Marc Corominas
Barcelona, 17 jun (EFE).- La leyenda de la música electrónica Aphex Twin ha reinado este viernes en la primera noche del Sónar, donde ha conquistado al público con una exhibición indomable e infatigable en la que ha repasado sus más de tres décadas de trayectoria.
El escenario principal del recinto Gran Vía de Fira de Barcelona se ha convertido en una colosal ‘rave’ con la endiablada bacanal sónica y visual de Aphex Twin, pseudónimo del productor británico Richard David James.
El DJ estuvo por última vez en el Sónar hace 12 años, cuando el festival cumplía la mayoría de edad, y ahora ha regresado, tras un parón de cuatro años, con un nuevo y apabullante espectáculo para celebrar que el certamen cumple la treintena, y demostrar que ambos conservan la misma vigorosidad y energía que antaño.
Los asistentes han tenido que darse prisa para no perderse la sesión de uno de los principales reclamos del festival, que estaba programando poco después de las 22.00 horas, y los nervios por no llegar tarde se han notado en las colas de acceso o de los guardarropas.
La expectación para ver a uno de los padres de la electrónica moderna, cuyo álbum de debut «Selected Ambient Works 85-92» marcó un antes y un después en el género, era mayúscula, como se apreciaba en las camisetas de los asistentes, mayoritariamente de mediana edad.
Durante cerca de una hora y media de sesión, el público ha podido acceder al imaginario, a menudo indescifrable, de esta leyenda, rodeada de mitos y misterios.
Un enigma que ha reflejado con la puesta en escena. Su figura apenas se veía, más allá de su cráneo, atrincherado con sus equipos detrás de una especie de jaula de paneles led, con un enorme cubo lumínico que colgaba sobre su cabeza y escoltado por dos pantallas gigantes.
Empezando con sonidos más minimalistas y ‘ambient’, la aparición en las pantallas de su icónico y perturbador rostro demoníaco, que fue portada de su disco «… I Care Because You Do» y que algunos fanáticos llevaban a modo de máscara, ha sido la primera chispa que ha encendido los ánimos del público.
Más allá del derroche musical, el ‘show’ ha contado con un impresionante despliegue visual, con decenas de focos y luces láser cortando el ambiente sin cesar, y una batería continua de imágenes psicodélicas, todo ello rebotado por las dos grandes bolas de discotecas que cuelgan sobre la pista.
Absolutamente prohibido para cualquiera con un principio de epilepsia.
La sesión ha ido ‘in crescendo’, ofreciendo también muestras de sus sonidos más industriales de drum’n’bass o más experimentales e inclasificables, demostrando que es un maestro a la hora de explorar y rebasar los límites de la electrónica, lo que le ha llevado a ser un referente de culto del género.
La parte final ha sido de pura inclemencia, con un derroche rítmico que no ha dado tregua y ha dejado el listón arriba del todo, igual que los ánimos del público para afrontar el resto de la larga noche que ha dejado por delante.
El frenesí rítmico de Aphex Twin ha tenido su contrapunto con los sonidos más cálidos y lírico de Fever Ray, el proyecto en solitario de la cantante del dúo electro alternativo The Knife, Karin Dreijer Andersson.
Tras ella, la noche prosigue con las sesiones del dúo norirlandés Bicep, con su mosaico de house, techno o disco, o de la surcoreana Peggy Gou, una de las disyóquey estrella del momento.