Brasilia, 15 may (EFE).- La Cámara de Diputados de Brasil aprobó este miércoles la suspensión del pago de la deuda del estado de Rio Grande do Sul con el Tesoro por tres años, tras las inundaciones que han dejado al menos 150 muertos y 620.000 desplazados en el sur del país.
La medida, propuesta por el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva para mitigar el tremendo impacto económico de la tragedia climática en la región, será ahora analizada por el Senado.
El volumen de deuda total de Rio Grande do Sul, fronterizo con Uruguay y Argentina, es actualmente de alrededor de 100.000 millones de reales (19.500 millones de dólares/18.000 millones de euros).
Con la moratoria, cerca del 10 % de ese montante será destinado para la reconstrucción de ese territorio, donde las fuertes lluvias han anegado de forma parcial o total ciudades enteras en las últimas dos semanas, entre ellas la capital regional, Porto Alegre.
Durante la suspensión tampoco se contabilizarán los intereses de la deuda, con el objetivo de «recuperar la capacidad económica de Rio Grande do Sul en el plazo más corto posible», según defendió el Ejecutivo.
El proyecto de ley aprobado podrá aplicarse en el futuro a otros estados brasileños que también se vean castigados por eventos climáticos extremos, si así lo avalan el Parlamento y el Ejecutivo.
Según el último boletín de la Defensa Civil, hay 2,12 millones de damnificados en Rio Grande do Sul, que vive todavía una situación caótica después de que un fuerte temporal afectara a 446 de sus municipios.
Además de los 150 fallecidos, uno de ellos en el vecino estado de Santa Catarina, las inundaciones han dejado por lo menos 112 desaparecidos, 806 heridos y cerca de 620.000 desplazados.
Lula viajará de nuevo este jueves a Rio Grande do Sul, un importante polo agropecuario en el país, para anunciar una nueva batería de medidas económicas dirigidas a las víctimas del desastre.
Rio Grande do Sul ya sufrió el año pasado fenómenos climáticos extremos, con raros ciclones extratopicales, que también provocaron graves estragos, aunque lejos de la envergadura de este último.
Los especialistas meteorológicos han asociado la intensidad de estos temporales al cambio climático.