@vicalvarezr / @davroalvarez
El artículo 35 de la Constitución china plantea que: “El futuro de China está íntimamente ligado al futuro del mundo. China lleva adelante una política exterior independiente y adhiere a los cinco principios de respeto mutuo para la soberanía e integridad territorial, no agresión mutua, no interferencia en asuntos internos, igualdad y beneficio mutuo y coexistencia pacífica, la senda del desarrollo y estrategia de apertura recíproca en el desarrollo de relaciones diplomáticas y económicas e intercambios culturales con otros países, impulsando la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad”.
La noción de una comunidad de destino compartido fue adoptada por la Comisión para el Desarrollo Social, el Consejo de Seguridad, el Consejo de Derechos Humanos y el Comité para el Desarme y la Seguridad Internacional de las Naciones Unidas. Este concepto tiene como fin impulsar el desarrollo pacífico y armonioso entre los países. China promueve la comunidad de destino compartido para la humanidad como la vía para superar la “mentalidad de guerra fría y caliente y todas las vías desgastadas que han conducido repetidamente a la humanidad a la confrontación y la guerra.”
El concepto expresa una estrategia de largo plazo en la que China necesita un ambiente de paz mundial para poder continuar su propio desarrollo, el cual depende en gran medida de las relaciones de cooperación y complementación que pueda establecer con otros países. El crecimiento económico sostenido que el gigante asiático experimenta le impone la necesidad de buscar nuevas fuentes de energía y materias primas, así como oportunidades para invertir sus excedentes de capital. Este proceso de crecimiento económico con bienestar social se vería seriamente perturbado si sus socios entran en una confrontación bélica.
A China le interesa impulsar una tendencia de desarrollo a largo plazo que armonice las manifestaciones universales con intereses particulares. Por eso defiende la liberación de los estados nacionales de las relaciones de dominación impuesta por las grandes potencias, con miras a crear un orden mundial distinto, guiado por el desarrollo común con respeto de las diferencias. Con ese fin promueve relaciones equitativas basadas en el esfuerzo mutuo y ganancias compartidas a través de la cooperación y el multilateralismo.
La inserción de China en el multilateralismo viene desde la conformación del G-20 y posteriormente los BRICS. Estos espacios le proporcionan a China la oportunidad de tener mayor incidencia en la gobernanza mundial. El presidente Xi Jinping aseguró que China no cerraría sus puertas al mundo exterior e hizo un llamado a los países para comprometerse con la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad. Con ese fin, China se compromete con la solución política y pacífica de los conflictos entre países, a defender el libre comercio y a avanzar en la corrección de los problemas de su economía que pudieran afectar la estabilidad económica global.