Klopp: final aburrida pero ganada

La final que Liverpool le ganó a Tottenham para levantar por sexta vez “La Orejona“ fue con equipos de Premier League y con Jurgen Klopp como uno de los DT, pero el juego fue tan “Anti-Premier” y sobre todo tan “Anti-Klopp”, que ni tarjetas hubo. El choque careció de intensidad

Ahora Liverpool prepara aumento de sueldo para Jurgen Klopp

Primero puso en el mapa futbolístico al Mainz 05, fueron ochos años en los que logró hacerlo debutar en Bundesliga y luego clasificarlo a Copa Uefa. Después fue a una organización muy distinta como Borussia Dortmund, a esta la convenció de que podía igualarse con Bayern Munich en Alemania y hasta con los demás grandes de Europa. Posteriormente salió de su país para tomar al Liverpool de Inglaterra y recordarle que era un grande no solo de la Gran Bretaña sino en competiciones europeas.

Ahora Jurgen Klopp por fin justificó con título europeo en mano que es de los grandes entrenadores del fútbol mundial en la actualidad, afortunadamente lo ratificó cuando aún muchos en este deporte tan resultadista, lo dudaban. Levantó nada más y nada menos que “La Orejona”, sexta que se apuntan “Los Reds”.

Ya son más ganadores de Champions League que clubes como Barcelona de España y el mismo Bayern, esto último debe tenerlo el entrenador alemán como una especie de revancha ante la organización que con su poderío le dio varias amarguras, pero no solo en su estadía en la Bundesliga, sino en aquella final europea.

Por eso importa muy poco si Liverpool no mostró su mejor versión o si no fue la final más vistosa o emocional, luego de unas semifinales en la que ambos finalistas maravillaron con sus remontadas históricas y sobre todo los de Klopp ante un Barcelona de Messi que tenía cara de campeón.

Lo trascendental es que Liverpool es campeón de la mano del carismático DT, ya otros clubes de elite mundial económica, más exigentes, como Real Madrid, Manchester City, Barcelona o el mismo Bayern si querrán pelearse por él. Querían títulos, ahí está, no es su culpa que el Tottenham de Mauricio Pochettino no fuera un digno rival en esa final disputada en el moderno Wanda Metropolitano de Madrid.

El ser campeón como sea si a los antecedentes hay que remitirse, es lo que manda en el “Planeta Fútbol”. Si no revisen como a José Mourinho lo bajaron “del cielo al infierno” por sus últimos intentos fallidos con Chelsea y Manchester United. O por qué ya se empieza a cuestionar a “Pep” Guardiola por volverse a quedar en el camino hacia la Orejona con Manchester City, aun cuando le ganó la fantástica carrera por la Premier al propio Klopp.

 

No es aburrido ni perdedor

Klopp es conocido por ser un entrenador muy pasional, lo evidencia con sus saltos y gestos en cada jugada. Si hay alguien que lucha por un fútbol emocionante sin aburrimientos, es precisamente él.

“Cuando el club casi había sido rescatado se dieron cuenta de que había que recobrar vitalidad. Y buscaron un entrenador vitalista, que apuesta por un fútbol vivo, que se divierte, que ríe a pesar del descenso del Mainz 05”, dijo en una entrevista que le hicieron durante su estadía en el Dortmund. Es que cuando a su primer equipo dirigido no pudo mantenerlo más en Bundesliga, ni pudo volver a ascenderlo en un último intento, igual Borussia lo vio como el tipo ideal para liderar su ambicioso proyecto deportivo, aunque con presupuesto mucho más bajo que el grande de Alemania.

 “Si 80.000 personas vienen cada dos semanas al estadio y en el campo se juega un fútbol aburrido, una de las dos partes, el equipo o los fans, tendrá que buscarse un nuevo estadio. Muchos de nuestros fans recorren 800 kilómetros para vernos y vivir algo especial. Hay que ir a todo gas”, declaró una vez en Dortmund, quizás desde que descubrió que un bien pensado futbol alegre o pasional, lo llevaría con irreverencia a instancias europeas insospechadas.

Basta con repasar sus frases tras perder la final de Champions del año pasado contra Real Madrid. “Sé que volveré a estar ahí. Intentaré volver a la siguiente final y lo vamos a revertir. Así lo veo yo”, afirmó. Hasta una canción se inventó junto con su cuerpo técnico y lanzaron por redes sociales.

 «Yo nunca me sentí un perdedor», reafirmó. “Perdí 6 finales. Difícilmente fueron los días más felices de mi vida, pero no me volvieron una persona rota. Para mí, la vida trata de intentarlo una y otra vez; si solo los ganadores estuvieran autorizados a sobrevivir,  todos tendríamos que marcharnos”, resumió en palabras su carrera como entrenador. Que a lo mejor es otro reflejo de su vida.

“Ojala te vaya bien en el fútbol”, le dijo uno de sus profesores cuando de joven quería estudiar Medicina. Quizas eso lo impulsó, o lo hizo intentar siempre. Como jugador no le fue tan bien, luchó para jugar con cracks de la época como Andreas Moller.

Tuvo una temporada con Mainz en la que hizo hasta 56 goles pero no en el gran nivel. Como delantero fue cuestionado porque después se le convirtió en defensa.

 

Fue la mano del DT

Así que si la final no fue la mejor, al menos los rojos no jugaron tan mal como sus rivales. Tottenham no merecía más del subcampeonato, el tiro de Mané que pegó en el cuerpo y luego en la mano de Sissoko, fue un penal justo según el reglamento, para que Salah pusiera la ventaja tempranera.

Hasta se puede decir que de inmediato funcionó el genio estratégico del DT. Un reconocido periodista español la catalogoó como una jugada de fútbol americano.

La describió así: “Cuando Skomina pitó el inicio, Henderson retrasó la pelota a Van Dijk y este soltó una patada larga y cruzada hacia el flanco izquierdo. La estampida de los futbolistas de Klopp apostados sobre la línea divisoria para correr hacia la pelota enviada por el central holandés recordó a la de los receptores del fútbol americano cuando persiguen el pase del quarterback.

La jugada montó un barullo breve de rechaces y cabezazos que terminó por ganar Van Dijk, la prolongó Henderson con un pase por encima de la defensa del Tottenham y la cerró Mané a toda pastilla para plantarse en el área. Su centró se estampó en el brazo de Sissoko generó el penalti más rápido de la historia de las finales de la Champions”.

De ahí en adelante Liverpool nunca estuvo en peligro, salvo un par de intervenciones del arquero Alisson Becker, una de ellas tras tiro de pelota parada. De pasó el lapidario 2-0 convertido por el belga Origi, fue gracias a un típico buen movimiento de piezas de Klopp. Hay que decirlo.

 


CIFRA

6

Finales venia de perder Jurgen Klopp, dos de ellas fueron de Champions (con Dormund ante Bayern y con Liverpool ante Real Madrid)


 

DATO

Tottenham-Liverpool es la primera final europea sin una sola tarjeta desde la Supercopa de Europa de 2002 (Madrid-Feyenoord). No se disputaba una final de Copa de Europa sin tarjetas desde 1979: Forest-Malmö

Salir de la versión móvil