La carestía del café | Por: Isaías Márquez

 

Café atracción de amigos por excelencia y compañero inseparable en encuentros importantes para conversatorios sobre negocios, cuitas y otras interacciones de interés personal, se halla a niveles récord de precios por el costo tan elevado de los insumos; principalmente, los  fertilizantes, a lo que se añade la crisis climática que afecta al planeta, fenómeno que se manifiesta por sequías prolongadas, inundaciones y heladas extemporáneas. En un momento tan complejo, por los precios tan altos y trasladables al consumidor, nadie podría sentirse satisfecho; productores, ni compradores, todo lo cual incide en una producción reducida en poco más de un 20 por ciento, según la presidenta de la Organización Internacional del café (OIC) con sede en Reino Unido; paradójicamente, país de adición al te.

Así tenemos que los latinoamericanos bebedores de café deben pagar por el precio  elevado en los mercados financieros internacionales desde 2021, cuando se ha incrementado hasta casi en un 80 por ciento, también por las incidencias del conflicto ruso-ucraniano.

En Venezuela, aparte de las circunstancias predichas, se añade la ausencia de créditos al productor más las precariedades de transporte, lo que incluye la escasez de combustible, entre otros, y la deficiencia de los servicios básicos. Asimismo, según el tipo de grano, podrían fluctuar, por disposición oficial,  entre unos USD 170-190/saco. No obstante, según los cafetaleros de Portuguesa, la agroindustria con respaldo de la Corporación Venezolana del Café (CVC) actúa deslealmente. Por tales razones y otras algo más complejas, nuestra producción ha pasado de unos 1,8 millones de sacos durante la década 1980  a apenas unos 60 mil sacos/año.

Aparte de los costos elevados de producción caficultora, tenemos al café más caro del mundo, que se produce en Bali, Indonesia, proveniente  de las excretas de un mamífero denominado Civeta, cuyo precio es de unos 94 euros/cien gramos de granos enteros.

No obstante, buscamos mejorar la calidad del grano venezolano con miras a ubicarlo en un renglón de exportación análogo al de principios y finales del siglo XX, durante la época prepetrolera, cuando junto al cacao nuestra economía estaba sujeta a ambos.

isaimar@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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