Esa jugada sobre la hora fue una moneda al aire. Le regalaba aire fresco a la Juventus y hundía al Napoli, o les recordaba a los del Sur que era posible derrotar a la Vecchia Signora. Fue en el segundo minuto de descuento cuando entre Buffon y el palo les negaron a los napolitanos el título de Copa Italia durante los 90 minutos. Había sido la chance más clara. Habían acariciado la Copa y una mano del mítico arquero se las había quitado de tan ansiado trofeo. Era cuestión de mantener la cabeza fría y volver a empezar. Restaba la tanda de penales, tras el 0-0 en Roma, y no era cuestión de aflojar después de haber estado tan cerca…
A imagen y semejanza de su técnico, el aguerrido Gennaro Gattuso, Napoli jamás dejó de morder sus labios. En la tanda de penales fue infalible. Mientras la Juventus se cansó de desperdiciar los suyos (dos al hilo), los del Sur metieron todos. Meret (reemplazo del suspendido Ospina) se lo atajó a Dybala, quien ejecutó fuerte y cruzado, y abrió el camino hacia la gloria. Desde el 2014 que el ex equipo de Diego Maradona no se quedaba con la Copa Italia, la segunda competición en importancia del fútbol italiano.
El plan de Gattuso funcionó
En el transcurso del partido, flojo, monótono y por momentos lento, siempre fue el campeón al que se lo notó más claro en su plan de juego. Con un bloque de nueve jugadores en el último cuarto de cancha (sólo Mertens e Insigne flotaban más adelante), lo del Napoli fue reducir espacios para encerrar a Cristiano Ronaldo y golpear de contra con la velocidad de sus delanteros. El plan salió casi a la perfección. CR7 apenas tuvo una clara al comienzo del partido y un par de remates de media distancia no incomodaron a los napolitanos. Dybala, a su vez, tuvo un partido muy flojo y apenas disparó muy desviado en dos oportunidades. De hecho, las más claras fueron de los celestes. Insigne estrelló un tiro libre en un palo, Demme definió a las piernas de Buffon y Milik la tiró por arriba del travesaño dentro del área grande. Todo sin contar la del final, un cabezazo de Maksimovic que atajó a medias Buffon, quedó en la línea y el remate de Hysaj fue al palo luego de pegar en una mano del arquero. Así llegaron a los penales. Así fue que Napoli volvió a gritar campeón después de una semana perfecta. Primero bajó al Inter en semis y ahora le ganó a la Juventus. A todas las estrellas que no pudieron hacer ni un gol en todo el partido.
FORMACIONES
Juventus: Gianluigi Buffon; Cuadrado, Leonardo Bonucci, Matthijs De Ligt, Álex Sandro; Rodrigo Bentancur, Pjanic, Blaise Matuidi; Douglas Costa, Paulo Dybala y Cristiano Ronaldo. DT: Maurizio Sarri.
Napoli: Alex Meret; Giovanni Di Lorenzo, Nikola Maksimovic, Kalidou Koulibaly, Mario Rui; Marco Fabián Ruiz, Diego Demme, Piotr Zielinski; Lorenzo Insigne, Dries Mertens y José María Callejón. DT: Gennaro Gattuso.
Ronaldo, otra vez sin penal (ni festejo)
A Cristiano le pasó con la Juventus lo mismo que con Portugal en las semifinales de la Eurocopa 2012. Eligió hacerse cargo del último penal de la serie de cinco pero no llegó a ejecutarlo: se lo ganaron antes. A Cristiano Ronaldo le gusta salir en la foto, para qué lo vamos a negar. Ese gesto tan suyo que hace en cada festejo de gol lo pinta tal cual es, al menos futbolísticamente hablando. Por eso no llama la atención que (otra vez) se haya anotado como el último de los ejecutantes de la tanda de cinco penales que debía patear la Juventus en la serie que definiría la historia de la final de la Copa Italia contra Napoli. Sin embargo, como ya le había ocurrido alguna vez, Cristiano se quedó con las ganas…
Para el portugués no hubo penal que sentenciara la historia ni grito de campeón. Todo fue del Napoli, que liquidó la serie incluso antes de que el portugués pudiera pararse delante de la pelota: se lo ganó por 4-2, por lo que la Juventus no pudo siquiera completar la tanda.
No es la primera vez que a CR7 le ocurre algo por el estilo. En las semifinales de la Eurocopa 2012 le pasó con Portugal. Ese año, contra España, se hizo cargo del penal que mayor responsabilidad conlleva pero tampoco llegó a patearlo: uno de sus compañeros falló antes y Cesc Fábregas, que también pateaba el quinto, metió que le dio el pasaje a la final a la Roja. Esta vez los que erraron fueron Dybala y Danilo, y Ronaldo… el que (otra vez) se quedó con las ganas.