La Asamblea Nacional 2015: recuerdos tristes de un pasado prometedor y combativo, injustamente desaprovechado | Luis A. Villarreal P.

 

El comienzo de Año Nuevo siempre estuvo marcado por la expectante atención sobre el nombramiento de las juntas directivas del Congreso Nacional bicameral, y, desde la última reforma constitucional, por la  directiva de la Asamblea Nacional unicameral.  No obstante, al vencer el periodo de la AN 2015, única Asamblea democráticamente legítima con sobrado respaldo popular, en vista de su desconocimiento y usurpación por parte de una Asamblea Constituyente prefabricada para tal fin, la expectación creció porque se continuó con la misma a los fines de dar respuesta al nombramiento de la Asamblea Nacional chavista, y también como protesta a la usurpación ejecutiva rechazada por numerosos países.

Ahora tal expectativa se ha venido a menos, y transformado en un cuadro de escepticismo y rechazo a las circunstancias absolutamente retrógradas y por supuesto antidemocráticas impuestas por el régimen chavista a los órganos principales del Estado, y de manera grotesca sobre el poder legislativo, epicentro popular de todos los demás poderes. Esta deplorable situación nos hizo ver el carácter absolutista de dominación, la inaceptable metamorfosis del Estado confiscador de valores y derechos civiles, trasgresor de las libertades venezolanas.

El historial político del porqué Venezuela cayó en tan descomunal regresión y atrofia política, no enfatiza exclusivamente sobre los autores oficiales de la crisis más espantosa de la era republicana, envalentonados en una supuesta revolución, de carácter trágico para Venezuela y el mundo, sino también insiste en cuestionar el deprimente rol de ese gran sector  —la oposición partidista— destinado a hacerle frente a los desmanes oficialistas, y a promover el perentorio regreso al sistema democrático de libertad y bienestar; pero paradójicamente terminó agrandando el problema en menoscabo de la ansiada solución a la crisis política.

Dos tragedias en una. El oficialismo extraviado y errático,  empeñado en crear situaciones de inseguridad y pobreza crítica, riesgo y atropello, de desbandada social, y la oposición discapacitada de suficiente inteligencia y estrategia política, cooperando con escenarios plausibles en el ámbito del sector antidemocrático

La oposición partidista aunque no siempre manifestó su interés por una salida electoral, por cuanto transitó el camino de la abstención, sí estuvo pregonando su deseo de ‘ganar espacios’ en  elecciones municipales y estadales, como medida práctica de hacer oposición y enfrentar al régimen, ganando apoyo popular a través de los gobiernos estadales y municipales.

Esta estrategia anticipadamente catalogada como inútil a juicio de muchos, en efecto no pasó de ser una ilusión para la abstracta idea de montar y conformarse con algunos cuadros de enchufados opositores. Fue, a todas luces, una ‘estrategia’ aprovechada —y confeccionada— por el oficialismo  porque esas alcaldías y gobernaciones opositoras destacaban, eso sí, el perfil ‘democrático’ del sistema cuestionado ante la comunidad internacional; y si algún gobernador opositor mostraba más liderazgo en sus funciones del permitido, entonces se les cambiaba las condiciones previstas en la descentralización.

Si esa estrategia de ocupar espacios  hubiese sido eficaz, esos alcaldes y gobernadores no habrían devuelto la administración de esos municipios y estados a sus ‘dueños’; o sea, a quienes interesaba remover del poder nacional en beneficio de todos los venezolanos.

¿Pero, cómo se llegó a tan poco? Es decir, a haber nadado tanto, cruzando océanos de dificultades, para extenuados morir tendidos en el litoral. Demostrando no haber sabido qué hacer con la histórica Asamblea Nacional 2015 ni con su gobierno interino; este último aniquilado para beneplácito de ustedes saben quién

Desde la Asamblea Nacional 2015 se debió organizar y mantener, si no el gobierno de transición, la fortaleza de la lucha Unitaria opositora, no a medias dentro de una Plataforma Unitaria Democrática dominada por el G4. Entendemos el esfuerzo realizado por la coalición partidista dominante de la AN 2015, pero fue insuficiente y poco visionaria, e ineficaz, al no poder incorporar a la totalidad de partidos opositores, la representación gremial, e incluso  eclesiástica, como parte de las fuerzas vivas de la Nación.

Esta reflexión no culpa ni exime a quienes intentaron dirigir de buen modo la oposición partidista, basados en la mayoría de las curules de la trágica Asamblea, más bien cuestiona la actitud sectaria de dirigentes y partidos egocéntricos, desafectos y desconsiderados hacia la mayoría legislativa, por no dar muestras de Unidad y sincronización estratégica; actuando en el marco de la proverbial inmadurez política y de tan fatal inconsecuencia con el país.

A estas alturas, observamos circunstancias esperanzadoras, porque: se pudieron realizar a medias las Primarias; continuar con el proceso de negociaciones aunque deficientes; y dar cumplimiento inconcluso de los diversos acuerdos. En un conjunto de propósitos y acciones tendientes a preservar la ruta electoral como desenlace, con la perenne exigencia de mejorar las condiciones para ir al proceso comicial y ejercer el voto dignamente. Pero a sabiendas de una subyacente idiosincrasia partidista desconsiderada y miope, insensible, de la prioridad nacional.

La Asamblea Nacional 2015

 

Mencionarla ya es sombrío.

Lejos de la mirada colectiva,

oculta ha preferido

continuar en su ‘mística

brega’ desde el exilio. Abstraída

 

en sus juntas ad hoc

su origen ha confinado al olvido;

del pueblo se apartó.

Aquel poder legítimo,

como ningún otro, no vio el camino.

 

¿Por qué no pudo hacerse

el bastión de la lucha democrática?

si incluso un Presidente

Encargado, confianza

y reconocimiento bien nos daba.

 

¿Por qué la rebuznante

entrega del fortín legislativo?,

trinchera formidable

contra los enemigos

de Venezuela y el fatal continuismo.

                                       L A V P

 

De acuerdo a los últimos acontecimientos suscitados, hemos de comentar:

— La ‘revuelta’ ocasionada por la presencia del HMS Trent, navío militar británico destinado a combatir la piratería, el contrabando, el terrorismo, y a otras funciones; hizo menester la improvisación de ejercicios militares defensivos a proporcional escala por parte de Venezuela, lo cual satisfizo a la venezolanidad, por cuanto se hizo lo apropiado, sin miedo.

Entendiéndose la misión de la citada embarcación más allá de las excusas y disimulos del Reino Unido, tendiente a solidarizarse —mostrando su peculiar ‘diplomacia militar’— con la pretensión guyanesa de quedarse con la séptima parte del territorio venezolano, la Guayana Esequiba. Y por supuesto, orientada a exhibir la no menos grave de las argucias de intimidación en un reiterado menoscabo a nuestra soberanía nacional, bajo los mismos procedimientos conducentes al Laudo ‘Arbitrario’ de París de 1899, por el cual se rompen las vestiduras los guyaneses y sus tutores, los británicos.

— El comentario del Cuestionado, en el sentido de no tener clara su candidatura reeleccionista para las próximas Elecciones Libres Presidenciales, pues no debería tener importancia para la necesidad del austero Cambio; por cuanto, aun con otro candidato, el pueblo seguiría viendo el fatal continuismo en pie. Ni siquiera si la esperada candidatura fuera reemplazada por algún osado outsider sin aparentes vínculos con el oficialismo; menos aún, si se les ocurriera reemplazarla por un supuesto ‘opositor’ sacado de la manga.

— La primicia de la candidata presidencial María Corina Machado, favorecida de las Primarias, según la cual informa a Venezuela y al mundo democrático,

sobre estarse llevando a cabo «una compleja negociación con el régimen», precisando estar dispuesta a negociar como sea —¿a como dé lugar?— para no excluirse de la ruta electoral, oportunidad ineludible del ansiado cambio que requiere Venezuela.

La respetable candidata está mostrando la ‘versatilidad’ requerida en la arena política, empezando a convertir su pétrea y vectorial actitud en una aptitud cónsona con las exigencias de las circunstancias.  Por supuesto, tendiente a bajar la guardia de sus rígidas posturas y ojalá sin perder un milímetro de su enfoque y determinación básica, cual es el de producir el sustancial cambio político, por el rescate de Venezuela y el bienestar de los venezolanos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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