La Doble Cena: “No fumo, no bailo pegado, pero devoro hombres» | Por Alfredo Matheus

En sus tiempos  juveniles era  toda una dama de ensueño. Nació por los lados de Boconó en humilde casa donde sobraban flores de múltiples colores…Su familia la protegía de los malos hombres, pero, cuando el diablo se atraviesa, cualquier cosa puede pasar…Un diciembre, empezando la adolescencia, la mamá la dejó ir a una fiesta y serenada del Niño Jesús arriba en la Loma.  Allí conoció a un mozo de esos que tienen magia para atraer mujeres. La sacó a bailar y de ahí en adelante una rara tormenta sensual estremeció su cuerpo. En horas de  la madrugada la llevó a un paraje donde solo había la presencia de una hermosa luna llena. Hasta allí llegó su sagrada virginidad. El galán así como llegó, se fue; jamás volvió a saber del muérgano que la utilizó para saciar sus instintos de sexo desbocado…

Un día abandonó a su Boconó querido, buscando olvidar ese amor que nunca se dio…Llegó a Trujillo, allí le sobraron  hombres de buena posición económica que le ofrecieron “Villas y castillos”, el pero, se volvió a hacer presente- se echó una enamorada de señor mío de un  tipo que no tenía  donde caer muerto por la “peladera” que le acompañaba: Sus ojos azules la embrujaron. Este sujeto hizo lo mismo, se cansó  de tan esbelta dama, y se fue por donde vino.

Años después, Un acaudalado comerciante dueño de varias bombas de gasolina, se enamoró de tan agraciada mujer, la puso a vivir como  una reina…Los amores cuando se quedan en solo sexo como que aburren. El acaudalado empresario se echó una nueva enamorada, y la “doble cena” pasó a “plato de segunda mesa”, como decía mi abuelo Domingo con su sabiduría de mil batallas…

En el sector Jiménez, cerca de Pampanito, “Doble cena” de nuevo se enamora. Un hombre trabajador, gondolero que recorría a Venezuela de arriba, abajo; “le cayó del cielo”. Vivieron días de mucha felicidad…Una navidad, el gondolero  se fue para no volver. La mujer les pidió a los santos que de nuevo le trajera a este trabajador de alma buena, el milagro no se presentó. Jamás volvió a saber del “amor de su vida”, parece que se lo hubiera tragado la tierra.

Para siempre quedó en su memoria la canción que el gondolero le cantaba:

“Ese lunar que tienes; cielito lindo

Junto a la boca,

Que a mí me toca”.

“Doble cena», cansada de tantos sufrimientos, jamás se volvió a enamorar, para qué más desengaños. Se dedicó al oficio más antiguo que conoce la humanidad. Por su casita en Jiménez  comenzaron a desfilar soldados de la patria, choferes, obreros, trabajadores del campo, adolescentes que deseaban  vivir su primera aventura sexual.

Y Nicolasa, sin querer, se convirtió en la meretriz más  famosa que haya conocido el estado Trujillo en toda su historia…Al viva la pepa que quería pasar más tiempo del previsto en su rochela de sexo, “Doble cena” lo despachaba moviendo su escultural cuerpo a la vez que cantaba su canción favorita:

“pa´allá y pa´ acá, 

Pa´ allá y pa´ acá,

Con la pollera coloraaa

con la pollera coloraaa”.

 

El jueves es la cosa…

 

En la Sociedad Anticancerosa, el jueves 22 de junio, a las 9: 30 am, tendremos nuevo reencuentro con la Valera de antier. Excelentes cronistas populares compartirán con los presentes, sabrosas anécdotas y vivencias de la comarca bonita que nos vio nacer…”Ven y echa tu cuento”, acompañado del mejor café trujillano.

 Obra consultada. “Hombres y tierra mágica”. Antonio Pérez Carmona

 

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