia de terceros, ni la intervención judicial. Este primer encuentro, promisor de otros sucesivos —aunque tardíos— acordados, ha sido un paso favorable para Venezuela.
‘Compatriotas’ posicionados en los medios radioeléctricos, ya han despotricado del inútil intento del oficialismo en esa cumbre caribeña de la Celac —caracterizada como un evento de Paz para la región—, y en general de todas las nueve medidas ya en pleno desarrollo dando los incipientes frutos de la necesaria presión ejercida por Caracas.
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Esperemos el mejor desempeño en el cumplimiento de medidas y acuerdos, porque de la buena fe hemos de presumir, tratándose de Venezuela.
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