La crisis del Estado nacional sudamericano en 2022 | Por:  Alejandro Mendible

 

Uno. Sur América en la actualidad es una opción geopolítica regional en construcción  cuando el proceso de  globalización de la humanidad  empieza a ser  explorado por nuestro continente para su beneficio cuando emerge el mundo multipolar como coyuntura

Dos. la  población del continente  disgregada en diferentes países  todavía  no  ha conceptualizado  la resolución de  tomar una vía de desarrollo de mercado común  como lo han  realizado  los europeos y norteamericanos  en los siglos pasados.

Tres. También, los sudamericanos  después de cinco siglos de occidentalización no han  dilucidado  cuál es su grado  de identificación  socio cultural  con  el mundo  dominado por occidente  por cuando, por un aparte, grandes  civilizaciones prehispánicas  como por ejemplo  la del imperio incaico formada  sobre la evolución  los primeros  núcleos  civilizatorios de mundo permanece  como una cultura de resistencia hasta el presente o la alta presencia negra trasplantada  como esclavos de África  al Brasil  cuestionan el falso racismo culturalista  vigente y la  idea del Estado antirracista.

Cuatro. La concientización  de una ciudadanía sudamericana ,  en el presente,  no podría  asumir  posiciones  etnocentristas, colonialistas o imperialistas ante el mundo como las practicadas por  los  europeos y  norteamericanos .

Cinco.  Por otra parte los estados nacionales  del continente rompen con el colonialismo ibérico a inicios del siglo XIX pero no pudieron superar los lazos de dependencia económica  continuando como exportadores de materias primas a  nuevos centros metropolitanos  neocoloniales, primero de Inglaterra y después de los Estados Unidos. Seis. Durante el periodo independiente las estructuras  de los estados sudamericanos  fueron construidas bajo la egida del liberalismo. La ideología dominante del mundo occidental presento comportamiento diferente  en Sur América donde justifico el estancamiento económico y el subdesarrollo  mientras  Europa y los Estados Unidos actúa como la palanca de transformación  y de la revolución  industrial.

Siete.  Las ideas liberales mueven al entonces príncipe regente  a  Pedro I a dar el “grito  de Ipiranga”  el 7 de septiembre de 1822  para desconocer al  poder portugués  y en  las colonias españolas se encuentra tanto en la conducción del  Mariscal  Sucre en  la batalla de Ayacucho  el 9 de diciembre  de 1824 que terminó con el colonialismo español en sur América así como, en los antecedentes  de la convergencia de los ejércitos libertadores de Simón Bolívar y San Martin. Este ideario libertario de la formación de patria grande  la región  pronto quedo sin contenido y fue apropiado por las oligarquías

Ocho. Después de la Segunda Guerra Mundial el continente se mantuvo bajo el paraguas de protección atómico de los Estados Unidos  determinando  su dependencia económica capitalista  durante el periodo de la guerra fría con el bloque socialista. Esta situación se alter por primera vez con la Revolución cubana e 1960 y  desde el aspecto ideológico regional donde dominaba el liberalismo a partir del  congreso de la Organización Latinoamericana de Solidaridad  (OLAS)  de 1967 animado  por Fidel Castro, Salvador Allende  y la izquierda  regional se plantearon el objetivo de plasmar los Estados Socialistas Latinoamericanos como un desafío a los estados capitalistas dependientes.

Nueve. En reacción aparece un nuevo tipo de golpe de estado militar el cual se inicia con movimiento preventivo del ejército brasileño en 1964 invocando la doctrina de seguridad nacional contra el comunismo, la tendencia  después se extiende a  otros países suramericano. En la década de 1970 el gobierno militar brasileño se ufana de haber alcanzado “el milagro económico”  lo cual termino como el primer espejismo del ensayo neoliberal en la región

Diez. Los intentos neoliberales se mantienen como las aspiraciones de las cúpulas políticas dominantes de la región hasta finales del siglo pasado en connivencia con los intereses geoestratégicos de los Estados Unidos. Sin embargo, el impacto sobre la región de las crisis económicas internacionales y la impotencia de sus  países integrantes  de enfrentar las   graves crisis como la deuda externa, la vida de los precios del petróleo y el desarreglo macroeconómico  reflejado en la vulnerabilidad de sus monedas nacionales frente al dólar  y en el crónico proceso inflacionario. Estas crudas realidades nacionales  los obligan  a crear un frente común  para defenderse del orden económico internacional.

Once. En el año 2000  bajo la primacía  ideológica del neoliberalismo se produce un hecho histórico de gran trascendencia cuando los doce gobernantes  suramericanos reunidos en la primera cumbre presidencial  celebrada en  Brasil acuerdan convertir el continente en región a ser regida por las normas democráticas.  En ese momento la propuesta dominante en el continente era la del Alca, un tratado de libre comercio regido por los Estados Unidos, en el cual México se había anexado  era dominante  pero Sur América no lo había hecho cuestión que en el siguiente lustro  al cambiar de manera dramática el escenario internacional por el ataque terrorista a los Estados Unidos y el surgimiento del populismo del siglo XXI sudamericano  que termina en 2005 derrotando la propuesta  norteamericana del Alca.

Doce.   Las crisis  y desestabilización  estructural  de los estados nacionales sudamericanos aparecen por doquier como una representación de la confrontación entre el capitalismo y el socialismo del siglo XX, cuando la realidad del nuevo siglo demanda una nueva ideología que explique la nueva tendencia continente en curso. La izquierda capitaliza con el frente formado por el foro de Sao Paulo la onda nacionalista regional creada por la convergencia entre el kirnerismo, lulismo, chavismo, fidelismo y otros populismos logro la formación de Unasur para impulsar una historia compartida y solidaria buscando una salida socialista a la región

Trece. El organismo supranacional quedo prácticamente paralizado por el retiro de varios países miembros hasta el 2020 cuando prácticamente fue desmontado por la falta de consenso sobre el modelo  que debe regir al organismo. Sin embargo, en el regreso de los gobiernos progresistas de Gustavo Petro, en Colombia; Gabriel Boric en Chile y Lula en Brasil  lleva a pensar en una posible reactualización del proyecto de contenido social socializante

Catorce. El nuevo nivel de desarrollo alcanzado por Sur América en el siglo XXI es disputada palmo a palmo entre las ideologías del neoliberalismo y socialistas desde lo macro de la superestructura regional (Unasur) hasta lo micro e infraestructura  de las parcelas de poder nacional (gobernaciones, congreso, etc.). La intensidad del enfrentamiento polariza la población y en su división debilita el funcionamiento democrático como recientemente lo estamos viendo en Perú  en el intento frustrado de golpe de estado del presidente Pedro Castillo, en Argentina, en  el polémico fallo judicial  condenatorio  a la vicepresidente  Cristina de Kirchner  e incluso en Brasil en la transición presidencial entre el presidente saliente el  derechista  Bolsonaro  y el entrante izquierdista Lula. En el caso del triunfo electoral democrático brasileño cuenta la firme posición constitución de las instituciones y la formación de un gran centro político plural de contención al fascismo esto da bases razonables para pensar que en el futuro gobierno se busque un saludable acuerdo de convivencia política nacional. Esta virtuosa situación podría revertirse para la estabilización de sus vecinos como en el caso de los venezolanos.

mendiblealejandro@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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