La grave crisis en todos los órdenes que vive el país bajo el mandato de NM, quien suplió la ausencia de Hugo Chávez desde su muerte oficial el 5 de marzo de 2013, se ha ido agravando a niveles críticos en estos últimos meses del cabalístico año 2020.
Las razones son múltiples, las deficiencias particulares del presidente y de su equipo administrativo y político; así como la errática concepción y la estrategia que le sirve de fundamento, caracterizada por ser demodé, fuera de foco, sin pies ni cabeza, alejada de nuestra realidad y de las proyecciones de progreso y superación.
Baste tan solo darse un paseo por algunos factores que están incidiendo en ella, como es la caída de los precios petroleros a 23 $ el barril, el hueco fiscal que se ha abierto con esta deficiencia, la que conlleva a la caída vertiginosa de la producción de hidrocarburos, la inexistencia de gasolina procesada en el país. La amenaza de un gran desabastecimiento de alimentos y medicinas en una República que dejó de producir para convertirse en una importadora compulsiva y el colapso de todos los servicios públicos, llámese salud, electricidad, agua, comunicaciones y pare de contar.
A este cuadro se le suma la pandemia mundial del Covit-19 que, gracias a las decisiones del gobierno al decretar un verdadero estado de emergencia (cuarentena), que va más allá del virus y se une a razones más políticas y económicas, virtualmente ha paralizado al país, desactivándolo.
Dentro de ese espinoso panorama, el gobierno en su desesperación por hacerse de recursos financieros, se ha sacado una delicada carta de la manga de bisoño presdigitador, ante la interrupción de lo que suponía podía serla ayuda de sus aliados Rusia y China, como ha sido la de solicitarle un préstamo de 5 mil millones de $ al Fondo Monetario Internacional. (FMI), en carta enviada el domingo 15 de marzo por NM a su Directora General, Kristalina Georgieva, dada a conocer el martes 17, alegando ayuda para combatir el Covid-19, conociendo que ese ente solo produce desembolsos sobre una carta de modificación de los rumbos económicos de la nación solicitante, que son exactamente lo contrario al desvarío chavista del Socialismo del Siglo XXI.
Lo curioso es que, en su evidente desesperación por obtener fondos frescos, NM rompe con el legado impuesto por Chávez desde su toma de posesión en febrero de 1999,cuando interrumpió todos sus compromisos con el FMI que se hicieron efectivos en mayo de 2007, un día después de instalar el ALBA y de crear el Banco del Sur, como lo declaró al afirmar: «Aquí mandaba el Fondo Monetario internacional, que es el mecanismo que tiene el imperialismo norteamericano para imponerle políticas económicas y sociales, salvajes, explotadoras, a los países del mundo». Postura reiterada por NM en su mandato, cuando enarbolando las tesis de HCh. afirmó su cuestionamiento «al modelo de exclusión, privatización, empobrecimiento, individualismo del capitalismo salvaje y neoliberal del Fondo Monetario Internacional».
El FMI ha descartado la solicitud de NM, alegando su permanente postura política contra ese organismo y la dudosa legitimación internacional que posee desde las discutidas elecciones presidenciales de 2018. El gobierno de Venezuela, según un reportaje de BBC News Mundo, acumula deuda impagada desde 2018 y hasta ahora ha rechazado toda colaboración con el FMI, ya que lo consideraba una «injerencia».
¿Qué hará el gobierno ante esta nueva realidad?
Es obvio que el desesperado disparo al FMI le salió a NM por la culata, quedando en una situación de orfandad y disminución política y económica que puede acarrear muchos desenlaces. Por los momentos su discurso será más incendiario contra el imperialismo y el FMI, por negarle los fondos supuestamente de ayuda humanitaria, que en verdad requiere para sobrevivir en la presidencia. La situación de emergencia que decretó en el país con la excusa del C-19 se prolongará por tiempo indefinido, para evitar el retorno a la normalidad que pondría en evidencia la inexistencia de gasolina, que ya no se produce en el país, el desabastecimiento alimentario y medicinal, así como el colapso de los servicios públicos, con el riesgo de amotinamiento popular, como ya ha ocurrido en estos días en varias ciudades.
El verdadero sostén de NM sigue siendo las Fuerzas Armadas ¿Hasta dónde lo acompañarán? Todo está por verse. El panorama es confuso.