Hesíodo (aprox. 700 A. de C.) fue un poeta griego y en su obra: ‘Trabajos y Días’ refiere el mito de Prometeo y Pandora. En su versión, Zeus envió una jarra y Pandora la destapó y salieron una cantidad de males, y solamente la Esperanza quedó en la jarra sin salir. Pero al leer eso se nos plantea un dilema: ¿Los humanos tienen Esperanza porque quedó a su disposición en la jarra?…¿Los humanos no tienen Esperanza porque no salió a diferencia de los males que sí salieron y quedaron rondando entre los humanos?…En la mitología griega hay posibles interpretaciones contradictorias de un mismo mito.
Por otra parte, Babrio (aprox. Siglo I-II) fue un fabulista italiano que vivió en Siria y ofrece otra interpretación del mito: Zeus puso en la jarra bendiciones y la tapó. Pero el humano no pudo soportar la tentación y destapó la jarra y todas esas bendiciones se escaparon hasta la morada de los dioses de tal manera que solamente quedó la esperanza retenida en la jarra cuando la tapa fue repuesta. Por eso entre los hombres solamente quedó la esperanza “prometiendo darnos cada una de las otras bendiciones que escaparon” (Fábula 58).
Sea como sea, muchos autores han considerado que la esperanza es muy importante para el humano. Por ejemplo, el filósofo español Julian Marías (1914-2005) en su obra: ‘La Felicidad Humana’ (1987) señala que tener ilusiones y esperanzas es fundamental para la felicidad (Cap. 30). Quizás por eso, el poeta italiano Dante Alighieri (1265-1321) en su obra ‘La Divina Comedia’ (1320), cuando entra en el Infierno ve un dintel con la inscripción: “¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!” (Canto III).
Asimismo podríamos pensar que por evolución darwiniana nuestros ancestros desarrollaron la esperanza como un mecanismo psicológico para enfrentar las desdichas. Entonces, por Selección Natural fueron seleccionados favorablemente aquellos individuos más capaces de tener ilusiones y esperanzas ante las adversidades, porque tenían más capacidad para sobrevivir y reproducirse.
Por otro lado, Viktor Frankl (1905-1997) fue un neurólogo y psiquiatra austríaco que fundó la llamada ‘Logoterapia’. Toda su familia fue exterminada en campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial y él pasó 3 años en Auschwitz. La logoterapia es la terapia psicológica basada en la idea de que los humanos necesitan un ‘significado’ o ‘sentido’ en sus vidas para poder funcionar. En el año 1946 publicó su obra: ‘La Búsqueda Humana del Significado’ y en ella dice: “Es una peculiaridad del humano que solamente puede vivir mirando hacia el futuro (…) y esta es su salvación en los momentos más difíciles de su existencia (…) el prisionero que había perdido su fe en el futuro – su futuro – estaba perdido”. Frankl insiste en que lo más importante es buscar un ‘significado’ en la vida, aunque ese significado estribe en soportar exitosamente las peores condiciones de vida. Entonces resulta muy obvio que tener esperanza puede ayudar a crear tal significado.