La bofetada a Macron evidencia el clima de tensión política en Francia

EFE/EPA/IAN LANGSDON/Archivo

París, 8 jun (EFE).- Podría haberse quedado en lo anecdótico, pero la torta que un espontáneo lanzó este martes al presidente francés, Emmanuel Macron, durante un viaje oficial se ha sentido en Francia como la gota de más de un ambiente de creciente tensión y hostilidad política, auspiciado por el eco de las redes sociales.

El líder francés se encontraba en el departamento de Drôme, en el sur, dentro de una mini-gira por el país en la que pretende «tomar el pulso» de los ciudadanos tras dejar atrás lo peor de la crisis sanitaria y en el mismo mes de las elecciones regionales, el 20 y el 27 de junio.

Está, además, a un año de la cita con las urnas para los comicios presidenciales, de ahí que estos desplazamientos hayan sido criticados por la oposición, que ve en ellos un mal disimulado inicio de campaña.

Como suele hacer en estos encuentros, Macron se dirigía al público, recogido detrás de una valla, para los habituales apretones de manos y breves intercambios.

En ese momento, un hombre, que parecía totalmente tranquilo y lo saludaba con la mano izquierda, lo golpeó con la mano derecha abierta antes de ser inmediatamente neutralizado por la seguridad del presidente, qiuen siguió con los apretones con aparente normalidad.

Pero la imagen fue retransmitida en Twitter y redes sociales, como si se tratara de un meme más, dividido entre quienes lamentaron la actuación y quienes rieron la gracia del espontáneo, para indignación de una clase política que no tardó en reaccionar.

En la Asamblea Nacional, el primer ministro, Jean Castex, que vio en el acto un ataque generalizado a «toda la democracia», defendió que la democracia es «debate, diálogo, confrontación», pero «en ningún caso puede ser violencia, agresión verbal y mucho menos agresión física».

En la oposición, la presidenta de la ultraderechista Agrupación Nacional, Marine Le Pen, escribió en Twitter que «el debate democrático puede ser duro», pero «no debe tolerar en ningún caso la violencia física».

En esa misma red, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon escribió: «¿Empezáis a entender esta vez que la violencia pasa al acto? Me solidarizo con el presidente».

«La brutalización del debate político amenaza la democracia. Es hora de recuperar un diálogo calmo entre franceses y reconstruir vínculos. Todo mi apoyo a Emmanuel Macron», indicó por su parte el líder del partido ecologista, Yannick Jadot.

UN LLAMAMIENTO A LA CALMA

Lo paradójico del ataque es que se produjo después de que el propio Macron hiciera un llamamiento a la calma tras dos días de ebullición política por la declaración de Mélenchon, que este domingo se atrevió a predecir que en la semana previa a la elección presidencial habría un ataque e incluso un asesinato.

Una intervención muy criticada y que llevó al propio diputado y candidato a la presidencia a justificarse, compartiendo un vídeo en redes sociales en el que una figura conocida de la extrema derecha, nieto de inmigrantes españoles en Toulouse, según la emisora France Info, escenificaba la ejecución de un militante de izquierda.

«La vida democrática necesita tranquilidad y respeto por parte de todo el mundo, tanto de los responsables políticos como de los ciudadanos», dijo Macron antes del tortazo, que, según la versión de la presidencia gala, no llegó a darle.

El individuo gritó además «¡Montjoie Saint-Denis, abajo la democracia!», un grito de guerra monárquico hoy asociado a la extrema derecha nostálgica y que se ha oído en otros ataques contra políticos, como un «tartazo» que recibió en la cara en 2018 el diputado del partido de Mélenchon Éric Coquerel.

«Hay un clima de tensión extremadamente importante en la sociedad y una gran dificultad de diálogo entre los distintos partidos», comentó a Efe el director del Observatorio de Opinión de la Fundación Jean Jaurès, Antoine Bristielle.

Bristielle señaló que las encuestas muestran unas cotas de popularidad altas para Macron, pero, al mismo tiempo, quienes lo rechazan aseguran que les despierta sentimientos extremos como «odio», «rabia». «Hay un rechazo visceral en una parte importante de la sociedad», añadió.

Según el politólogo, estos elementos de radicalización provienen de la sociedad civil, pero también de los políticos y de los medios de comunicación que comparten posiciones «cada vez más duras».

Por su parte, el sociólogo Erwan Lecoeur consideró en la cadena BFM TV que la agresión es una muestra «de la cultura del enfrentamiento en redes sociales».

El agresor y otro individuo, ambos de 28 años y sin antecedentes criminales, fueron inmediatamente detenidos y podrían enfrentarse a una pena de tres años de cárcel y a 45.000 euros de multa.

En 2011, un hombre que sacudió al entonces presidente, Nicolas Sarkozy, fue condenado a seis meses de prisión y servicios a la comunidad, y en 2017 un joven de 18 años pasó tres meces en prisión tras dar también un tortazo al ex primer ministro Manuel Valls.

María Díaz Valderrama

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