La escort venezolana relató cómo reclutan en Venezuela para luego ser trasladadas a México a ejercer el oficio más antiguo del mundo. Así funciona parte de la red de prostitución en tierras aztecas, según una serie de revelaciones que hizo una escort criolla que se anuncia en las redes sociales como Beatriz, la Pelirroja.
Esta prostituta ofreció su relato al diario mexicano El Universal el pasado viernes, y en su testimonio describe algunas de las implicaciones que trajo el viaje que realizó en el 2014.
La mujer fue seleccionada en un pueblo de la frontera colombo-venezolana, y de ahí se radicó un tiempo en suelo neogranadino “para prepararse” hasta que finalmente llegó a México donde “empezaría a hacer plata”.
“Todas teníamos el mismo perfil. De camino todo es maravilloso, nos dan cosas que no habíamos comido, como jamón serrano, cortes de carnes. Comes en el aeropuerto, pero luego todo te lo cobran. Cuando te bajas ya debes medio millón de pesos”, recordó.
La condición de Venezuela también es aprovechada por los integrantes de esta red de prostitución. Según Beatríz, a las venezolanas las deslumbran y les ofrecen mil maravillas una vez que estén en México. “Aquí no hay nada, nunca vas a salir de pobre. Cuando te contactan ya saben todo de ti, si tus papás no trabajan, cuántos hermanos tienes, que estamos todos fregados. Pero nunca te das cuenta que es parte de la trampa”, reveló.
La dama de compañía aseguró que le ofrecieron boleto de avión, hospedaje, comidas y una vida de lujos. “En ese momento te deslumbran, te dan donde más te duele. Te preguntan ¿para qué te quedas aquí?, te vas a casar con cualquiera, vas a desperdiciar tu cuerpo”.
Beatriz era consciente de que estaba viajando para ejercer el oficio de la prostitución. Sin embargo, lo que no le revelaron es que sería explotada para La Red por un tiempo indeterminado.
Rememoró que la recluyeron con otras seis chicas en un departamento, en Ciudad de México, “de donde sólo salía para el trabajo y la regresaban. Le llevaban comida, pasaban por ella otra vez, la regresaban y así hasta 10 veces al día”.
Contó que, recién llegada, en la página de servicios sexuales para la que trabajó cobraban hasta 5.000 pesos por servicio, pero a ella le pagaban apenas 800 pesos. Actualmente Beatriz se independizó y ofrece sus servicios sin ningún tipo de intermediarios.
“Te das cuenta que tienen contactos en Migración, con policías, que lo tienen todo organizado. Que cada mes traen a más chicas y no es hasta que entiendes cómo funciona, que aceptas tu realidad y pagas para alejarte de ellos. Están en Colombia, en Argentina, están en todos lados porque la prostitución siempre va a existir“, aseguro.
Fuente: Noticias al día – El Universal México