La Cátedra Libre Mario Briceño Iragorry del Ateneo de Valera, conquista saberes en Chejendé | Por: Alexis del Carmen Rojas Paredes

De lo vivido a lo concebido: Construir la experiencia.

Armando Zambrano Leal

Por: Alexis del Carmen Rojas Paredes

 

En la medida que nos juntemos lograremos conquistar propósitos y esperanzas constructivas  de un saber colectivo. Guiados en esta intención, la Cátedra Libre Mario Briceño Iragorry del Ateneo de Valera realizó, el  pasado 19 de junio, un inolvidable encuentro en el Museo “Unidos por Chejendé”, de la población de Chejendé,  Parroquia capital del Municipio Candelaria. Gracias al enlace con el Ingeniero Hermann Pargas, con el  Señor Carlos Valera, Presidente del Museo y Fundación, y al trabajo sostenido con estudiantes de 4to y 5to año del  Colegio “Las Acacias” de la ciudad de Valera, en colaboración con su Directora, Licenciada Carmen  Sánchez y dos docentes.

En seguimiento a la sistematización de la experiencia vivida en este lugar, que contiene  historia de la cultura aborigen, se destaca en primera instancia el cordial recibimiento con la presentación de todos los miembros del equipo del Museo y  la Fundación, entre ellos familiares y amigos del trabajo compartido;  el acompañamiento de estudiantes y profesores del Complejo Educativo “Elías Ignacio Ramírez Contreras”; lo que hizo posible que junto a nuestro grupo de estudiantes y profesores visitantes se estableciera  una fraterna concurrencia.

 

 

Por su parte, el Cronista del Municipio Candelaria, educador y politólogo, Alexis Bravo, brinda una amplia disertación contextualizada en un primer momento,  en las funciones o quehaceres inherentes al Museo, como la función del descubrimiento, en forma permanente, de “tesoros y joyas del patrimonio cultural”; la de crear conocimiento, aprendizaje,  sobre la historia, el arte y la ciencia. Al respecto marca que las piezas  halladas están sujetas a la comprobación de los expertos,  son estudiadas por científicos de diferentes partes del mundo, quienes, por ejemplo,  “indican cuántos años tiene la pieza a través de la prueba del carbono 14, a través de la investigación”, en este sentido promueven la ciencia. La función del arte, dada por la valoración y el aprecio a las colecciones de arte que poseen; además de promover la curiosidad, pues  “algunos les interesa o les llama la atención  los huesos, como un hueso de mastodonte; a otros, las tallas, la artesanía, o los objetos a partir del reciclaje”. Enfatiza en como el querer saber ayuda a crear conciencia, a estudiar la diversidad cultural, a entender el patrimonio histórico, a “viajar hacia el pasado”.

Disertación que prosigue junto al señor Carlos Valera para explicar las colecciones que tiene el museo, todas encontradas en el Municipio Candelaria, a saber: a) La paleontológica, que reúne piezas ya estudiadas por los científicos, entre la validación más reciente resalta el apoyo de Jorge Domingo Carrillo; b) La arqueológica, de la cual tienen varias piezas expuestas y otras guardadas, cada cierto tiempo las rotan, pues no caben en el espacio disponible. Para ello cuenta con un gran equipo de exploración, faena que realizan de forma constante; c) El arte suiseki, palabra japonesa, es el arte de las piedras naturales que tienen ciertas figuras relacionadas con la naturaleza, y que no han sido manipuladas por la mano humana; d) Las tallas de madera, hechas por el señor José Márquez (+), artista chejendino; e) La artesanía a partir del reciclaje, tallas o figuras hechas de “chatarras”, trabajadas e inventadas por todos los del equipo en los tiempos de ocio; f) Objetos antiguos diversos, armas de diferentes épocas, tocadiscos, órganos, piano, entre otros, que remontan al pasado; g) Minerales, como pirita, cuarzo, jade, amatista, rosa del desierto de Sahara; en particular destaca las geodas, que según la explicación dada,  son una especie de huevo o madre de una piedra preciosa que al partirla, adentro se observa el germen y  con el tiempo, la temperatura y los factores medio ambientales se van transformando en diamantes, en piedras preciosas de valor incalculable.  Subraya que todas las piezas de la colección son originales, halladas en el Municipio Candelaria, ascienden a más de 6000 piezas, algunas son arqueológicas más no son de museo, por ejemplo,  la cerámica encontrada en la quebrada “Los pepos”, son puros fragmentos, trastes y artesanía de años, pero son importantes para ser estudiadas. Colecciones que se encuentran en un ambiente natural, entre plantas ornamentales que embellecen y armonizan la originalidad del Museo, “es dinámico en interacción con la naturaleza y el paisaje del pueblo”.

El cronista,  Alexis Bravo, avanza su intervención con la contextualización geográfica del Municipio Candelaria. Hace referencia a la conformación de sus siete Parroquias, las cuatro de la parte alta: Chejendé, Parroquia capital;  Bolivia; Cegarra, capital Mitón; y Carrillo, que es Torococo. Y las tres de la parte plana, la Parroquia San José, que comprende los llanos de Candelaria, conocido como los llanos de Monay, donde está el Cemento andino; La Parroquia Manuel Salvador Ulloa, que es Sabana grande de Monay; y la Parroquia Arnoldo Gabaldón, comprendida por las Minas, desde el puente de Santa Lucía y la parte de la Urbina hasta  la represa de Agua viva. Lugares que conocen muy bien los miembros del equipo, que con frecuencia caminan y exploran. Es un Municipio de mucha potencia, en él se encuentran varios monumentos naturales, como el Pan de Azúcar y el Mirador turístico; pero les falta  el desarrollo de muchas actividades relacionadas con la cultura y el turismo, a parte del desarrollo industrial. De manera que todo lo  ya  iniciado por este grandioso grupo  humano, “a pasos gigantes, queda para las nuevas generaciones que se están formando”.

Entre otras  referencialidades destaca que ha sido un año de trabajo e importantes enlaces Institucionales. Fue un gran avance declarar legalmente el Museo “Unidos por Chejendé”, Patrimonio histórico cultural, a través de la Cámara  Municipal. Obtener una Ruta Turística registrada  por el Ministerio Popular para el Turismo; además de anunciar que próximamente en Chejendé habrá un laboratorio centro-occidental de reconocimiento de fósiles, en el que se “traerán piezas de Táchira, Mérida y Barina”.

La voz del cronista  Alexis Bravo, finalmente, apunta al mensaje que el Museo está forjando en el colectivo, a través de la difusión del conjunto de haceres que les ha permitido llegar más allá del conocimiento “práctico” de la búsqueda  a la construcción de saberes. Misión y visión de identidad cultural que articula de modo interesante con el mensaje de la obra Mensaje sin destino de nuestro maestro don Mario Briceño Iragorry, dirigido de forma particular a los jóvenes, a la toma de conciencia de las nuevas generaciones, y que por consiguiente debe llegar a  los diversos  centros educativos, organizaciones e instituciones.

La  amena disertación ofrecida a los visitantes, anfitriones y participantes de la localidad, resume el quehacer y saber cultural de este Museo, de tan solo dos años de fundación, gracias al trabajo sostenido de 32 años  de su, hoy, presidente, Señor Carlos Valera, en compañía del Señor Rosalino Cordero y su valioso equipo en la que se integra la familia de ambos; todos unidos en la conformación del acervo arqueológico y cultural chejendino.

Por su parte, los representantes del Comité Académico de la Cátedra Libre Mario Briceño Iragorry del Ateneo de Valera,  junto a la Presidenta del Ateneo Lcda. Marlene Briceño y el Profesor Javier Mendoza Andara, vincularon al conversatorio la figura insigne de don Mario,  cómo estudioso de la cultura aborigen, cómo formador de conciencias e identidad de  pueblo; con la invitación a las lecturas de sus libros, al desarrollo de proyectos educativos y la planificación curricular en la instituciones, en particular,  los docentes y estudiantes presentes en el encuentro.

Acto seguido, se dispuso de forma organizada, en pequeños grupos, el recorrido por los dos espacios naturales de exposición  del Museo, guiados por las explicaciones y detalles del Sr. Carlos Valera. Este recorrido  permitió apreciar y comprobar las piezas de las distintas colecciones ya descritas, además de exaltar que contienen un profundo valor histórico cultural para la región y el país.

A última hora,  cómo actividad recreativa visitamos el mirador  del Cerro de la Cruz, su altura ofrece una hermosa vista panorámica del poblado, la grandiosidad y verdor de las montañas, en particular, el Cerro Pan de Azúcar. Vivencia a la que se suma  el momento espiritual registrado en    la Iglesia de Nuestra Señora de La Candelaria, templo religioso en honor a la Patrona del pueblo.

Su conjunto alberga una enriquecedora e inolvidable experiencia compartida.

 

 


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