La fortuna tras  unos animalitos (Parte III) | Pedro Frailán

*Género cuento, vivencias trujillanas.

Pedro Frailán

Entonces me dije ¿no será?, que la suerte me anda rondiando. En eso me encontré a Jelipe, el rifero y le compre medio del puerco.

Junio la época del viento el mes de San Juan Bautista. Ya estamos a medio año, de aquí en adelante el tiempo  pasa más rapiditico y prontico es diciembre otra guelta, comentaba María Vicenta a Enedina su vecina.

¡Ojala San Juan no venga tan bravo este año! Porque  hay unos años que ventea mucho y asina hace mucho frio sobre todo por las mañanas. Ya comenzaron los muchachos a hacer los papagayos, que se ven tan bonitos, en forma de estrellas y cuadraítos que los llaman cajones. ¡Tan bonitos de todos colores!

Ayer volaron muy alto el de Chucho sino levanto vuelo, decían los demás muchachos, que tenían malos los frenillos, otros decían que el rabo le pesaba mucho. Al cordón es bueno echarle cera de vela derretida para que se ponga más fuerte y la cueste reventarse.

A veces le echan hasta dos rollos de cordón y se ven muy lejos casi ni se distinguen, a veces se revientan y no los consiguen. Este año comenzarón temprano ¿cómo será el veinticuatro  el día de San Juan?

Ese día comemos curruchete, ¡tan bueno que es!, onde la señora María del Rosario lo preparan muy gueno, como allá le traen el queso del páramo de Tuñame, El Pajarito o de Las Polqueras el señor Saturnino se los trae. El pan blanco criollito  lo compran en el negocio de Cirilo y la panela se la compran a bustedes.

Y la señora María del Rosario lo hace y la queda ¡tan gueno!

Ese día hay que estar pendiente a ver que se va a jugar en la lotería. Hay que ver le salen a las muchachas. Como ellas  el día  veintitrés  a media noche les gusta echar huevo. ¡No me mire asina!

Recuerde que las muchachas agarra la postura de gallina y las echan en un vaso con agua y al otro día salen figuras, algunas veces salen novias, significan que se van casar, un barquito una avión es viaje. Yo una vez no hace mucho en un vaso de ellas vi como un torito, bien paraíto con la cabeza y los cachos en alto y me jugué el 2 el toro y me gane cinco bolívares.

Aunque a veces eso de echar huevo, ¡eso que hacen las muchachas  es malo!, mire que onde la señora María del Rosario las muchachas lo hicieron y a una de ellas le salió una tumba y antecito de un año se murió. Allá no volvieron a hacer eso las muchachas.

Sinforiana que vivía de hacer cocadas de panela y azúcar, roscas de agua, melcochas, suspiros paledonias, mantecadas, arepas de horno para ponerlas a la venta en algunas bodegas como; La Zulianita, Cuatro Esquinas, Mi Fortuna. Pues aprovechaba cuando salía una vez a la semana y compraba un bolívar de lotería. Disimuladamente en la bodega Mi Fortuna, ponía atención como colocaban sus dulces en las vitrinas, especialmente los suspiros que por lo general los colocan en forma de pirámide teniendo similitud con el sapo el 6 y así se jugaba su bolo.

También otro pronóstico eran las arepas cuando se quemaban que describían algunas figuras. Sinforiana agarraba la arepa de la parrilla después de haberla pasado por budare, en un descuido se quemaban, a veces de daban cuenta por el olor. Se molestaba perder una arepa, pero se le podía sacar provecho.

Tomaba la arepa la observaba, la giraba, la inclinaba en distintos ángulos, la alejaba, la retiraba, en una oportunidad vio clarito un zamuro el 28. Se tenía que jugar el zamuro y el sapo a lo mejor la suerte está de su parte

Alipio Avendaño una y otra vez su mente está presente en el pasado en su mamá, en su muerte, en su accidente hechos que marcaron su vida para siempre, quedo medio impedido. Ya no era el mismo, cuando el día amanecía nublado  el dolor era más fuerte su vida se llenaba de tristeza de nostalgia.

El azar era una de esas pocos entretenimientos poco podía juga al billar, no podía ir a las galleras ya que tanto le gustaban las peleas de los gallos. Hombre de fe, fumador prefería los cigarros de marca fortuna totalmente blancos. Su cajetilla blanca con una hoja amarilla, tomador de café bien cerrero a cada rato. También aprovechaba sus residuos para acertar a la lotería.

En el fondo de la taza del café quedaban los residuos que los movían en distintos ángulos hasta que se secara para ver que figura quedaba y tenía semejanza con un algún animal de la lotería, en esta oportunidad es un mamífero que se parece a un caballo casi perfecto, pero con alguna diferencia, esta rayado y eso hace que se aparezca a una cebra. Por lo tanto me jugare dos cincuenta del caballo el 12 y dos cincuenta del 23 la cebra, me puedo ganar cincuenta bolívares y salvar la semana.

Alipio recordaba el libro de San Cono que descifraba los sueños y era bueno para jugar a lotería, ya que los sueños tienen un significado numérico, aunque existen varios dígitos. Por lo tanto prefiere métodos más autóctonos impregnados de superstición o de coincidencias. Ya que este zoológico  existen, mamíferos, aves,  roedores, anfibios, reptiles y uno de ellos carnívoro como el caimán.

Además utilizaba otros recursos de lógica de acuerdo a la clasificación de los animales, las veces que habían salido en un determinado tiempo, como el caso del pavo el 17. Hacía tiempo que no salía, había que seguirlo porque un día de estos  echar una vaina. Al igual que el mono el 13. Puede echar otra vaina hay que estar pendiente en estos días.

Alipio a medida que el tiempo pasaba, más se quedaba en el pasado, con un pasado en un día, en una tarde, en un instante. Un pasado oscuro, triste, nostálgico, tremendamente nostálgico y en algunos instantes aterrador. ¿Aquel carajo día?, que cambio mi vida, ¿ese accidente?, ¿ese tiro? Y de paso no era para mí.

Fumando a cada instante, el humo se levantaba y se disipaba, en una tarde clara hay sol. El cielo está claro y azul las nubes viajan lentamente, casi no se apreciar sus movimientos. Distintas imágenes regulares algunas tenían apariencia o daban la impresión  de aparecerse a un oso, que en la lotería es el 16. Otra nube parecía que fuera un ovejo el 1. Aunque Alipio ya poco se interesaba por el juego de loterías, gallos billar, hasta poco café y cigarro. Prefería recordar ¡aquel día!, ¡aquella tarde!

Llegaron buenos tiempos para maría Vicenta, Dios parece que se acordó de ella. Desde aquel día que la suerte la visito con el camello ha vuelto a ganar lo de nunca. Ahora la pobre sonríe más, pero lo que gana progresivamente lo va gastando día a día, jugando en pequeñas fracciones, hace poco compro real y medio del 31 la lapa y se ganó quince bolos.

Antecito de un mes había soñado poco, pero pensando más y siguiendo la secuencia de los números ganadores, se atrevía a apostar a un animalito. Ahora se jugó dos bolívares para ganarse cuarenta, gracias a la cabra el 19. Tanto tiempo tenía que la pobre no la visitaba la suerte tan continua, que gracias a esa fortuna, le ha dado para comprarse un corte de tela, hilo y botones para mandarse a hacer un fustán nuevo.

¡Qué suerte!. También debe ser mucha oración a San Pedro Apóstol patrón de Jajó, a la virgen del Talquito a la Santa Cruz de la Morita igual que al alma de su esposo, que desde que el murió, su vida cambio sumergiéndose en una profunda pobreza y soledad.

Alipio se enfermó lo tuvieron que sacar un diecinueve de marzo, día de San José. De  Jajó para el hospital José Gregorio Hernández de Trujillo. Al ir saliendo de su casa una gallina se paró en la mitad de la sala y cantó, como si fuera un gallo. Alipio la miró con preocupación, rabia y miedo. María del Rosario dijo sin pronunciar palabras. ¡Esto es pájaro de mal agüero!

Justamente un mes después martes 19 de abril Alipio moría. Chucho se acercó a la urna  lo miró sobre el vidrio, se dio cuenta que un mes de enfermedad se  había deterioró mucho. Poco a poco se le fue nublando la imagen de su padre, hasta que no lo pudo ver más, la lluvia de sus lágrimas no lo dejaban ver. Hoy la familia Avendaño no estará  pendiente de ningún animalito.