Caracas, 11 dic (EFE).- Los centros de vacunación contra la covid-19 en Venezuela están vacíos ocho meses después de que se empezara a administrar el fármaco, un escenario que expertos atribuyen a la desconfianza en el sistema, mientras el Gobierno lo achaca a que el 80 % de la población ya fue inmunizada, frente al 34,3 % que computa la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La falta de claridad en torno a la vacunación con datos contradictorios entre los propios funcionarios, los tipos de medicamentos administrados, la centralización en las grandes ciudades del país y el número de personas vacunadas incide negativamente en la confianza de los ciudadanos.
Desde el mes de septiembre, las autoridades han ofrecido porcentajes, pero no han detallado con claridad si se trata de un cómputo que toma en cuenta a quienes tienen una sola dosis o las dos requeridas.
La excepción la hizo el 11 de octubre la viceministra de Salud, Marisela Bermúdez, quien aclaró que el país había llegado al 50 % de ciudadanos con una sola, misma cifra de la que hablaba entonces el presidente Nicolás Maduro, quien se refería a «personas inmunizadas», para lo que sería necesario que tuvieran la pauta completa, ya que, de lo contrario, no contaban con tal inmunización.
Frente a las dudas, el médico infectólogo y profesor del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela Julio Castro explicó a Efe que la del Ejecutivo puede ser una cifra que considere solo a la población adulta y obvie el total de la ciudadanía.
En todo caso, los datos están incompletos, mientras la población sigue reclamando más claridad.
DESINFORMACIÓN Y DESCONOCIMIENTO
«En el mundo entero, y quizá la pandemia lo ha demostrado con creces, si tú no tienes una campaña persistente, sistemática, de información a la gente sobre la vacuna, la gente pues no se va a vacunar. Y eso es lo peor que nos puede pasar a todos», comentó Castro.
A su juicio, ese ha sido el problema en Venezuela, donde la vacunación comenzó a mediados de febrero pasado con la aplicación de las primeras 100.000 dosis provenientes de Rusia, pero sin información precisa en torno a las jornadas y espacios habilitados para tal fin.
Ahora, cuando al país han llegado distintos lotes de Sputnik, Sinovac -a través del mecanismo Covax-, de la china Sinopharm, e incluso de la cubana Abdala, y el Gobierno asegura tener «suficientes» vacunas para inmunizar al 100 % de la población, son los ciudadanos los que no priorizan la inmunización.
«La vacunación tiene un problema de confianza y no ahora. La vacunación de sarampión, difteria, fiebre amarilla requiere una actitud de confianza de la población sobre la vacunación y si tu como Estado no generas esa confianza (…) va el que está muy motivado, pero el que tiene dudas no va», aclaró Castro.
Esa falta de información ha llevado a especialistas a organizar encuestas para conocer las cifras reales, como el monitor de vacunas de la Encuesta Nacional de Hospitales que dirige Castro.
Este estudio, que sigue los parámetros de medición de la OMS, calculó que, para el 15 de noviembre, el 36 % de la población había recibido el esquema completo de vacunación, mientras que 46,20 % tenía al menos la primera dosis.
Estas cifras se acercan más a las de la OMS, que habla de 9,898.706 personas vacunadas con la pauta completa, lo que equivale a 34,3 % de la población.
NO ES PRIORIDAD
Jean Carlos Sánchez, de 39 años, recibió la primera dosis la segunda semana de noviembre, cuando se tomó el tiempo de acudir a un centro de vacunación en Caracas, pese a que ya antes había suministro suficiente.
Sánchez dijo a Efe que su horario de trabajo le había impedido acudir antes a alguno de los centros dispuestos para la inmunización.
Similar es el caso de Nelsys Mercado, quien se vacunó recientemente, porque decidió retomar su trabajo en el área de servicio doméstico.
«Tenía año y pico que no salía de mi casa por la pandemia, pero decidí trabajar y me vacuné para cuidar mi salud», explicó a Efe Mercado, de 62 años.
La asistencia a los espacios dispuestos para vacunación en hoteles, escuelas y centros de salud se ha reducido, por lo que algunos han cambiado los horarios de atención a periodos más cortos de tiempo, según confirman quienes trabajan en ellos.
«Aquí trabajamos como en los centros de votación, el centro se cierra si no hay personas en fila para vacunarse», dijo a Efe un funcionario militar que resguardaba el principal centro de vacunación de Caracas, ubicado en un hotel estatal del centro de la ciudad.
Venezuela suma, según datos del Ejecutivo, 437.113 casos de covid-19 y 5.229 personas fallecidas a causa del virus.