Dusseldorf (Alemania), 15 jun (EFE).- El 25 de junio del año 2000, en casa, en el estadio del Feyenoord de Rotterdam, en los cuartos de final, Países Bajos rebasó todas las expectativas con la mayor goleada de la historia de la fase final de la Eurocopa, un 6-1 a Yugoslavia, con un ‘triplete’ de Patrick Kluivert y un ‘doblete’ de Marc Overmars.
Eliminada posteriormente por Italia en la tanda de penaltis de las semifinales, la ‘oranje’ estableció una marca diferencial, a la que sólo se han acercado España, con un 5-0 a Eslovaquia en 2020; Dinamarca, con otro 5-0 a Yugoslavia en 1984; Francia, con otro 5-0 a Bélgica en 1984; y Suecia, con un 5-0 a Bulgaria en la edición disputada en 2004 en Portugal. También Alemania este viernes, con el 5-1 a Escocia en el partido inaugural.
Nadie logró los seis goles de Países Bajos (dirigido desde el banquillo por Frank Rijkaard y representado en su once titular sobre el terreno por Van der Sar; Bosvelt, Stam, Frank de Boer, Arthur Numan; Zenden, Davids, Cocu, Overmars; Kluivert y Dennis Bergkamp) frente a la Yugoslavia de Bujadin Boskov, en la que jugaban Pedja Mijatovic, Savo Milosevic, Miroslav Djukic o Dragan Stojkovic, seleccionador serbio en la Eurocopa 2024.
Kluivert abrió el triunfo en el minuto 24 y lo agrandó en el 38. Después, Govederica se marcó el 3-0 en propia puerta, antes de otra nueva diana de Kluivert, en el 54, y los dos aciertos de Overmars, en el 78 y el 90.
Por el equipo balcánico, Savo Milosevic anotó el 6-1 final, ya en el tiempo añadido, de un partido que pasó inmediatamente a la historia.
Autor de 40 goles en su carrera con la selección neerlandesa, ese fue el segundo ‘triplete’ de Kluivert, tras el conseguido el 4 de septiembre de 1999 frente a Bélgica en un encuentro amistoso.
Aunque en el acta arbitral de José María García Aranda, el colegiado español que dirigió ese duelo, reflejó que Kluivert había sido también el autor del 3-0, el Grupo de Estudios Técnicos de la UEFA notificó al día siguiente que ese gol había sido de Govedarica en propia puerta. Hubiera sido otra hazaña. Nadie ha logrado cuatro goles en un mismo partido.
«Espectáculo de fútbol único. Uno de los más bellos partidos que jamás ha jugado la selección holandesa», destacó el diario ‘De Telegraaf’ en su portada al día siguiente de una goleada para la eternidad, imbatible aún en la fase final del torneo.