La agresión y el mal. Por Nelson Santini C.

 

El aspecto positivo de la agresión lo constituye el impulso de auto-conservación y de auto-afirmación, esencial en el proceso de desarrollo y de realización del individuo. La violencia como conducta de ataque o amenaza está conceptuada como el aspecto negativo de la agresión. Su origen hay que buscarlo en los traumas psíquicos sufridos en la infancia en el impulso de auto-afirmación, cuya degeneración puede hacer surgir un poder malvado, preñado de planes perversos, de intenciones conscientes de  destrucción y de gozo en la aniquilación. En este sentido es rechazada por los seres humanos; los agresores son la quintaesencia del mal.

Los hechos de violencia parecen haberse proliferado en nuestra sociedad.  Al  acceder a noticias divulgadas por los medios de comunicación, o al informarnos sobre lo que sucede en las calles, nos da la impresión  de que han desaparecido todos los límites, de que las dimensiones a que ha llegado la violencia no tiene precedentes. En la prensa diaria es frecuente encontrar noticias como estas: En un tiroteo resultaron 59 personas asesinadas y más de 500 heridas. El asesino se suicidó al llegar la policía. Bella modelo y su esposo fueron asesinados en presencia de su pequeña hija. Alumno  llevó arma de fuego al liceo para quitar la vida a un compañero en plena cancha. Se introdujo en el apartamento en donde  mató a puñaladas a anciana de avanzada edad. Estudiante fue detenido y brutalmente torturado por la policía. Asesinó  y descuartizó a menor de 9 años,  después de violarla. Grupo de exterminio se introdujo en una vivienda y  ajustició a una familia, incluyendo ancianos y niños.

En la historia del comportamiento humano observamos que los hombres, desde la antigüedad, se han enfrentado unos contra otros por diferentes motivos. La humanidad ha experimentado miles de guerras, y en todas ellas se han utilizado armas cada vez  con mayor poder de destrucción. Ha sido una historia de guerras y conquistas donde el más fuerte se impone sobre el más débil. La violencia existe desde siempre; violencia para sobrevivir, violencia para imponer culto religioso, violencia para extender su territorio, para controlar el poder, sublevarse contra la dominación, violencia física y psíquica. El hombre ha hecho de la violencia  algo indispensable para su existencia. Vemos con horror como día a día el crimen se incrementa en todas sus modalidades: terrorismo, matanzas por motivos étnicos o religiosos, secuestros, tráfico de drogas, tráfico de personas, violación de derechos humanos, lavado de cerebros, nepotismo, dictaduras totalitarias, robo al erario público, violaciones sexuales , asesinatos, crimen organizado. Por otra parte, se observan numerosos niños, en situación de abandono, que se asocian para cometer actos delictivos que incluyen hasta  homicidios y sicariatos.

Para defenderse de los aspectos negativos de la agresión y ayudar a que el impulso de autoafirmación pueda canalizarse adecuadamente es necesario tener en cuenta cuestiones relacionadas con la higiene de la agresión: El reconocimiento en nosotros de tendencias  agresivas y destructivas. La auto-observación y auto-reflexión centrada en nuestro propio comportamiento agresivo nos ayudará a incrementar nuestra auto-conciencia y a comprender además el comportamiento agresivo de los demás. La conciencia de la necesidad de auto-control y de control ajeno,  lo cual nos hace capaces de controlar nuestra propia agresividad reactiva; de repensar bien el asunto antes de actuar, para luego emitir una respuesta adecuada y dueña de sí. El desarrollo de métodos orientados al ejercicio de sistemas de control personales, interhumanos, estatales y supraestatales. Una educación que tenga por objetivo la  adaptación del individuo a la realidad y que garantice, en un grado óptimo, la posibilidad de un empleo constructivo de la energía propulsora de la agresión.

Santinel4@hotmail.com

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